Texto: Abraham Huitrón
Fotos: Abraham Huitrón, Miguel Lozano

Desde antes de que salieran al escenario, la gente ya coreaba su nombre, muchos de ellos con su sombrero bien puesto. Era lo único que nos hacía recordar que esta no era una banda de rock, pero era ovacionada como tal.

Imágenes de un poderoso caballo, anunciaban en las pantallas que era el momento de que Bronco hiciera su debut en el Vive. Ramiro Delgado  y Lupe Esparza son la voz de la experiencia que arropa a los hijos de este último. Todos enfundados en sus trajes blancos, todos ellos son la nueva encarnación de este Gigante que es tan grande que aunque no tocan el género que reina en este festival, la gente los conoce a la perfección.

Así arrancaron con “Si te vuelves a enamorar”, seguida de “Pastillas de amnesia” y “Adoro”. Es impresionante como la gente se sabe cada una de las letras, pero sobretodo, el sentimiento con el que las canta, un momento mágico.

El rock comenzó a arropar a Bronco y los invitados no podían faltar. Mosca de Los Auténticos Decadentes los acompaña en “Oro”, mientras Lupe menciona que es todo un honor tocar para esta comunidad rockera. Nos regresan a nuestra infancia para tocar en conjunto “El Sheriff de chocolate”, mezclado con la divertida letra de “Los castigados” que relata a la historia de los integrantes del grupo haciéndole una travesura a su maestra.

Contrario a lo que se podría pensar, la gente baila, canta, goza y llenó el escenario. No hay nadie aquí que no conozca sus canciones, mientras el frío ya empieza a calar en el Foro Sol, en ese instante llega el momento más emotivo de la noche: Lupe pide un aplauso para Choche.

“Para ti hermano” grita Lupe mientras la gente le responde gritando: “Choche, Choche”, para cantarle “Amigo Bronco”. “Se fue, el más amigo, el más broncudo ya se fue”, retumba en todo el lugar acompañado de los Caligaris, que son los invitados para tocar este gran tema junto a dos personas que están metidas en el disfraz de un caballo. Una verdadera fiesta arriba y abajo de escenario, por si quedaba la duda de quiénes son los headliners de esta edición del Vive.

“Dos mujeres un camino” se la dedica a todas las mujeres, con la advertencia de que no se lo tomen tan a pecho. “El rock y nuestra música no está peleada, ambas son historias con música que todos disfrutamos” dice Lupe, y cuánta razón tiene, esto quedó demostrado después cuando todos gozaron “Con zapatos de tacón”, acompañados de Kinky. “¡Puro Nuevo León, compadre!”.

Le sigue “Corazón duro” acompañados de La Beriso desde Argentina. La mayoría de las participaciones especiales son con artistas de esa nación, un reflejo de la influencia de Bronco en toda Latinoamérica. Después le dedicaron a Trump “Que no quedé huella”. “Que retumbe y la escuche” dice Lupe, mientras algunos hasta agarran pareja para bailarlo. ¿No qué esto era un festival de rock?

Otros ya comenzaron a abandonar el escenario, pero aún faltan clásicos como “Sergio el Bailador” y esto se convierte en un verdadero baile. Todos a agarrar pareja, mientras gritan “ya llegó, ya llegó, ya llegó Sergio el bailador”, y se les une Illya Kuryaki & the Valderramas en una versión que la verdad, suena bastante extraña al mezclarla con “Coolo” ¿Sergio el bailador moviendo el “Coolo”? Raro.

Cerraron su set, del que ya se extendieron algunos minutos,  con “Libros tontos”, y así terminar esta noche en dónde el rock adoptó a Bronco pero más importante, la familia Esparza y Ramiro demostraron que sus canciones están más allá de los géneros; de ser rock, norteño, grupero o lo que sea, porque su música ya es parte de nuestra cultura.

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