¿Qué podemos decir de Bob Dylan? Una de las grandes leyendas de la música de todos los tiempos. Miles de premios y hasta el controversial Nobel de Literatura están en sus vitrinas, avalando su trayectoria. Su vida es una de las más interesantes de todas. Cuando se anunció que un ícono del cine como lo es Martin Scorsese, estaba planeando un nuevo documental sobre Dylan y su legendaria gira Rolling Thunder Revue, pensamos que sería una maravilla y si, pero no como lo pensábamos.
Scorsese ya nos ha regalado con anterioridad una biografía sobre Dylan, que se estrenó en 2005 y se llamó No Direction Home; además, su trabajo contando la historia de George Harrison en Living In The Material World fue excepcional, así que la expectativa era altísima. Por si esto fuera poco, Bob es una persona que no da muchas entrevistas, y tener de viva voz su testimonio era muy importante. Estaba prácticamente todo puesto para contar el caos que fue para Dylan y toda la gente que lo acompañó, llevar esta gira por Estados Unidos, pero se quedaron a medias.
¿Por dónde empezar? Martin Scorsese hace un gran trabajo poniendo en contexto a la audiencia, desde lo social y político; empezando por la situación en Estados Unidos, que venía de la Guerra de Vietnam y la gente buscaba una reconstrucción en todos los sentidos. Es ahí cuando entra Dylan con esta loca idea, porque la gran mayoría de los asistentes que presenciaron este espectáculo eran jóvenes y adultos no tan rucos; personas que pensaban en su futuro y acudían a él como si fuera una especie de guía espiritual, una divinidad en medio de la tormenta. Como dice su famosa canción, andaban por la vida “like a rolling stone”.
También nos explica cuáles fueron las motivaciones y todos los factores que se unieron para que Robert Allen Zimmerman –el nombre de pila de Dylan–, saliera de gira con más de 16 músicos, entre ellos grandes figuras como Joan Baez, Joni Mitchell, Mick Ronson y muchos más. Este tour, Rolling Thunder Revue, significaba un enorme paso en la carrera del Mr. Tambourine Man, ya que después del incidente en 1965, cuando decidió cambiar su guitarra acústica por una Fender Telecaster en el Festival de Newport, mucha gente y los medios tomaron ese paso como el fin del folk y de Dylan como compositor de canciones de protesta. Por lo que decidió reinventarse y armar un show fuera de lo común para ese entonces.
Si buscan un documental que hable sobre Bob específicamente, lamentamos decirles que eso no lo encontrarán aquí. Si nos muestras otras perspectivas interesantes de él, como el cambio de actitud tan radical que tuvo; maquillándose, siendo más relajado y hasta compartiendo escenario con muchos otros artistas, algo impensable para un músico de su estatus, fuera de lo común para la época. No nos podemos quejar para nada de los archivos de origen, grabaciones que nunca se habían visto de aquellos conciertos, eso es algo que Scorsese hizo de maravilla. Porque si, por supuesto que hay canciones y que se basa en la música para contar la historia, pero al final no tuvimos un musical; el resultado es algo crudo y de bajo perfil, como la esencia de nuestro protagonista.
Nos muestra la influencia de Dylan en la cultura norteamericana, la extraña relación entre la música de Bob con las tribus nativas, el interesante caso del boxeador Rubin Carter y su injusto encarcelamiento, que terminó con Dylan componiendo una grandiosa canción llamada “Hurricane”, que lo puso de nuevo en el mapa de los compositores de denuncia ciudadana. Eso fue extraordinario.
Pero fuera de eso, la historia se centra a veces un poco más en las historias de la gente que estuvo tras bambalinas, sobre todo en la segunda parte; músicos, coristas, fotógrafos y hasta poetas formaron parte del Rolling Thunder Revue Tour, y no decimos que no sean importantes, o que su participación dentro del documental no tenga nada que ver, pero vamos; esperábamos que se tratara más de Dylan, no tanto de la gente que lo acompañó.
Y no decimos que sea malo, sabemos que el documental se concentraba en la gira, eso lo tenemos muy claro. Pero creíamos que veríamos un poco más del músico estando de tour, dentro del desastre y la creación; y sentimos que lo dejaron de lado, lo abrieron, pues. Scorsese se atrevió a contar un capítulo más en la historia del músico, y eso se agradece, pero fue un paso muy arriesgado.
Aunque hay cosas que si nos gustaron y resultan muy interesantes, como la historia de la famosa actriz Sharon Stone en esta gira, lo poco que exploraron lo complejo que es la relación entre Dylan y Zimmerman, el ídolo y el humano. Pero Martin se quedó corto. Deja a la mitad a una figura tan importante como lo es la de Bob Dylan, y dejó a medias lo que podría haber sido otra joya dentro de su filmografía.
En conclusión, podemos decir que Rolling Thunder Revue no es un mal documental. Todos los fans de Bob Dylan, clavados y no tanto, puede que amen esta historia; al final, nos muestra una faceta de la leyenda poco explorada, pero si estabas con las expectativas altas porque el equipo Dylan – Scorsese estaba de vuelta, mejor vuelvan a ver No Direction Home. A pesar de todo, si eres un melómano, una persona que gusta de las películas sobre músicos y quieres aprender más sobre uno de los músicos más importantes en la historia, tienes que verla.