Hay discos que ya son parte de nosotros, ya sea por las canciones que contiene o, por la mística que hay en él. El caso de Prince Rogers Nelson –mejor conocido por todos como Prince– fue especial. Ya que, a lo mejor sin saberlo o con toda la fe del mundo, nos entregó el mejor disco de su carrera y el que la marcó por completo, Purple Rain.
En 1984, Prince andaba en un momento interesante de su carrera. Tenía la inquietud de innovar y, elevar a un nivel más grande su sonido, pero sobre todo, si figura dentro de la industria musical. Fue así que empezaron las sesiones de grabación para Purple Rain. De entrada hubo un cambio radical, por primera vez en su carrera, el músico le dio crédito a su banda The Revolution por las canciones que compusieron junto a él.
Pero más allá de recibir un reconocimiento por su trabajo y, que todas las canciones están compuestas por el propio Prince, dejó que los músicos echaran mano y aportaran ideas para que las rolas tuvieran otro rumbo. Una nueva perspectiva sonora. El cambio se empezó a sentir con una acción muy simple: grabar algunas canciones en un concierto en vivo; algo que el legendario música jamás había hecho.
Para ello, aprovecharon una presentación en el First Avenue Club de Minneapolis, ciudad natal del músico, para grabar “I Would Die 4 “, “Baby I’m a Star” y la canción que le daría nombre a este disco. Más tarde, Prince entraría al estudio para reeditar las cintas y modificarlas para que tuvieran un mejor sonido y se acoplaran con el nivel de grabación que tendría Purple Rain.
El disco abre con “Let’s Go Crazy”. Unos sintetizadores, súper identificables de la época, se escuchan mientras Prince nos narra antes de que entre la batería y los demás instrumentos lo que para él sería la definición de disfrutar el momento. Un inicio caótico y bailable; incluso la canción llegó a entrar a la cima de los charts. A pesar de que se siente un cambio sonoro, el músico mantuvo la esencia de su sonido, el R&B; al cuál le añadió muchísimo del rock que se estaba haciendo en la época, junto con funk y ritmos de baile sintetizados.
“Take me With You” fue una colaboración entre él y la cantante Apollonia Kotero, quien también aparece en la película. Una de las mejores canciones que se encuentran en el disco es “Computer Blue”, que brilla por unos sintetizadores que se mezclan perfectamente con unos arreglos muy tenues de guitarra. Después le seguiría la brillante “When Doves Cry”, donde el músico más experimentó; sin un bajo que marcara el ritmo junto con el bombo y varios teclados le daban seguimiento a la estupenda voz de Prince.
Todo eso fue más que suficiente para crear un ambiente casi psicodélico. Como dato curioso, esta canción fue escrita para una secuencia de la cinta, y terminó siendo una de las más exitosas de la década según Billboard.
“I Would Die 4U” es una desviación del resto del álbum y es un himno con ritmos repetitivos y un estribillo plagado de sonidos sintetizados. La pieza musical se corta en forma abrupta en “Baby I’m A Star”, una composición ideada para un ambiente de show; con letras teatrales y un beat que se repite fuerte.
El cierre perfecto llegaría con “Purple Rain” aquí podemos observar al artista, al más puro Prince. En esta canción el músico se adentra en sus influencias provenientes del blues y el funk, donde las guitarras se roban el protagonismo, que podríamos llamarlas como el corazón de esta pieza. Es desde esas seis cuerdas donde nace el épico, que cierra esta obra con una sensación de energía que rompe todo lo que habíamos escuchado previamente. Esta canción se convirtió en uno de los clásicos del cantante y, quizá en el mayo éxito de su carrera.
Al año siguiente, Prince recibió 5 premios Grammy por este discazo y, obtuvo un Óscar por la película. Después de este lanzamiento, el cantante dijo que ya no haría giras ni videos musicales, pero las repercusiones de este disco fueron más allá de eso; todo terminó con la separación entre el músico y The Revolution.
Con Purple Rain, Prince se salió con la suya. Musicalmente nos entregó una de las joyas de los 80, –calificado por la Rolling Stone como el segundo mejor disco de la década–; pero a él, lo encumbró como la figura mágica que utilizaba guitarras eléctricas extravagantes. Purple Rain es el álbum que definió no solo una época en la historia de la música, también terminó de consagrar al hombre que se volvería en leyenda. El mejor disco en la carrera de Prince.