Para nosotros es bastante normal ver que esas bandas y artistas que nos encantan anuncien fechas por todo el mundo y armen giras donde recorren casi siempre todos los continentes. Aunque no todos tienen la suerte de contar con un buen respaldo que los lleve a armar un tour mundial o en su propio país. Y ese es justo el caso de la gran mayoría de los músicos independientes que, con tal de cumplir con sus fans, ponen dinero (que incluso no tienen) para que se lleven a cabo sus presentaciones.
Pero lamentablemente, esta situación ha hecho que muchos de artistas que se sostienen por sí solos tengan que tomar medidas muy drásticas como cancelar shows y fechas, pensando en su economía y considerando los gastos que deben cubrir (hablando de traslados, hospedaje, viáticos y staff). Sin embargo, esta problemática es muy profunda y han surgido testimonios que nos dejan muy claro que tocar por todas partes no beneficia en nada a esas bandas o proyectos.
Las giras y las cancelaciones de shows son algo complejo
Las giras eran un terreno inseguro desde antes de la pandemia, la cual vino para mostrar más obstáculos. Cualquiera que haya estado cerca de la música en vivo en los últimos dos años –desde los músicos que se han esforzado por tocar en todos lados hasta los que compran boletos y los trabajadores en backstage- ha sido muy consciente de la fragilidad que rodea a los tours en general. Basta con que el equipo de un artista dé positivo en una prueba rápida, con que haya problemas en la logística que les impidan viajar, con que haya una crisis de salud mental o con que exista una simple falta de financiación para que toda una serie de conciertos se caigan.
Desde que “las cosas volvieron a la normalidad”, tanto el público como los artistas hemos normalizado que no se armen algunos conciertos. Por eso, cuando la sensación del rap británico, Little Simz, anunció que cancelaba su gira por Estados Unidos (y hasta una presentación en México) en el pasado mes de abril, para la gran mayoría se quedó en una decepción. En el comunicado de la artista explicando la razón por la que cancelaba esas fechas, nos dejaba ver que estaba luchando para continuar con su tour: “Al ser una artista independiente, pago de mi bolsillo todo lo que abarca mis actuaciones en directo y hacer una gira de un mes por Estados Unidos me dejaría en un gran déficit (…) Por mucho que me duela no verlos en este momento, no soy capaz de someterme a ese estrés mental”.
Little Simz, la joven promesa que tuvo que cancelar su tour
Para los fans de la música que quizá desconocen cómo se mueve la situación financiera en la industria musical, el anuncio de que Little Simz no contaba con recursos para una gira en 11 ciudades –una serie de fechas bastante considerable que no cubría por completo el país– quizá pasó desapercibida. Sin embargo, el cuarto álbum de esta joven de 28 años, Sometimes I Might Be Introvert, es su disco más exitoso hasta la fecha desde el punto de vista comercial y de la crítica, ya que fue la primera vez que apareció en varias listas de popularidad como Billboard, además de haber sido nominada al presstigioso Mercury Music Prize.
Incluso una de sus canciones apareció en la película Venom 2: Let There Be Carnage. Simz está más cerca que nunca de convertirse en un nombre conocido en todo el mundo pero, ¿por qué no tiene chance de salir de gira y dedicarse, paradójicamente, a uno de los únicas oportunidades profesionales con los que los músicos pueden ganar dinero en este momento? Bueno, pues son muchos los factores que los afectan y los repasaremos para que queden claros.
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Santigold y varios rockeros se unieron a la lista de artistas que evidenciaron la situación para los músicos
A medida que avanza el año 2022, queda claro que Little Simz no es la única que se enfrenta a este problema. Recientemente la leyenda del pop Santigold (que acaba de publicar su primer álbum en seis años y fue nombrada por Beyoncé como un icono generacional en el remix de “Break My Soul” hecho por Madonna), reveló que iba a suspender toda su gira por Norteamérica, mencionando los altos costos del tour que para ella son insostenibles debido a la inflación, así como la situación cada vez más complicada de la vida de las giras después del COVID. “Creo que es importante que la gente sepa la verdad de los artistas (…) Y no creo que haya suficientes personas que hablen de ello públicamente”, dijo en un extenso comunicado explicando la cancelación.
La declaración de Santi se produjo en un momento en el que los artistas son cada vez más conscientes del lo complicada que está la situación. Los problemas de la cadena de suministro y la inflación –dos de los principales y más sentidos golpes financieros de la vida post-COVID en Norteamérica- han golpeado duramente a la industria de low conciertos, ya que grupos de rock veteranos como Anthrax y Stryker han tenido que cancelar fechas debido a la escasez de autobuses de gira y el aumento de los gastos de viaje.
Muchos artistas han dejado muy claro que salir de gira no es financieramente viable para sus bolsillos
De acuerdo con Vulture, la cantante paquistaní Arooj Aftab, cuyo álbum Vulture Prince, aclamado por la crítica, le valió un Grammy a la Mejor Actuación Musical Global en 2022, reveló que tenía “decenas de miles” de dólares de deuda a pesar de las “grandes asistencias” en sus presentaciones y aparecer como la artista principal (si creen que eso está gacho, imagínense lo que se llevan por show los artistas que tocan como teloneros).
“Avergonzar a los artistas cuando abogan por sí mismos y por mejorar sus honorarios es una de las peores cosas socialmente normalizadas en la industria”, también escribió Santigold, una triste y extraña realidad que quedó en evidencia cuando la banda de indie rock, Wednesday se hicieron virales al hablar sobre las dificultades financieras de salir de gira, la cual terminó con una presentación en el famoso festival SXSW de Austin, Texas. Algunos los atacaron con burlas en redes sociales a pesar de detallar muy bien su punto y exigir un pago justo para los músicos independientes. Para que se den una idea de cómo estuvo la cosa, la agrupación reveló que en realidad no obtuvieron ganancias en este tour pues su beneficio neto fue de -98,39 dólares… Así que en realidad perdieron dinero en lugar de embolsarse una lana por sus shows.
