Si bien su más reciente disco Kill The Hook fue lanzado en 2013, la música de Random Recipe acaba de ser editada en México y en Latinoamérica este año. Se trata de la propuesta de un grupo canadiense de cuatro integrantes –Frannie Holder, Fabb, Vincent Legault y Liu-Kong Ha–, que reflejan justamente lo cosmopolita que es la cultura de esta ciudad, ya que cada uno de ellos tiene formaciones musicales distintas y hasta dominan distintos idiomas como el inglés, francés y español.

Para promover su proyecto por Latinoamérica, el grupo se lanzó a recorrer el continente para presentarse en Colombia, Panamá y el próximo jueves 21 de julio en El Imperial de la Ciudad de México.

Como ya andan en el país, aprovechamos para platicar con Frannie y Fab, quienes para nuestra sorpresa hablan un muy buen español. Frannie domina la lengua gracias a que anduvo de viaje por México y Sudamérica, y aprendió el idioma “hablando con la gente”. Fab, por su parte, estudió idiomas en su natal Montreal.

¿Qué es lo que más les gusta de esta región? Por supuesto la cultura en general, la gente porque tiene “una onda muy especial” y proyectos musicales como Bomba Estéreo (de quienes se declararon fans).

Una random recipe (receta aleatoria) puede ser prácticamente cualquier cosa, o al menos es lo primero que pensamos al hablar del nombre de la banda, algo que Fab corrobora explicando cómo el azar ha sido una constante en la vida de todos los miembros del grupo:

“Hace dos semanas tocamos en California en una boda, y fue por un muchacho que conocimos en Italia, muy borracho. Se nos acercó y nos dijo que si le ayudábamos cantando para alguien… y por fin lo hicimos hace un par de semanas. El nombre Random Recipe también abarca los géneros de música que tocamos, ya que ponemos muchos ingredientes, muchos instrumentos, para hacer algo original y auténtico”.

En sus inicios, Random Recipe aprovechaba cualquier oportunidad para tocar, incluso haciéndolo de forma gratuita en las calles, ya que –para ellos– el chiste era compartir la música. Esta costumbre tan peculiar se ha mantenido, aun ahora que son una banda más profesional,  y todavía les gusta tocar por los rincones de todas las ciudades a las que viajan.

“Cada vez que cambiamos de país o continente siempre tocamos en la calle, en un parque, en un taxi. No se puede comparar a tocar en un escenario, por toda la parte técnica. Pero creo que nunca vamos a dejar de tocar aleatoriamente en las calles porque es un contacto humano y muy íntimo con la gente, y a nosotros nos gusta mucho. Todo esto es un sueño hecho realidad. Cuando empezamos teníamos 19 años y vernos ahora, 10 años después, que viajamos mucho y con esas canciones que escribimos hace 10 años, es súper”.

Ya han pasado tres años desde el lanzamiento de su más reciente disco, Kill The Hook, pero en medio de la promoción por Latinoamérica se han reconectado con los ideales originales que los llevaron a crear este material, pues ellos querían usar su música para darle voz a los problemas que rodean a nuestra sociedad: “Los temas que tratamos en el álbum son cosas que vivimos a lo largo de varios años. Hay cosas que llaman nuestra atención y a nosotros cantar nos permite hablar de lo que nos afecta. Sí, hay canciones que hablan de amor, pero cuando vemos situaciones que para nosotros no están bien, sentimos el deber de hablar y cantar de lo que está pasando porque tenemos una voz que puede representar a mucha gente”.

Anteriormente, las que tomaban la batuta dentro de la banda eran Fab y Frannie pero al hacer este último disco quisieron incluir las ideas de todos. El resultado fue una experiencia tan complicada como enriquecedora, considerando las variadas historias personales de los integrantes.

“Queríamos explorar más las ideas de cada integrante del grupo, nos pusimos los cuatro a escribir y eso era un reto grandísimo porque somos súper diferente uno del otro. Por ejemplo, en una canción a mí me gustaba un beat de una manera y al baterista le gustaba de otra, y a Frannie las vocales de otra. Entonces, el reto era poner todas estas ideas juntas y formar un álbum completo con esto. Lo que nos gustó era que queríamos escuchar las ideas de los chavos, porque ya son tres años de tocar con ellos pero nunca las poníamos sobre la mesa. Este álbum permitió eso, pero era súper difícil delimitar ideas y completarlas. Fue un reto, pero también una súper linda aventura y experiencia”.

Pero… ¿cómo le hacen para decidir qué cosas van a poner en su música de forma que todos queden contentos con el resultado y no existan fricciones entre los integrantes? Fab responde:

“Yo creo que no es fácil porque estar en una banda es muy similar a estar en una familia. Tenemos que estar abiertos de mente, tener mucha paciencia y la comunicación es la cosa más importante. Tomar cualquier decisión nunca es definitivo, siempre habrá alguien que no será 100% feliz, pero tenemos que pasar a lo siguiente. Por ejemplo, yo soy la única que no estudió música –estudié idiomas y traducción–, no tenía ni idea cuando tenía que hablar con mi guitarrista, que es un súper master de la música, y tenía que explicarle ‘oye, pero por qué no haces el sonido, como la la la la laaa’, y él no me entendía. Había frustración al tratar de comunicarnos, pero con paciencia lo hicimos súper bien”.

Y, sin importar los inconvenientes, la banda sigue adelante gracias a la convergencia de personalidades, géneros, idiomas y hasta estilos de vida… combinando todo hasta encontrar un punto donde todos puedan plasmar sus ideas, tan diversas y multiculturales como la propia Montreal que los vio nacer personal y profesionalmente.

Y, para ir calentando motores antes de su presentación en El Imperial, es hora de escuchar y sentir el resultado de la exótica mezcla de una Random Recipe que, Frannie define con tres palabras: “Ecléctica, original, y feliz”.

Por: Abraham Huitrón / @abrahamhuitronv

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