Desde que se anunció el regreso de San Cisco a la Ciudad de México, todos nos emocionamos, porque vamos: solamente se han presentado dos veces en nuestro país, y es un deleite verlos en vivo. Y no llegaban con las manos vacías, ya que vinieron a presentar The Water, su último disco. El cambio de venue fue algo que no nos explicábamos, pero que al final no afectó para nada la vibra y energía del concierto. Fue una oportunidad de ver a la banda en lugar más íntimo.
La noche en SALA empezó con Pequeño Fénix, banda de Monterrey que la verdad se rifó. Abrirle a una banda como San Cisco no es cosa fácil, pero ellos parece que tomaron el toro por los cuernos y se aventaron a hacer lo mejor. Con canciones pegajosas y muy muy bailables fue como inició todo, un gran acto para lo que vendría. No hay que perder de vista a estos chavos, porque seguramente escucharemos más de ellos en un futuro.
Sin más qué decir, en punto de las 10 de la noche, un poquito tarde, Scarlett Stevens, Jordi Davieson, Josh Biondillo y Jennifer Aslett tomaron sus instrumentos y empezó una noche llena de baile y de nostalgia, de recordar la adolescencia; amores, situaciones, reventones, de todo. Cuando se escucharon los primeros acordes de “The Distance” fue cuando nos dimos cuenta que por fin el momento había llegado.
Algo que preocupaba a muchos era si tocarían canciones de su pequeña pero certera discografía, o le darían más peso a su último disco. Para nuestra fortuna, el setlist fue un equilibrio total entre su primer álbum, Gracetown y The Water. Vendrían “Beach”, “SloMo”, “About You” y “Wash It All Away” con las que el ritmo del concierto se mantenía firme. Ahora tocaba el turno estelar de Scarlett, la baterista de la banda para cantar “Magic”, que se rifó tocando y cantando sin perder el estilo. Bien ahí.
La banda se veía abrumada pero contenta, porque la neta el público de México es uno de los que mejor los recibe en el mundo. En cada oportunidad que tenían, agradecieron la respuesta de todos los asistentes, y hasta Jordi se animó a decir: “México, ustedes son el público más loco y salvaje de todos, pero los amamos profundamente”. Gran momento entre San Cisco y sus fanáticos.
Uno de las rolas más esperadas de la noche era “Awkward”, que por supuesto fue coreada por todos los asistentes, aventándose el tarareo de la canción. Después vendría la parte más íntima del concierto, con Jordi tocando “Did You Get What You Came For?” solito, nada más con su guitarra acústica. El baile y los gritos regresaron cuando sonó el ritmo frenético de “Run”, todos cantando como si no hubiera un mañana. Con esta canción, San Cisco aplicó la de “eso fue todo, buenas noches”, pero todavía no acababa el show.
Regresaron al escenario, agradecieron una vez más al público y sin decir “agua va”, soltaron “Fred Astaire”, que volvió loco a todo SALA, hubo quien sacó sus mejores pasos al ritmo de este rolón. Y no los culpamos, se presta para sentirte de verdad como el actor y bailarín estadounidense. La noche terminó con “Too Much Time Together”, esa bella canción que nos recuerda que el amor no es estar pegados como muéganos con la persona que amamos, sino complementarnos y aprovechar el tiempo que pasamos juntos.
San Cisco regresó para demostrarnos que esa banda un tanto tímida que se presentó en el Vive Latino 2015 ya no existe, se siente que han ganado muchísima experiencia, y se desenvuelven mejor en el escenario. No sabemos cuánto tiempo tome para que volvamos a verlos en la Ciudad de México, pero si su show es igual de bueno que el de la noche, la espera valdrá totalmente.