Bruce Springsteen fue condecorado hoy con La Medalla Presidencial de la Libertad, una medalla otorgada por Barack Obama. El reconocimiento más alto en Estados Unidos que puede recibir un mortal y se le da a personas con méritos (o que han contribuido) a la seguridad nacional, paz mundial o la cultura.
Además de Bruce Springsteen otros condecorados fueron Diana Ross, los actores Tom Hanks, Robert De Niro y Robert Redford. Las leyendas del basketball Michael Jordan y Kareem Abdul-Jabaar, y el creador de Saturday Night Live, Lorne Michaels.
El que se llevó la ceremonia (y las palmas de Obama) fue Bruce, íntimo amigo del aún presidente desde hace muchos años. A él le dedicó el speech más largo. Aquí un fragmento para que juzguen ustedes mismos:
Salido de una jaula del Highway 9, un chico callado de Jersey tratando de encontrarle sentido a los sueños y a los misterios alrededor de su ciudad. Piscinas, bares, chicas, autos y discursos. Por décadas, Bruce Springsteen nos sumergió en un viaje guiado por la relación entre la ambición e injusticia. Placer y dolor. Las sencillas glorias y la desgarradora desilusión del día a día en América. Para crear uno de sus más grandes hits, una vez dijo: ‘quiero hacer un disco que suene como el último de la tierra. El último que necesites escuchar. Un glorioso ruido, y luego el Apocalipsis’. A todos los niños inquietos de América les dio una canción en “Born to Run”.
Una vez que nos habló de él, nos habló de todos los demás. El obrero en “Youngstown”, el veterano de Vietnam en “Born in the USA”, el enfermo y marginado en “Streets of Philadelphia”, el bombero que carga el peso de una frágil pero resiliente nación en “The Rising”, el soldado de Irak negociando con el Diablo en “Devils and Dust”. Las comunidades afectadas por la imprudencia y la avaricia en “Wrecking Ball”. Todos nosotros, con nuestras fallas y caídas, unidos por el desafiante tren que va camino a “The Land of Hope and Dreams”. Todos estos son himnos para nuestra América. La realidad de quiénes somos y quiénes quisiéramos ser.
Soy el Presidente. Él es el jefe. Aún con 70 años sigue haciendo cuatro shows seguidos. Rock and Roll de fuego. Dudé un par de veces en darle esta medalla dedicada a la paz, porque esperemos permanezca en este mundo como un prisionero del rock and roll en los años venideros…”