La madurez y el juego con estilos musicales es algo que no a cualquier banda le queda bien. En más de una ocasión hemos escuchado el mito de que después de que una agrupación saca su álbum debut, los siguientes lanzamientos no son tan buenos como el primero. Sin embargo, pocos, poquísimos proyectos son los que han probado lo contrario. Uno de ellos es Still Corners, la dupla londinense formada en 2007 y que a dos años de haber lanzado su tercer material de estudio, Dead Blue, está de vuelta con nueva música.
Para anunciar su regreso, el dúo conformado por Tessa Murray y Greg Hughes lanzó “Black Lagoon”, su primer single en dos años que de pies a cabeza está muy bien hecho. No solo en cuanto a producción se refiere, sino a que como composición, ningún instrumento está fuera de lugar e incluso, es el reflejo de esa madurez que a lo largo de 10 años ambos integrantes han obtenido. En algunas partes, como el inicio, puede sonar un poco a Strange Pleasures (2013), su segundo disco, pues cuenta con ese bajo y guitarra que se vuelven los protagonistas y cuyas reverberaciones se escuchan todo el tiempo, pero en ningún momento se tornan aburridas. Luego están los elementos sorpresa, como un órgano -que en realidad se trata de un teclado con efectos de órgano-, platos de batería y finalmente otra vez toda esa conjunción que le da el punch de principio a fin.
La voz de Tessa, por otra parte y como siempre, suena dulce, ligera y aunque repite las estrofas, éstas le dan esa paz a lo pesado que la melodía puede llegar a sonar. Obviamente todo esto dentro de los preceptos que maneja la banda, que es un dream pop y synth pop con algunos toques de psicodelia.
Con “Black Lagoon”, Still Corners vuelve a sus raíces pero de una forma más madura, mejor proyectada, llevada y, aunque esto sea solo el comienzo, suena bastante prometedor. Este corte formará parte de Slow Air, su nueva producción discográfica que saldrá el 17 de agosto.
Según cuenta la vocalista del dúo, tanto ella como Greg “querían escuchar una hermosa guitarra y las baterías y otros elementos que ofrece el mundo, algo casi indefinible pero que estuviera junto con una composición clásica. Siempre estamos tratando de obtener el sonido que queremos escuchar dentro de nosotros, así que nos movemos rápido para evitar que nuestros cerebros se debrayen demasiado”. Asimismo explicó el significado del nombre de su nuevo álbum: “Slow Air evoca el sentimiento del disco para mí, lento, inquietante y hermoso”.
Con Dead Blue, Still Corners se arriesgó —tal vez demasiado— a probar otros géneros como el new wave y synth pop. Sin embargo, aunque muchos pensaban que esa oscuridad dominaría su música, con “Black Lagoon”, a pesar de tener un nombre que evoca a esa negrura de la vida y del tiempo, a la hora de escucharla nos hace darnos cuenta de que este proyecto puede saltar de un género de otro sin ningún problema pero también, nos hace ver que una década dentro del camino de la música no ha sido en balde, y que aunque no han pasado muchos años desde que sacaron su último disco, están listos. Listos para lo que sea.