El 25 de junio de 2009 el mundo se paralizó ante la noticia de que Michael Jackson, el rey del pop, había muerto a la edad de 50 años como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. Parece increíble que han pasado ya nueve años desde ese día, en el que si bien el mundo perdió a una de las estrellas más grandes en la industria de la música, Michael Jackson logró establecer su título de “leyenda” en la historia del pop.

Aquí en México muchos tuvieron la fortuna de ver al ídolo del pop, quien llegó en 1993 gracias a su gira Dangerous World Tour. Sin embargo, esta visita también dejó ver los primeros signos de la decadencia emocional que sufrió Michael Jackson a lo largo de su vida, además de su adicción por los analgésicos y la manera en la que lo afectaba el acoso mediático que sufría constantemente.

Un paseo por Polanco, una reunión con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, cinco shows con lleno total en el Estadio Azteca y un concierto cancelado en Monterrey, fueron algunas cosas que dejó la visita de Michael a tierras mexicanas. Hoy, a nueve años de su muerte, recordaremos cómo fueron esos caóticos días del rey del pop en la Ciudad de México.

Michael Jackson llegó a México el 24 de octubre de 1993. El cantante tenía cinco fechas programadas en el Estadio Azteca, que estuvieron distribuidas entre el 29 de octubre y el 11 de noviembre de ese año. Todo esto gracias al Dangerous World Tour, su segunda gira mundial y con la cual, junto con artistas como Madonna, Bon Jovi y Paul McCarney, también se inauguraron los conciertos internacionales en la capital.

Como era de esperarse el espectáculo traía una producción increíble y por ende, unos boletos carísimos, que iban de los 40 hasta los 375 nuevos pesos según información de El Universal. Cabe mencionar que esto fue un año antes de un año antes de la famosa devaluación del peso de 1994, por lo que en esos años esa cantidad era un dineral. Sin embargo, eso no fue ningún impedimento para que las fechas se agotaran y lograran reunir a cerca de medio millón de espectadores. 

El cantante estuvo varios días hospedado en el hotel Presidente, encerrado con juegos de video y películas infantiles. Pero en sus  ratos libres aprovechó para salir a pasear y hacer algunas cosas. Primero salió de compras al Pabellón Polanco, en donde adquirió algunos discos en la tienda Mixup, que tuvo que cerrar sus puertas para que Michael pudiera comprar a gusto ya que la gente comenzó a aglomerarse cuando se enteró que el Rey del Pop andaba por ahí.

Días después se dirigió al Hospital ABC debido a un dolor de muela. En esta visita el cantante le pidió al dentista mexicano Guillermo Huber que le quitara la muela, y aunque éste le dijo en repetidas ocasiones que no era necesario porque sólo tenía una carie, Michael insistió en que lo hiciera o si no se vería obligado a cancelar las tres fechas que ya había pospuesto en la ahora llamada CDMX. Ahí fue cuando Huber sospechó que Michael Jackson era adicto a los analgésicos, así lo dijo en una entrevista que el doctor le dio al periódico Milenio ese año.

Luego llegó la comentada reunión con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, a quien conoció en un evento privado en el extinto Hard Rock Café. Aunque no se supo mucho sobre lo que pasó en esa junta, años después se dio a conocer que fue un evento de caridad para niños y salieron a la luz las fotos de Michael con Salinas. Incluso la cuenta de Twitter oficial del cantante usó una de ellas para desearle a los mexicanos un feliz 5 de mayo en el 2017.

Se suponía que su gira por México concluiría con un concierto en Monterrey, que se iba a realizar el 21 de noviembre. Después continuaría por otros países como Venezuela y Puerto Rico, sin embargo el constante acoso de los medios, los fans y el estrés que el cantante tenía encima debido a la demanda en su contra por abuso sexual que había iniciado dos meses antes, llevaron a Michael Jackson a entrar en una crisis emocional y a cancelar lo que restaba del Dangerous World Tour. El problema emocional de Michael fue tan grande que obligó a su amiga Elizabeth Taylor a venir a México.

Ella intentó convencerlo de que siguiera con las fechas programadas pero no tuvo éxito pues el cantante no dio vuelta atrás y rompió su contrato con Pepsi, empresa encargada de patrocinar los conciertos de su gira. De esa manera fue como el Rey del Pop pisó tierras mexicanas por primera y última vez -aunque en los 70 vino como parte de The Jackson 5- pues nunca volvió a poner un pie un escenario mexicano desde ese entonces.

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Redactora de música, entretenimiento y noticias. Llevo siete años en medios de comunicación y he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar y escuchar en vivo a mis artistas favoritas.

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