Durante el programa de desarme voluntario impulsado por la SEDENA y la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF) en Iztapalapa una señora se presentó con un lanzagranadas de grado militar de 40 mm por el que recibió seis mil quinientos pesos y una despensa. Vaya intercambio tan peculiar.
La poseedora de tal arma de alta capacidad militar comentó que el arma “era de una persona a quien se la estaba guardando.”
Durante la campaña de desarme iniciada por diferentes instancias del gobierno el pasado lunes, una colección de peculiares armas de fuego han llegado a manos de militares y policías que las han intercambiado por tabletas, bicicletas, dinero en efectivo y despensas.
Por otro lado, un joven entregó una reliquia de la Segunda Guerra Mundial y un hombre de edad avanzada intercambió una bomba aérea por dinero en efectivo.
El saldo final de la jornada de ayer fue de 131 armas de todo tipo, el lanzagranadas en cuestión, 56 pistolas, 32 rifles, 23 armas de aire comprimido y 10 réplicas.
Mientras aquí se intercambian armas por dinero y otros bienes, en Estados Unidos luchan por controlar todos los instrumentos de muerte que los gringos reciben en navidad o en cualquier otro día del año. ¡Qué lindo es nuestro país!