Reseña y Fotos: QUEENS OF THE STONE AGE
Domingo, 21 de septiembre
Pepsi Center WTC
México, DF
EL CONCIERTO
Los Queens of the Stone Age regresaron por segunda ocasión en su trayectoria a nuestro país y tan sólo un año después de su presentación en el Corona Capital. Fue una lástima que su tocada en Monterrey el viernes tuviera que ser cancelada por motivos fuera de su control, pero el evento se llevó a cabo a la normalidad en el D.F., bajo el techo del Pepsi Center. La banda sigue de gira por su más reciente álbum, …Like Clockwork. De izquierda a derecha en el escenario: Troy Van Leeuwen en guitarras y teclados; Dean Fertita en los teclados y guitarra; Jon Theodore en la batería; Josh Homme en los vocales, guitarra y piano; Michael Shuman en el bajo. El fondo del escenario estaba adornado con siluetas de edificios y lámparas sobre postes como de una caricatura maldita. Esto fue lo que tocaron:
SETLIST
1. You Think I Ain’t Worth a Dollar, But I Feel Like a Millionaire
2. No One Knows
3. My God Is the Sun
4. Smooth Sailing
5. In My Head
6. Kalopsia
7. Feel Good Hit of the Summer
8. The Lost Art of Keeping a Secret
9. The Vampyre of Time and Memory
10. If I Had a Tail
11. Little Sister
12. Fairweather Friends
13. Make It With ‘Chu
14. I Appear Missing
15. Sick, Sick, Sick
16. Go With the Flow
ENCORE:
17. Do It Again
18. A Song for the Dead
INVITADO ESPECIAL
Ruido Rosa se encargó de abrir el concierto con algunas de sus canciones de rock sin adjetivos. La banda mexicana tuvo 20 minutos para calentar el escenario en lo que el público se aclimataba a la situación. Fue prácticamente un hola y adiós palomero que nos permitió apreciar la horrible acústica de nuestra caja gigante de zapatos favorita. Por cierto, apenas vimos a Ale Moreno con Disco Ruido! hace un par de días en House of Vans, hablando de cambios drásticos de estilo, más allá de cambios de vestuario.
OPINIÓN
El concierto empezó de la misma manera que han empezado los conciertos de Queens of the Stone Age desde tiempo inmemorable, con esa canción que siempre, siempre, siempre nos recuerda a Nick Oliveri ya que nadie en la banda puede explotar a gritos como él. Sin duda “Millionaire” es la canción ideal para arrancar cualquier cosa, ya sean conciertos, discos, bodas o bautizos, pero han pasado como 10 años y todavía no lo podemos superar. Los riffs de guitarra y el final falso son muy emocionantes, pero nos hace falta ese punch que le daba el ex-bajista, así que tenemos que esperar al siguiente tema para que el público se prenda como es debido. Por supuesto, la banda está obligada a seguir “Millionaire” con el inconfundible intro de “No One Knows” ya que son de esos combos donde una rola está engrapada a la otra como gemelos siameses. Sería una violación a los derechos humanos separar estos dos temas de Songs for the Dead y ponerlas en puntos distintos del setlist.
Si llegaste a ver a QOTSA en el CC13, seguro habrás notado que tocaron un poco más de tiempo por lo que metieron más canciones en el set, pero si tenías la esperanza de escuchar más temas de Lullabies to Paralyze o Rated R, lo sentimos mucho, ya que nos dejaron rogando contra la pared. Sin embargo, si eres fan del último disco, seguro te dio gusto escuchar que la banda interpretó un cacho del álbum, empezando con “My God Is the Sun” y “Smooth Sailing”, e intercalando con alguna favorita de antaño como “In My Head” o “Feel Good Hit of the Summer” para así mantener contentos a todos sus fans. De estos nuevos temas, quizás la sorpresa más agradable fue la de “I Appear Missing” cuyo extenso outro –con los teclados de Fertita y las texturas de Homme y Troy en las guitarras– se tradujo muy bien a la experiencia en vivo. Tal fue el dominio de Clockwork a la mitad del set, que cualquier petición de sus otros discos no hubiera encajado perfectamente en el flujo. Clockwork es un álbum más meloso, con toques un tanto más psicodélicos, aunque los rasgos macabros de sus otros discos siguen presentes.
El público estuvo conformado por una audiencia muy distinta al de tu concierto metalero promedio. El sonido de QOTSA nunca ha logrado encajar en el molde de una banda de metal y es raro escuchar sus canciones en las estaciones comerciales de pop/rock, por lo cual, es difícil asignarle otra etiqueta a su audiencia que no sea “ecléctica”. Josh Homme escribe canciones de rock en una industria donde el término rock debe ser acompañado por un prefijo como indie-, o alternative-, o cuando ninguno de estos dos le corresponde, stoner-. A diferencia de los Foo Fighters en un extremo, o Nine Inch Nails en el otro, Josh Homme se inspira en la soledad del desierto, adoptando elementos del spaguetti western y agregando el metal pesado de Black Sabbath. Sin embargo, resulta algo difícil definir con certeza la influencia principal de Homme. Por ejemplo, a la mitad de “Feel Good Hit of the Summer” esta noche metió un verso de “Never Let Me Down Again” de Depeche Mode. Una buena parte del público reconoció la letra, aunque me tomó un rato ubicar la fuente. Cuando quiero comparar a Josh Homme con otros artistas, la figura de Dave Gahan no es la primera que viene a la mente.
Los Queens of the Stone Age nos dieron el concierto que uno puede esperar de una banda profesional. Después de tomarse un largo reposo, la banda viene todavía fresca, en la gira de su más reciente álbum que además fue bien recibido por la crítica. Es evidente que todavía le restan algunos años y algunos discos a Homme antes de tomar la decisión de salir a tocar con los grandes éxitos como las bandas oldies de hard rock. Aunque claro, no hay nada malo con eso. Todo mundo llega a su fin en su ciclo de creatividad, pero eso no quiere decir que ya tienes que arrojar la toalla. Hace unas semanas vimos a Def Leppard en el Palacio de los Deportes recurriendo a la nostalgia de sus años ochenteros. Con casi 20 años de trayectoria, Queens of the Stone Age está en su periodo de “madurez”, pero todavía se puede dar el lujo de promover un nuevo disco sin que la gente empiece a pedir a gritos “Go With the Flow” y ya nos vamos. En efecto, Homme y su grupo ya son veteranos de la industria, pero con tantos proyectos en su cabeza, es difícil imaginar a Homme en la gira de sus greatest hits. El hombre necesita una saga.
DURACIÓN: 1 hora y 30 minutos
FOTOS: Diego Figueroa (@halofive)
RESEÑA: Someone’s in the Shy (@ShyTurista)
PEPSI CENTER: ¡ESE AUDIO! ¡¡¡ARRRGHH!!!