Escribir sobre Led Zeppelin dentro del marco de un Vive Latino puede parecer ajeno a la lógica de la realidad, pero estamos a pocos días de ver a Robert Plant & The Sensational Shape Shifters en el escenario Indio de dicho festival. El ex-vocalista de Led Zeppelin se presenta el próximo viernes 13 en el Foro Sol después de Interpol. Trata de imaginar esa situación por unos segundos: Interpol. Robert Plant. Headliners del Vive Latino. Yo no sé ustedes, pero yo no tengo problemas con esa imagen. Creo que ya tenemos cuatro o cinco años desde que nos resignamos a ver actos anglosajones entre los actos estelares de un evento que lleva el nombre de Vive Latino. Si esa idea todavía te causa conflicto, ya es hora de superarlo, no es 2009.

Los headliners son los ganchos principales de cualquier festival, y los organizadores del VL15 le están apostando a la nostalgia, no solo con sus actos nacionales como Molotov y Caifanes, también con sus estelares angloparlantes como Robert Plant, Happy Mondays, The Specials, Garbage… incluso Interpol ya entre en esa categoría (su Turn On the Bright Lights cumple 13 años). Por ver a Robert Plant, la gente está pagando su boleto por escuchar en vivo las canciones de Led Zeppelin -no tanto por su material solista, seamos honestos- y en ese sentido, el vocalista no los va a decepcionar. En su más reciente de gira, Plant había estado interpretando entre cinco y seis canciones de su banda de antaño, incluyendo temas populares como “Rock N Roll” y “Whole Lotta Love”. Cuando el cantante británico estuvo hace un par de años en el Auditorio Nacional, la mayor parte de su set fue un recorrido por el repertorio clásico de Led Zep, sin dejar fuera “Black Dog”, “Going to California” y algunos covers favoritos de la banda, como “Spoonful”.

Estos días el nombre de Led Zeppelin ha estado sonando mucho en las noticias, particularmente en Sopitas.com gracias a lanzamientos exclusivos de temas inéditos o la presentación del DVD de Physical Graffiti en la Cineteca Nacional. Éste álbum celebra su 40 aniversario en 2015, por lo que ha recibido un poco más de atención que los otros relanzamientos en el catálogo completo de Led Zep. Physical Graffiti es reconocido como el último gran disco que nos dio la banda, y es muy probable que sea también el último que tenga su estreno en estas circunstancias “de lujo” (¿a poco habrá alguien al pendiente de la remasterización de Coda?). Sin embargo, Plant no está de gira en la promoción del 40 aniversario de Physical Graffiti, sino por el lanzamiento de su propio álbum solista, el muy decente y aceptable Lullaby and the Ceaseless Roar. Ah no, el relanzamiento de los primeros discos de Led Zep es el proyecto bebé de Jimmy Page. Recuerden que en esta historia, Page es el héroe que anhela con reunir a la banda y volver tocar sus canciones en vivo, mientras que Plant es el villano que le da la espalda al guitarrista, contento con su material solista y su banda apoyo (digo, está en su derecho).

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Ya que Page no tiene a su vocalista y, por lo tanto, Led Zeppelin no tiene su voz (algo que es imposible de reemplazar, solo pregúntenle a Queen o a los Doors), lo único que puede hacer para mantener vigente el legendario nombre de la banda (o sea, SU banda) e introducirla a nuevas generaciones de radioescuchas es trabajar sobre su histórico catálogo para ofrecer un producto más atractivo. Y bueno… las canciones son las mismas, y el material extra será apreciado por los fanáticos a morir, aunque la mayor parte del público lo tachará de prescindible. La edición conmemorativa de Physical Graffiti se puede escuchar en plataformas de streaming, pero resulta ilógico ofrecer el producto por esta vía cuando el stream sigue ofreciendo una calidad de audio inferior al formato físico. Haz lo que puedas por conseguir el relanzamiento en vinilo o, en su defecto, en disco compacto. La presentación es agradable, pero aquí lo importante es la experiencia auditiva. Ponte unos audífonos, cierra los ojos, y deja que la música te lleve por los sonidos que la banda exploraba en aquellos tiempos, tal como Page quisiera que se escuchara si la tecnología de hoy estuviera a su disposición en aquellos tiempos.

Para poner Physical Graffiti en el contexto adecuado, vamos a ver lo que sus pares estaban haciendo en 1975:

Bob Dylan – Blood on the Tracks
Black Sabbath – Sabotage
Bruce Springsteen – Born to Run
Eno – Another Green World
Fleetwood Mac – Fleetwood Mac
Neil Young – Tonight’s the Night
Patti Smith – Horses
Pink Floyd – Wish You Were Here
Queen – A Night at the Opera
Steely Dan – Katy Lied

Digamos que era un buen año para gastar lo que tuvieras a la mano en la tienda de acetatos…

Physical Graffiti llegó en un tiempo muy interesante para la música, un tiempo de transición por así decirlo. El rock progresivo estaba gozando su máxima expresión, las bandas de hard rock le estaban inyectando nueva vida al género, introduciendo riffs más pesados y “subverisos”, el punk estaba asomando la cabeza, empezando a mostrar su hartazgo por los excesos del prog, mientras que los grandes nombres de aquellos tiempos o ya sea se estaban estancando en viejas fórmulas, o nadaban a contracorriente de las tendencias populares para hacer la música que a ellos les pegaba la gana tocar, como Dylan, Young, y los mismos Led Zeppelin. Physical Graffiti es una expresión de las últimas grandes ideas que Page, Plant, Bonham y Jones tuvieron como grupo antes de capitalizar sobre sus logros artísticos y disfrutar por unos años el título de “la banda de rock más grande del planeta.” Tuvieron su momento y por eso vale la pena desempolvar ese tesoro para que vuelva a brillar en el siglo XXI.

Debo confesar que nunca había tenido el gusto de escuchar PG completo, de principio a fin. Es uno de esos discos que siempre dejaba para otro rato, confiado en que algún día llegaría el momento para digerirlo adecuadamente. Ciertos discos no son aptos para oídos novatos, y lo mejor es darse más tiempo para desarrollar el gusto antes de sumergirte de lleno en algo como PG. Así como el Exile on Main Street de los Rolling Stones o el disco blanco de los Beatles, aquí tenemos el álbum doble de Led Zep, su producción más ambiciosa, más ecléctica, ambivalente, y a menudo considerada por la crítica como su obra maestra. Paradójicamente, también es su álbum menos popular entre los seis primeros discos que establecieron la reputación del grupo como los pioneros del heavy metal. Fuera de “Kashmir” y tal vez “Houses of the Holy”, las canciones de PD no suelen entrar en la mente de aquellos que piensan en los nombres de sus rolas favoritas. Es un disco demasiado raro, de una idiosincrasia que aleja a los fans del IV o el II. Cierto, es su disco más ambicioso, pero también es un álbum que exige paciencia, varias escuchas, y momentos para digerir los sonidos antes de que uno le encuentre su encanto; sin embargo, las recompensas están ahí, detrás de las ventanas.

T: @ShyTurista

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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