El regreso de Rammstein a México fue tendencia a lo largo de la última semana, dejando ver que la expectativa por lo que nos mostraría la banda alemana estaba a tope. Y tenemos que decirles una cosa: la experiencia es brutal, intensa, única… en fin, las palabras no alcanzan para definir lo que este espectáculo fue.
Desde el inicio, el escenario lucía imponente incluso antes de que las luces, el fuego y los integrantes del grupo encabezado por Till Lindemann aparecieran en la tarima del Foro Sol. Ya en plena espera, uno podía sentir que se venía un verdadero show para el recuerdo.
La sugerencia en los altavoces previo al concierto es que en medida de lo posible, el público guardara su teléfono. Claro que se entiende la petición; no hay nada como disfrutar de una presentación de este tamaño con toda la atención de por medio. Pero igual es válido tener el recuerdito en video; no hay pierde.
Y bueno, el momento llegó. El logo del grupo se iluminó, se elevó a lo largo de una pantalla y cuando alcanzó la parte más alta de la estructura, se soltó la pirotecnia para dar la bienvenida a Rammstein. Lindemann no es muy conversador en realidad, pero no hace falta cuando el acto habla por sí solo desde el primer minuto. “Armee der Tristen”, “Zick Zack” y “Links 2-3-4” abrieron el concierto ahí nomás como los primeros avisos del poderío sonoro de la agrupación, acompañado claro por el coro del público que conectó de inmediato.
Era de esperarse que la gente hiciera caso omiso de la sugerencia de no sacar los teléfonos, pero eso no fue inconveniente porque cuando “Sehnsucht” sonó se desbordaron el headbanging, los gritos y toda la energía.
La emoción se disparó y hasta hubo una persona noqueada
Una banda como Rammstein es capaz de provocar mil cosas a la vez, hablando propiamente de lo emocionante que resulta verlos en vivo. Y es que realmente, pocos proyectos musicales suenan tan bien en vivo. Tanto “Zeig dich” como “Mein Herz brennt” nos mostraron ese dominio genial que el combo germano tiene sobre metal con toques sinfónicos.
Desafortunadamente, aunque no lo crean, hay quienes prefieren agarrarse a golpes aún cuando tienen un espectáculo de este calibre enfrente. Del lado derecho de la pista general, justo en la división de la zona A con la B, un grupo de sujetos se enfrentaron (quién sabe por qué demonios) y el asunto se puso tenso al grado que una de estas personas terminó noqueada en el suelo. Por fortuna, la seguridad resolvió el conflicto y los encargados del servicio médico hicieron lo propio con el tipo que resultó herido.
Vaya manera de desperdiciar el dinero de un boleto y una experiencia musical como esta… pero en fin. Lo importante es que el asunto ese no pasó a mayores, no opacó la buena vibra que se sintió mayormente entre los asistentes en esa zona del Foro Sol y sobre todo, rolas como “Puppe”, “Heirate mich” o “Zeit” siguieron alimentando esas ganas de cantar con el mejor acento alemán posible para quienes sí lo estaban disfrutando.
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Rammstein incendió el Foro Sol
Bueno, bueno… Ya estaba siendo hora de -literalmente- ponerle fuego a todo esto. Con esa capacidad histriónica que es parte de su sello como artista, Till Lindemann interactuaba con la audiencia. Pero lo suyo es algo especial porque, como dijimos antes, él no necesita darle a su público algún discurso meloso o emotivo para ganarse el alarido colectivo; a él le basta con sus gestos faciales que van de la furia a la locura. Algún azotón en la cabeza que le ponga más intensidad al performance se puede ver por ahí. Un showman en todos los sentidos.
Y para ponerle ese toque ‘incendiario’ al momento, Lindemann se cambió de vestuario, sacó los lanzallamas y ya sabíamos entonces que la siguiente carga de artillería llegaría al escenario. “Deutschland”, “Radio” y “Mein Teil” fueron las rolas con las que se hizo presente la pirotecnia en su máximo esplendor.
Así llegó uno de los momentos épicos de la noche en el Foro Sol. Rammstein tocó “Du Hast” y si el lugar ya estaba hecho un hervidero de euforia, con esta clásica rola todo se disparó a un nivel impensado. Del escenario salieron llamas y en la pista de la audiencia, las torres que eran parte de la producción de la banda también disparaban fuego.
Uno nomás sentía el flamazo en cada esquina del recinto; las caras de “wow, esto no es verdad” lo decían todo. La fiesta estaba más que encendida y los rostros de los miembros de la banda, con sonrisa de oreja a oreja, eran una señal inequívoca de que la conexión entre grupo y sus fans estaba totalmente servida. Pero aún quedaba una última parte para rematar una noche perfecta.
Un cierre con el Dr. Simi, besos y una sorpresa para los fans de México
Cuando “Sonne” terminó, el escenario se oscureció. Algunos se fueron con la finta de que el concierto había terminado, pero otros sabían que ni de chiste se cerraría así. Entonces, mientras Rammstein preparaba la próxima rola, el público armó su propia fiesta momentánea recurriendo a un clásico de la vieja escuela de los conciertos en México: el famoso ‘chichis pa’ la banda’.
Lo siguiente fue “Engel” en una hermosa versión de piano acompañada por el Foro Sol siendo iluminado con las lámparas de los celulares de todos. Ya se imaginarán el infinito coro del público replicando el icónico silbido de ese tema. Pa’ que se te enchine la piel, sin duda.
Tras un curioso crowd-surfing, la banda subió al pasillo del escenario donde la gente les aventó todo lo que pudieron. Y sí, para molestia de algunos y el gusto de otros, el grupo recibió su respectivo Dr. Simi. Richard Z. Kruspe se lo colgó durante un rato en la correa de su guitarra y se vio bastante a gusto con el muñeco.
De nuevo, los fans armaron su propia fiesta gritando el también clásico ‘beso, beso’. ¿Y quiénes se dieron el besito? Pues nada más y nada menos que Paul Landers con el ya mencionado Kruspe, soltándose entre ellos una sonrisa llena de complicidad y buen rollo al finalizar “Ausländer”.
La parte final del show nos trajo “Du riechst so gut”, “Pussy”, “Ich will” y “Adieu” en las que Lindemann ofreció algunos de sus pocos diálogos en español con la audiencia. “México, increíble, muchísimas gracias” dijo el cantante en el momento en que la banda se despedía del público con su ya clásica pose de una rodilla sobre el suelo. Luego, subieron a un ascensor que los llevó a la parte más alta de la estructura de su escenario.
Parecía el final del concierto, pero ellos tenían una sorpresa preparada. “¿Quieren más?”, preguntó Till a los ansiosos fanáticos que pedían “Te quiero puta!”, que fue el tema que cerró ahora sí la presentación. Rammstein, como se esperaba, incendió el Foro Sol con un concierto espectacular que será recordado como uno de los mejores del año.
Setlist de Rammstein en el Foro Sol
- “Armee der Tristen”
- “Zick Zack”
- “Links 2-3-4”
- “Sehnsucht”
- “Zeig dich”
- “Mein Herz brennt”
- “Puppe”
- “Heirate mich”
- “Zeit”
- “Deutschland”
- “Radio”
- “Mein Tail”
- “Du Hast”
- “Sonne”
- “Engel”
- “Ausländer”
- “Du riechst so gut “
- “Pussy”
- “Rammstein”
- “Ich will”
- “Adieu”
- “Te quiero puta!”
