Apabullante y sentimental, así se resume el primer concierto ofrecido por el británico Sam Smith en el Auditorio Nacional.

Con gran puntualidad, y que tomó por sorpresa a la “puntualidad” mexicana, el concierto empezó a las 8:30pm; recibido por una enorme cantidad de gritos desgarradores que esperaban ansiosamente que cayeran del escenario las cortinas que envolvían el regalo que todas querían: Sam Smith y su sorprendente agrupación. Al caer encontramos acomodados de izquierda a derecha los tres coristas, sintetizadores, bajo, batería, guitarra, cello, y al frente Sam Smith.

Empezaron con “Life Support” , mientras la gente seguía coreando su locura que el británico causaba. Al concluir el tema, el señor Smith saludó y agradeció a los casi 10 mil asistentes que no frenaban su emoción, impactado por la reacción se mostró realmente asombrado y feliz por tal recibimiento.

El cantante aprovechó cada silencio que encontraba para seguir agradeciendo y explicar qué tan personal es la música en su vida, lo feliz que se encontraba poder transmitir los sentimientos a través de ella y que la gente se sintiera identificada. Nos habló de su corazón roto, los sentimientos encontrados y cómo ha tenido que mediar esto través de su música; el público -que casi llora tras dichas declaraciones- coreaba sus canciones desde lo más profundo de su sentir como un abrazo de camaradería sentimental.

Sam Smith demostró múltiples expresiones musicales, y lo hace muy bien. Escuchamos funk, soul y mucho pop, hubieron momentos en donde él y sus coristas nos enseñaron a bailar, nos invitaban a corear y seguir el ritmo con las palmas. También dio momentos para lucir a su gran agrupación y el talento nato, las coristas soltaron voces al estilo soul acompañado de una instrumentación sublime mientras Smith tomaba un pequeñito descanso.

En mitad del set apareció la parte más íntima y melancólica, Smith se acompañó únicamente de un piano y un cello; explicó que a pesar de que dicha combinación pareciera “triste” tiene su belleza e intimidad, elementos que han inspirado casi en su totalidad su único álbum de estudio.

Como era de esperarse el concierto fue relativamente breve, tanto como su carrera hasta la fecha, pero demostró su talento e imponente voz. Fuera de los temas que conforman su álbum interpretó canciones donde ha colaborado con otros artistas como “Latch” de Disclosure y “La La La” de Naughty Boy.

Para cerrar con broche de oro tocó “Stay With Me”, canción que todo el público cantó hasta quedarse sin aliento.

A pesar de no ser fan de la música de Sam Smith he de confesar que el manejo de su voz y la gran agrupación que lo acompañó ofrecieron un show espléndido, apabullante y muy íntimo. Además, el buen carisma y sencillez del joven talento.

Estuvo padre; aunque mis oídos se gastaron de tantos gritos de las niñas que acompañadas de sus papás estaban detrás de mí, por momentos me encontré alrededor de selfie-sticks que les ayudaron a obtener mejores resultados al grabar a su ídolo y por momentos no sabía qué pasaba a mi alrededor. Pero sin lugar a dudas, la locura y emoción invadieron a todos los asistentes, así que yo era el raro.

Mientras me apartaba del auditorio encontré gente conmovida y hasta lagrimeando; mientras marché pude escuchar “Ya hijita, tranquila”. Y pues es que…qué guapo y talentoso es Sam Smith.

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Fotografías por: Lulú Urdapilleta/Cortesía OCESA

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