Hace más de 30 años, México no era sede de conciertos masivos ni grandes presentaciones con bandas legendarias. Sólo era un país, musicalmente hablando, que servía como puente para artistas latinoamericanos y su intento por alcanzar la fama. Sin embargo, más allá de eso, nuestro país nunca fue un espacio para la proyección musical internacional ni sus audiencias sirvieron como factor para determinar el éxito o no de una banda. Ahora, las cosas han cambiado y somos sede de grandes festivales, conciertos en arenas, estadios y “palacios” y un sinfín de venues pequeñas que resaltan las propuestas musicales más alternativas del momento.

Pero volvemos: Hace casi 40 años, cuando Queen, por ejemplo, estaba en su punto más alto, México no vislumbraba en el mapa… hasta 1981 cuando la banda británica liderada por Freddie Mercury, abrió unas cuantas fechas para dar concierto en Monterrey y Puebla, ni siquiera la Ciudad de México. ¿Los resultados? En cuanto a organización, fueron un total desastre. Era la primera vez que una banda de esa magnitud venía al país, así que los organizadores se enfrentaron a una pesadilla que incluyó errores en las horas de entrada, la numeración de los boletos, instalaciones peligrosas y muchos detalles más.

Sin embargo, esos conciertos pasarán a la historia no como la primera y única vez que Queen y Mercury vinieron al país antes de su muerte en 1991, 10 años después; sino como los conciertos que marcaron la historia musical en cuanto a presentaciones de México y su proyección en el mundo como audiencia que sabe qué quiere escuchar y qué no.

El Estadio Universitario de Monterrey y el Estadio Olímpico Ignacio Zaragoza, fueron sede de esos conciertos como parte del Gluttons For Punishment tour de Queen por algunas ciudades y capitales de América Latina como Caracas en Venezuela que también presentaron algunos problemas y hasta cancelaciones. En Monterrey, Queen sólo se presentó un día, el 9 de octubre, mientras en Puebla se respetaron las dos fechas del 17 y 18 del mismo mes.  

Existen un sinfín de historias alrededor de estas primeras presentaciones masivas en México. Una de ellas dice que un fanático se parecía tanto a Freddie Mercury, que logró entrar a su hotel y cuarto. Cuando llegó la seguridad del recinto con Mercury, al vocalista le resultó gracioso y le dio un par de boletos para el concierto. Otra, la más conocida, fue una mala y vergonzosa experiencia del público con el cantante. Dicen por ahí, que Mercury se puso un sombrero charro mientras cantaba una de sus canciones más populares, pero la gente no comprendió la dinámica de resaltar algo característico del país en sus visitas, y el escenario se llenó de zapatos y orines: “Muchas gracias por los zapatos”.

Quizá las razones no estén muy claras sobre la razón por la cuál se cancelaron las fechas previstas para la Ciudad de México, y peor aún, por qué Queen y su poderoso sonido disco, nunca volvió a considerar a nuestro país como una opción para presentaciones en vivo. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que los conciertos de Queen sirvieron como un enorme ensayo y error para futuros conciertos que ahora, como mencionamos en un principio, forman parte de la construcción musical del país.

Este viernes 2 de noviembre se estrenó a nivel mundial la cinta Bohemian Rhapsody, la cual presenta el recorrido de Mercury por Queen, así como su ascenso a la fama, su participación en el Live AID y el final de todo.

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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