NICK CAVE & THE BAD SEEDS
Martes, 19 de febrero
El Plaza Condesa
México, DF
EL CONCIERTO:
Nick Cave & The Bad Seeds se presentaron ayer en su segunda fecha de México en El Plaza Condesa para ofrecer casi dos horas de éxitos de su larga trayectoria y algunos temas de su más reciente álbum, Push the Sky Away. De izquierda a derecha en el escenario estuvieron: Ed Kuepper en la guitarra; Barry Adamson en las percusiones y sintetizadores; Conway Savage en los teclados; Martyn P. Casey en el bajo; Nick Cave en los vocales y el piano; Jim Sclavunos en la batería; y Warren Ellis en el violín, flauta, guitarra, piano y cualquier otra cosa que hiciera ruido. Por sí solos, los integrantes de la “banda de apoyo” de Cave tienen una reputación envidiable, pero bajo el nombre de los Bad Seeds, ellos le ceden la luz de los reflectores a su salvaje maestro de ceremonias. ¿Efectos visuales? ¿Escenografía? ¿Iluminación? Totalmente prescindibles. Ni siquiera una pequeña máquina de humo. La presencia de escenario de Nick Cave fue más que suficiente para cautivar a la audiencia.
SETLIST:
1. Tupelo
2. Wide Lovely Eyes
3. Red Right Hand
4. Deanna
5. Jubilee Street
6. Love Letter
7. God Is in the House
8. Into My Arms
9. From Her to Eternity
10. Jack the Ripper
11. The Mercy Seat
12. The Ship Song
13. Push the Sky Away
ENCORE:
14. Stagger Lee
ENCORE 2:
15. Your Funeral… My Trial
16. Stranger than Kindness
17. We No Who U R
OPINIÓN:
Tomen nota, aspirantes. Para sobresalir en este negocio de la música, se necesita más que la capacidad de tocar un instrumento musical o saber cantar. El ingrediente esencial es CARISMA y cuando Nick Cave invadió el escenario al ritmo de “Tupelo” era como si estuviéramos viendo una explosión de personalidad. El Plaza Condesa demostró ser demasiado pequeño para contener a este hombre que brincaba, pateaba y posaba de esquina a esquina. El artista australiano sólo tenía que acercarse un poco a las vallas de seguridad para CONJURAR LOS PODERES DE JESUCRISTO, una reacción que se logra cuando todos los fanáticos alzan sus manos para intentar tocar a su mesías. Desconozco si alguien fue curado de sus padecimientos.
La energía de Cave era contagiosa y su entusiasmo parecía genuino. Muchos artistas parecen realmente conmovidos cuando tocan en un país como el nuestro por primera vez y son recibidos por un público eufórico. Recordemos que la trayectoria de Cave con los Bad Seeds abarca décadas, entonces era común encontrar entre la audiencia a gente por encima de los 30 años al igual que chavitos punk. Al tocar temas tan distintos como “Red Right Hand”, “Into My Arms” o “Stagger Lee”, Cave buscaba satisfacer los gustos de su ecléctico público.
En realidad, el setlist fue un sueño hecho realidad (y quizás un alivio) para los que conocen a Cave nada más por sus éxitos más conocidos. Si el único álbum que tienes de Cave es este disco, lo más seguro es que no hayas salido decepcionado (aunque me quedé con las ganas de escuchar “The Carny”). Nada más con los Bad Seeds, Cave tiene 15 discos y por lo tanto su repertorio es INFINITO. Pero los fans from hell tuvieron que conformarse con “Jack the Ripper” y “Your Funeral… My Trial”, dos temas que no son exactamente rarezas. Por supuesto, la banda no podía dejar de tocar algunas canciones del disco en promoción y fue muy generosa al incluir cuatro canciones, entre ellas “Jubilee Street” la cual nos dio uno de los mejores momentos de la noche.
Nick Cave es uno de esos artistas que tiene la costumbre Dylanesca de cambiar los arreglos de sus canciones cuando las interpreta en vivo. Esto fue más notable con “The Mercy Seat”, cuyos distintos arreglos a la versión en el disco dejaron a varios fans perplejos, pero no por eso se pierde la esencia iconoclasta de la canción. Sin embargo, “The Mercy Seat” fue el único tema que pasó por cambios de esta índole. Con la salida de Mick Harvey de la banda hace un par de años, temía que los Bad Seeds perderían esa guitarra que llenaba el espacio que ahora existe en el nuevo disco, cuya naturaleza es más ambiental. Pero fue bueno ver que estos músicos que rondan los 50 años todavía pueden rockear y echar desmadre, especialmente Warren Ellis quien estaba desatado como Rasputín, el monje loco.
Cuando la banda terminó de tocar “Stagger Leer” realmente quedé bajo la impresión de que se había acabado el concierto, pero imaginen mi sorpresa cuando la banda regresó al escenario para darnos ¡¡¡¡EL SEGUNDO ENCORE DE LA MUERTE!!!! Es raro que una banda internacional nos de un segundo encore. Quizás este público les cayó muy bien porque en su primera fecha nada más regresaron una vez (¡Ja ja! de Nelson). Los Bad Seeds cerraron la noche con la balada “Your Funeral… My Trial”, la sublime “Stranger than Kindness” y una de las nuevas “We No Who U R” para dejarnos con un tono sombrío.
DURACIÓN: 1 hora y 40 minutos
FOTOS Y RESEÑA: @Shy
WARREN ELLIS: A un pelo de barba de robarse el show.