Red Hot Chili Peppers es una de esas bandas que consideramos innegablemente legendarias, pero se suele pasar por alto su curiosa escalada lo más alto de la cumbre del rock. A diferencia de lo que pasa con muchos artistas en la historia de la música, ellos no conocieron el éxito masivo con su disco debut.
Y con el perdón de los fans más acérrimos del grupo, es justo decir que su primer álbum de larga duración casi que pasó desapercibido para la escena musical de la década de los 80 (claro, si lo comparamos con los hitazos que vendrían en años posteriores).
Pero eso no quiere decir que este material discográfico sea malo o no tenga mística. The Red Hot Chili Peppers lanzado el 10 de agosto de 1984, es una producción que ganó adeptos con el tiempo y que si bien no llevó al conjunto californiano a las listas de popularidad de manera inmediata, sí dio una muestra del tremendísimo potencial creativo que Anthony Kiedis y Flea guardaban para el futuro.
Solo había que encontrar los ingredientes faltantes para alcanzar el siguiente nivel. Pero allá de eso, como legado, esta placa discográfica dejó algunas anécdotas peculiares que dan cuenta de por qué este es el disco menos favorito para los únicos dos miembros originales de la banda que trabajaron en él.
Encontrando nuevos integrantes para los Red Hot Chili Peppers
Cuando pensamos en los Red Hot Chili Peppers, lo más común es que se nos venga a la mente la que para varios es considerada la formación clásica de la banda: Kiedis, Flea, Chad Smith y John Frusciante. Sin embargo, que ellos sean los rostros más conocidos a la hora de hablar del grupo, no quiere decir que son la formación original.
No al menos para lo que fueron los inicios del proyecto musical que en 1983 había trabajado en un demo que los acercó al foco de la escena musical californiana. Por aquel año, lo sabrán bien los seguidores más añejos de RHCP, la banda se presentaba con todo tipo de nombres entre los que alguna vez destacó el rimbombante Tony Flow and the Miraculously Majestic Masters of Mayhem.
Para ese momento, los miembros incluían a Hillel Slovak en la guitarra y Jack Irons en la batería. Alocados, frenéticos y más, el grupo sabía bien que su tirada era hacer canciones que iban desde el punk-rock más enérgico hasta esa esencia del funk-rock rapeado. Y eso se notaba en ese primer demo que les abriría las puerta para una producción más elaborada ya bajo el nombre por el que los conocemos.
Pero no iba a ser tan fácil pues tanto Slovak como Irons formaban parte de otra banda llamada What Is This?, la cual había conseguido un contrato discográfico con MCA mientras que los Red Hot Chili Peppers habían hecho lo propio con algunas disqueras menores. Así que en ese momento, el guitarrista y el baterista prefirieron irse con su otra agrupación.
Antes de grabar su disco debut homónimo, Anthony Kiedis y Flea, de la mano de su productor Andy Gill (miembro de Gang Of Four), reclutaron a Cliff Martínez y Jack Sherman de la banda de punk-rock californiana The Weirdos para que los ayudaran a grabar ese material…. Pero la cosa no sería tan satisfactoria.
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Una producción difícil con contrapuntos
The Red Hot Chili Peppers de 1984 tiene un sonido crudo que, como dijimos, pone sobre la mesa el ADN de la banda, con esa base de rock duro inspirado por el funk. Y en este trabajo, podemos encontrar a un Anthony Kiedis que se nota bastante influenciado por las primeras dinámicas rítmicas del naciente hip-hop que aún no se inclinaban completamente al venidero gangsta rap de finales de esa década.
En cuestión de producción, Andy Gill implementó la reverberación (efecto de eco) que se encuentra en prácticamente todos los álbumes de la industria musical de la época. Entre ese y otros detalles, el disco no fue lo que la banda estaba buscando, según lo que el propio Kiedis dijo alguna vez en sus memorias tituladas Scar Tissue:
Durante los primeros días en el estudio, todo parecía estar bien, pero pronto me di cuenta de que Andy buscaba un sonido que no era el nuestro. Al final de las sesiones, Flea y yo literalmente salíamos del estudio a la sala de control, nos acercábamos a la consola y gritábamos: ‘¡Que te jodan! ¡Te odiamos!’
Anthony Kiedis
Esas declaraciones son tan curiosas como posiblemente dolorosas si tomamos en cuenta que los Red Hot Chili Peppers eran admiradores del propio Andy Gill junto a su banda Gang Of Four. En declaraciones recogidas por Loudwire, el propio Gill afirma que buscaba ‘revolucionar’ (según su idea) el sonido de la banda cuando los produjo:
Les encantaba ese tipo de música de guitarra funky, supongo que se podría decir. Ellos, en ese momento, estaban haciendo su propio tipo de cosas funky semi-rap y también tenían estas muy rápidas canciones de punk rock de dos minutos… Pensé que no era interesante, era solo una especie de otra versión del punk rock… Probablemente mi mayor contribución para ellos fue lograr que no se concentraran demasiado en esas canciones de punk rock y hacer que hicieran cosas más funky.
Andy Gill
Gill también contó al medio Diffuser en 2014 que luchó con la banda para que se animaran a utilizar una caja de ritmos, esto con el objetivo de que fueran capaces de mantener el tempo a la hora de grabar y no se aceleraran demasiado. El productor dijo que finalmente quien se echó al hombro la tarea de coordinar el ritmo con la sugerencia del beatbox, fue el baterista Cliff Martínez.
La anécdota de la caja con popó
El disco debut de Red Hot Chili Peppers resultó tan caótico en muchos sentidos, sobre todo en lo que respecta a la relación de Anthony Kiedis y Flea con Andy Gill, quien como dijimos era su ídolo convertido en productor. Muchos de aquellos que han soñado con dedicarse a la música, seguramente añorarían que uno de sus músicos favoritos les produjeran un álbum.
Pero en este caso concreto, los RHCP pueden dar cuenta de que quizá esa no es la mejor experiencia. Parece que dentro de todo, había una especie de roce muy desvergonzado entre la banda y su productor al mando. La prueba: una anécdota que se encuentra en las notas del disco que dice que Flea defecó en una caja y la puso sobre una de las consolas de mezcla de Gill. Aquí el texto firmado por el bajista:
No nos llevamos bien con nuestro héroe Andy. En un momento de la grabación dije: ‘Tengo que ir a c*gar’… Andy respondió con su seco estilo británico: ‘Oh, qué encantador, tráemelo, ¿quieres? Anthony y yo bajamos al baño, tomamos un pedazo de cartón, le puse un gran duque [slang anglosajón para ‘defecar’], lo llevamos a la sala de control y lo pusimos en la mesa de mezclas frente a él… Ah, eso fue divertido
Flea
Como mencionamos antes, el disco debut de los Red Hot Chili Peppers no fue la gran maravilla del rock de la época, pero sentó un precedente para lo que vendría varios años después con discos como Mother’s Milk (1989) o Blood Sugar Sex Magik (1991) que fueron los discos que, a diferencia del primero, sí llevaron a la banda al estrellato mundial.