Han pasado 25 años desde que se celebró el primer Vive Latino. Dos décadas donde han desfilado innumerables bandas, artistas y actos, algunos de ellos no se repetirán y otros pasarán a la historia por el momento y la forma en que se llevaron a cabo.
Pura nostalgia, eso nos hace sentir el festival más importante de México (aunque les duela a otros), este que nació en 1998, en una ola de tocadas masivas en CU o Prepa Fresno cuando en México más o menos eran permitidas, costaban un kilo de granos con 10 devaluados pesitos y el ska era lo más fuerte del cartel con bandas como Sekta Core.
El contexto del primer Vive Latino
En el mundo había una ola naciente de festivales, desde la celebración de Woodstock en 1994, pasando por el Glastonbury, el Lollapalooza, entre otros, en nuestro país no había uno que fuera un clásico y que identificara la gente como propio. El primer Vive Latino llegó para cubrir ese espacio.
Era año Mundialista en Francia y México quedó eliminado por Alemania; Oasis, Megadeth, Iron Maiden habían venido a tocar a la capital y empezaba con todo el auge de conciertos.
De ahí la necesidad de los organizadores por celebrar el primer Vive Latino. Era una idea arriesgada de Jordi Puig ya que un mes antes se había celebrado el olvidado concierto por los 30 años de los hechos ocurridos en 1968 en el Foro Sol, el cual, aunque costó 25 pesitos y tenía hasta sillas para que no se cansará la gente por estar parada todo el día, no salió como lo esperaban.
A pesar de eso, los organizadores apostaron todo y sacaron carteles que prometían dos días de música. Y el line-up fue una verdadera pasada, dicho sea de paso.
Ángeles del Infierno, Café Tacvba, Cuca, El Tri, Ely Guerra, La Barranca, La Dosis, La Gusana Ciega, Los Tres, Molotov, Resorte, Maldita Vecindad, Santa Sabina, Tijuana No y otras 25 bandas; algo que no se había visto en el entonces Distrito Federal, una enorme ciudad prácticamente nueva en cuanto a eventos masivos de este tipo.
La oferta musical del primer Vive Latino y otros detallitos para el recuerdo
Las propuestas eran variadas en el primer Vive Latino, pero todas en español con excepción de Ozomatli, quienes eran californianos. Rock, ska, funk, hard rock, heavy metal español, la oferta se ha ido ampliando con el paso del tiempo para darle rienda suelta a todo el público que quiera asistir y pasarse un buen rato.
“Cuando inició el Vive Latino en 1998, el público era más ortodoxo, hoy en día sentimos que hay quienes tienen corazón grupero, pero también les gusta el metal, el ‘indie’… No sé si es porque ahora consumimos música de forma digital, pero somos menos fundamentalistas con la música que nos gusta”, explicó Jordi Puig en una entrevista hace algunos ayeres.
¿Pero y los precios? Lejos, muy lejos quedó aquel boleto del primer Vive Latino que costó 180 módicos pesitos por cada día del festival y aunque no lo crean, era caro, el dólar había subido a 9.50 pesos y la cartera no estaba en su mejor momento, pero como nos encantan los guitarrazos, 40 mil fans asistieron a la convocatoria y lo atascaron.
Ahora con un precio más elevado –gracias a muchos factores externos, como la inflación–, el festival sigue posicionado como uno de los mejores del país, si no es que el mejor; y vaya que vale la pena el costo de boleto para el nivel de producción y evento que es.
El festival era todo un suceso, al grado que cuando MTV todavía tenía videos musicales y conciertos en vivo en su programación, se subió al tren y fue el canal oficial para transmitir el 28 y 29 de noviembre de 1998 el evento en exclusiva.
Era la primera prueba de fuego, aunque hubo algunas fallas de logística en los horarios y seguridad, salió súper bien librado y muchos fans se quedaron con ganas de más rock. Y ustedes, ¿qué recuerdos tienen del primer Vive Latino?