Reseña y fotos: El Columpio Asesino
Viernes 16 de octubre
El Plaza Condesa
México, DF
El CONCIERTO:
La banda de Pamplona visitó nuestro país de nuevo, llenando nuestros oídos de su poderoso sonido que han logrado en más de una década sin pausas. Tan sólo un año ha pasado desde que nos entregaron Ballenas muertas en San Sebastián, su quinto álbum de estudio que justamente se reconoce por adentrarse mucho más al mundo de los sintetizadores y por ser el más experimental de todos, cosa que lo hicieron excelente y es uno de nuestros discos favoritos. Cuando nos fuimos a comer con ellos, preguntamos qué nos esperaría y cuál es el futuro de la banda, nos detallaron que llevan más de 15 años en un ciclo de cierta manera monótono -componer, grabar, salir de gira, componer, grabar, etc.-, explicaron que al terminar su agenda tomarán un descanso indefinido, así que quienes asistimos podremos decir que vivimos un concierto sublime que quizá tarde unos buenos años en repetirse.
SETLIST:
- Babel
- La lombriz de tu cuello
- Susúrrame
- Escalofrío
- A la espalda del mar
- Entre cactus y azulejos
- Ballenas
- Uni
- Cha cha cha
- Motel
- Diamantes
- Perlas
- Toro
ENCORE:
14. Corazón anguloso
15. Un arpón de grillos
16. La marca en nuestra frente es la de Caín
17. Floto
OPINIÓN:
En punto de las nueve la gente comenzaba a juntarse frente al escenario, volteaba a mi alrededor y me sorprendí ver -relativamente- poca gente para ser El Columpio Asesino. Dieron las 9:15 y de pronto un sintetizador rítmico levantó la emoción de todos, volteé para corroborar y de pronto ¡pum!, el Plaza estaba a 3/4, ¿dónde estaban?… pues igual en la mortal fila de las chelas.
Alineados de izquierda a derecha estaba Cristina con ritmos electrónicos, hermosas voces y guitarra; Iñigo Sola en el control de los poderosos sintetizadores y trompeta; Daniel Ulecia en el acuoso bajo; Raúl Arizaleta en la estruendosa guitarra, y Álvaro tras la batería y voces.
Abriendo con “Babel” sabíamos lo que nos esperaría, un sonido energético y envolvente. Prácticamente toda la noche fue un climax, no hubieron altibajos y no pudimos dejar de bailar frenéticamente entre sus sonidos distorsionados e imponentes coros.
Más de 15 años tocando juntos se notaban en su ejecución, no hubieron errores y tampoco silencios entre canción y canción, uno que otro saludo de Cristina -la única que habló en toda la noche- en donde agradeció al público mexicano y confirmó que es el favorito de la banda.
Algo que fue sublime en su show fueron las múltiples personalidades de cada canción, como “Perlas”, que empezando en un modo de cierta manera tranquilo, poco a poco comienza acumular energía para terminar en un estruendoso ruido ahogado en guitarras distorsionada, gritos, baterías frenéticas, sintetizadores abrazados de los bajos, ¡ay!.. sólo me emociono de recordar.
Algo que se destacó -que no sé si sea negativo- es que la banda jamás se volteó a ver mútuamente, nunca cruzaron palabra alguna y las pocas miradas eran únicamente para dar señal de algún cambio o final de cada canción. Fue cuando pensé en el descanso que nos mencionaron y parece que sí, la banda lo necesita, no por que su música no esté haciendo lo correcto -al contrario- pero se nota que todo lo tienen fríamente calculado, que ha sido un “trabajo” que lo saben de memoria y que por lo tanto la sorpresa puede quedar a un lado; anteriormente su desquite de cada gira era crear un nuevo álbum, pero quizá ahora esa no sea la dinámica que tengan que llevar.
Sin lugar a dudas los que pudimos asistir vivimos una noche mágica, El Columpio Asesino no ha perdido su esencia, al contrario la ha magnificado a un grado espectacular, tenemos que agradecerles por tan sinceras canciones que con sus letras nos dan un flechazo directo al corazón por la sinceridad entre palabra y palabra, letras que pueden acompañar la vida de cualquier persona porque son un reflejo más de gente “común y corriente” con problemas “comunes y corrientes”, pero que aun así es necesario fraguar los sentimientos y El Columpio Asesino es nuestro perfecto “psicólogo” para reírnos del drama y bailar con el.
¡Gracias Columpio!
GALERÍA:
DURACIÓN: 1 hora y 20 minutos
FOTOS: Diego Figueroa (@halofive)
RESEÑA: `h. (@hreveh)