Reseña y Fotos: Tame Impala en el José Cuervo Salón

TAME IMPALA

Jueves, 24 de octubre
José Cuervo Salón
México, DF

EL CONCIERTO:

Tame Impala se presentó por segunda vez en el año en la Ciudad de México como parte de la gira latinoamericana en promoción de su álbum Lonerism. Unos días antes, la banda australiana nos pegó un susto por cancelar su fecha en Monterrey por problemas de logística y broncas en aeropuertos argentinos, pero afortunadamente lograron llegar a tiempo al DF para ofrecer un concierto en un Cuervo Salón atascado a su máxima capacidad. De izquierda a derecha en el escenario: Dominic Simper en guitarra y teclados; Cam Avery en el bajo; Kevin Parker en vocales y guitarra; Julien Barbagallo en la batería; Jay Watson en los sintetizadores. Antes de que iniciara el concierto, unos hombres vestidos con batas de laboratorio (safety first) metieron algunos visuales psicodélicos. Si los viste en el Vive Latino, la proyección de fondo era muy parecida. Consistía de una luz verde que tomaba varias formas geométricas, aunque en esta ocasión tenían visuales más sofisticados pero que no te distraían del espectáculo sobre el escenario.

SETLIST:

1. Endors Toi
2. Solitude Is Bliss
3. Why Won’t They Talk to Me?
4. Music to Walk Home By
5. It Is Not Meant to Be
6. Why Won’t You Make Up Your Mind?
7. Keep on Lying
8. Half Full Glass of Wine
9. Elephant
10. Be Above It
11. Oscilly
12. Desire Be Desire Go
13. Mind Mischief
14. Alter Ego
15. Apocalypse Dreams

ENCORE:
16. Feels Like We Only Go Backwards
17. Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control

INVITADO ESPECIAL:

El acto telonero de la noche fue Yesco, un grupo mexicano que ya habíamos tenido el placer de escuchar en los festivales Ceremonia y Antes de Que Nos Olviden. Yesco es el proyecto de un Alec Sander, pero en vivo se presenta con otros músicos para reproducir sus tracks de estudio que nos remiten al new wave y al synth pop ochentero. Te dejamos por acá su cuenta de Soundcloud por si fue de tu agrado esta propuesta electrónica.

OPINIÓN:

Aunque los boletos para ver a esta banda se agotaron por completo, de seguro mucha gente se fue con la finta de que “ay, ya los vi en el Vive Latino, da igual.” Grave error. Esa presentación no fue más que una mirada por un pequeño hueco de lo que es un concierto de Tame Impala completo, en vivo y a todo color. Lo único que llegamos a extrañar de ese breve set en el VL13 es el tremendo poder de watts que un Foro Sol te permite. La calidad de audio en el José Cuervo Salón es tan, PERO TAN mala que uno puede asumir que sus amplificadores son de adorno. Yo estaba parado justo en medio de todo, entre la consola de sonido y el escenario. O sea, ni muy cerca, ni muy lejos, y las primeras tres canciones era como escuchar la radio estéreo de tus abuelos. No sé si salí muy sordo por las bocinas (o mejor dicho, turbinas) del Corona Capital pero esto se sintió como un paso hacia atrás. Lástima, porque me gusta mucho “Why Won’t They Talk To Me?” y su interpretación en vivo es mucho mejor que la versión de estudio.

Después de un rato se corrigió el problema de audio. El sonido no mejoró, precisamente, pero si se escuchaba más fuerte y bueno… es algo. Los que sí se quedaron sorprendidos por el ruido fueron los mismos integrantes de la banda a causa de la gritadera del público. El José Cuervo Salón suele tener ese efecto, algo que también notaron The Vaccines y Foals en sus presentaciones anteriores. Con mucha humildad, Kevin Parker le agradeció a la gente por su entusiasmo. Entre los asistentes, la mayoría consistía de chavitos y es esperanzador que más gente joven se clave en este tipo de música ¡Hasta se sabían todas las letras, lo cual seguro fue una sorpresa para Parker! En el VL casi todas las personas estaban paradas como estatuas. No es por tomar todo el crédito, pero medios independientes como Sopitas.com tienen una responsabilidad por darle más espacio y promoción a lo que vale la pena, sin tomar en cuenta lo nuevo o desconocido que sea, y dejar fuera lo que no sirve, sin importar que tan popular sea el nombre detrás de la basura.

Tame Impala le dedicó tanto tiempo en su set a Innerspeaker como a Lonerism, lo cual se agradece mucho ya que así pudimos escuchar “Why Won’t You Make Up Your Mind?” (con nuevo intro) y “Half Glass Full of Wine” versión INCREÍBLE por el jam que se extendió antes del último verso, el cual fue como un regreso a la lógica del inicio después del viaje pacheco en el camión de Ken Kesey. Mención aparte se merece el nuevo bajista que está haciendo un buen trabajo en el papel que hasta hace un par de meses jugaba el excéntrico Nick Allbrook. Pero esto no es Pond, sino Tame Impala y todos los ojos estaban postrados sobre la atractiva figura de Kevin Parker, el hijo perdido de David Gilmour (vamos, es un tipo muy apuesto y cualquiera puede admitir eso ¿no?).

La mezcla Innerspeaker-Lonerism siguió su paso alegremente hasta que cerraron con el magnífico combo de la sexy “Mind Mischief”, seguido por una interpretación de “Alter Ego” que ningún adjetivo halagador podría hacerle justicia. Esta rola es una más que toma otra matiz cuando se toca en vivo y la emoción que transmite al público es una tremenda alegría que contemplar. La banda cerró como se tenía que hacer, con “Apocalypse Dream”. Tame Impala abandonó el escenario y los roadies disfrazados de científicos regresaron para hacer experimentos en los sintetizadores. Ante los aplausos de sus fans, la banda de Jesucristos australianos volvió a tomar el escenario para tocar su tema más popular, seguido por una de sus gemas menos conocidas, “Nothing That Has Happened…” yada yada yada donde toma prominencia el TWANG que genera la guitarra de Parker. No me había dado cuenta que sus primeros versos se parecen mucho a “Christmas” de The Who.

Excelente concierto y muy buena vibra del público. Lástima por los problemas de audio en la primera parte, pero eso era de esperarse. Esperemos que cuando Tame Impala regrese ya tengan suficientes seguidores para que puedan abrir dos fechas seguidas sin problemas y esta vez no se quede nadie con las ganas.