La salud mental, un nuevo factor que afecta a los músicos cuando están lejos de casa
Estas revelaciones de que en la industria musical no han logrado crear un método viable y seguro para que los artistas independientes toquen en vivo sin terminar en bancarrota son frustrantes pero, si se tiene en cuenta el panorama social general, puede ser algo comprensible. Actualmente vivimos con varias tensiones sociales que afectan a todo el mundo, y la pandemia no ha hecho más que poner al descubierto la verdad común de que mucha gente tiene problemas de salud mental.
En medio del punto más complicado del COVID, se esperaba que el cierre efectivo de la industria de las giras permitiera al propio negocio de la música resolver todos los problemas a los que se enfrentan los músicos cuando intentan ganarse la vida de gira. Evidentemente, esto no ha sucedido, y mientras los artistas siguen luchando por salir adelante, algunos se preguntan si esto de. estar viajando durante meses, el desgaste físico y mental que supone, y las expectativas cada vez más amplias de la fama en general valen la pena.
Solo por ponerles algunos ejemplos, Arlo Parks, ganadora del Mercury Prize, canceló las fechas de su gira por problemas de salud mental, declarando simplemente que estaba rota. Después de reanudar su gira Justice Tour tras una batalla con el síndrome de Ramsey-Hunt, Justin Bieber también echó para abajo todas sus fechas para “priorizar” su propia salud y bienestar. Y así, una lista interminable de cantantes y músicos han hecho lo mismo, demostrando que tocar en distintas ciudades o países (a veces en una misma semana) les deja secuelas muy complicadas de las cuales, algunos todavía no se pueden recuperar.
Para nadie es un secreto que durante años, la industria musical se ha encargado de exprimir a los artistas a tal punto de llevarlos a situaciones muy difíciles y a veces mortales. Basta con repasar la historia de Britney Spears o si les da flojera leer, échenle un ojo a la biopic de Elvis de Baz Luhrmann. En vista de este pasado, así como de las exigencias a los músicos que parecen nunca terminar y la inviabilidad económica para armar un tour, es entendible que artistas como Little Simz, Santigold y más opten por abandonar por completo las giras para intentar promocionarse de otra manera pero, ¿cuáles podrían ser las soluciones si se busca arreglar esta situación con los shows en vivo?
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¿Existe una solución para que los artistas toquen en vivo y no terminen en bancarrota?
Cada vez es más común el concepto de largas residencias y específicas para ciudades importantes en Estados Unidos, e incluso hay quienes lo toman como una buena opción para dejar las giras. Y es que las exitosas series de fechas de Harry Styles en el Madison Square Garden de Nueva York, Adele en Las Vegas y hasta las estancias de LCD Soundsystem en Brooklyn, han tenido un gran recibimiento e ingresos de taquilla. Sabemos que este formato no es nuevo, Elvis lo inauguró para bien o mal en los 70, pero parece ser una salida a considerar si es que las bandas y artistas quieren tocar en vivo y a todo color sin tener que terminar sin un centavo, pues no tendrían que trasladarse de una ciudad a otra con todo su equipo, los costos se reducen considerablemente y las ganancias aumentan.
Sin embargo, aunque las residencias suenan como algo fabuloso, la realidad es que tampoco son lo mejor para la industria. ¿Por qué lo decimos? Bueno, pues porque el formato parece beneficiar sólo a los más poderosos. La mayoría de los artistas no cuentan con el público masivo que tienen Styles o los nombres grandes, así que muy pocos músicos podrían darse el lujo de entrarle a este formato. Eso sin contar que a los fans tampoco les conviene, pue pocos pueden permitirse viajar a otro lado para ver a su banda favorita y eso podría significar que se acaben los días en que esperábamos a que estos actos llegaran a nuestro país.
A todas estas broncas, habría que sumarle un factor muy importante que afecta tanto a los artistas como a los fans: los precios de los boletos, que tanto en México como en otras partes del mundo, siguen subiendo sin importar el tamaño del acto o el foro. Y sí, aunque ustedes piensen que aumentar el costo de una entrada le ayuda a sus músicos favoritos porque cae directamente en su cuenta de banco, están muy equivocados, ya que todo eso se reparte entre la boletera, promotores, patrocinadores y demás.
Se podría considerar a los festivales como otro espacio para que los artistas independientes puedan dar a conocer su propuesta sin tener que armar un tour como tal. Desde hace mucho tiempo, estos eventos sirven para que los fans que buscan ver a sus actos favoritos puedan hacerlo en un solo lugar sin gastar tanto dinero y con el plus de que pueden checar a otros músicos por el mismo precio. Sin embargo, tampoco son una opción viable, pues a menos de que se traten de los headliners o de proyectos con cierto renombre y una base sólida de fans, muy pocos son los artistas que ganen dinero por presentarse en un festival.
Parece que por ahora y hasta que la industria musical no decida hacer algo al respecto, los artistas independientes tendrán que seguir pasando por los mismos problemas a los que se enfrentan a la hora de salir de gira. Sin embargo, más allá de resignarnos a que nada pasará, nosotros como consumidores y fans podemos echarles la mano comprando sus discos y mercancía oficial, lanzándonos a sus conciertos (en la medida de lo posible) y en última instancia, escuchando sus canciones en plataformas digitales para que así, sigan dedicándose a la música y nos regalen esas canciones que tanto nos encantan.