“Por fin vemos un rayo de esperanza para poder disfrutar una vez más de música en vivo”. Así fue como terminamos la nota que hablaba sobre el primer concierto con distanciamiento social… Pues qué bajonazo porque se cancela todo.

El gobernador de Arkansas, lugar que le daría vida al concierto, dijo que no cumplió con las normas sanitarias obligatorias para que se llevara a cabo.

Travis McCready, líder de la banda de rock country Bishop Gunn, estaba listo para ofrecer una “actuación acústica íntima en solitario” en el Temple Live de Fort Smith. La condición era que la seguridad de todos los asistentes y trabajadores estuviera garantizada al 100%.

Foto: Ticketmaster

Las entradas solo se podían comprar en “cápsulas de fans” de 2 a 12 asientos, cada uno de los cuales estará a unos seis pies de distancia del siguiente grupo, y la capacidad del lugar se redujo a un 80%.

Las máscaras faciales también se pondrían a disposición de todo el que necesitara una en el evento. La temperatura sería tomada a todos los asistentes en la entrada, se tomaron regulaciones de uso de los baños, e inclusive se desinfectaría el lugar con rociadores de niebla antes y después del evento.

Ahora, a pesar de todas las medidas tomadas para hacer de este un concierto seguro, el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, dijo que el concierto no cumple con las directivas del Departamento de Salud.

“Aprecio que los propietarios del lugar trabajen para hacer cumplir el distanciamiento social y el uso de máscaras para proteger a los asistentes al concierto, pero el concierto permanece fuera de la directiva pandémica del estado”, escribió en un comunicado al New York Times.

Dicho decreto molestó a los organizadores. Tanto así que Mike Brown, un representante de Temple Live, dijo que las regulaciones son discriminatorias porque las iglesias en los Estados Unidos tienen diferentes restricciones.

Foto por Sergione Infuso/Corbis via Getty Images

Los conciertos limitan su audiencia a menos de 50 personas y mantienen una distancia de seis pies entre los asistentes. Por otra parte, las iglesias no tienen límites en el número de asistentes permitidos siempre que mantengan la sana distancia.

“La directiva es discriminatoria porque el virus no sabe si está en la iglesia, en una escuela secundaria o en un lugar de música”, dijo Brown. “No es que tenga nada en contra de la iglesia, pero si puedes ir a una iglesia y es una asamblea pública, no hay diferencia. ¿Cómo está bien que un grupo tenga una reunión pública y que un lugar de música no tenga la misma oportunidad?”, finalizó.

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