Lo que necesitas saber:

Con la próxima visita de Primal Scream a México, revisitamos su importancia dentro del britpop, y cómo es que se han mantenido activos a través de los años.

El britpop ha demostrado que dejó una huella indeleble en la historia de la música y en sus fans a más o menos 30 años desde su origen. Bandas gigantes de la época, como Blur y Oasis, siguen dando de qué hablar, y otras más de culto, como The Stone Roses o Pulp, acaparan rumores sobre un nuevo disco.

A pesar de esto, de entre la oleada de los exponentes del britpop, encontramos a un proyecto bastante peculiar que dio origen al género, y que con toques psicodélicos y hasta dance, colocó las bases para que otros hicieran su versión de britpop.

Con su próxima visita al Corona Capital 2024, recordamos la historia e importancia de la banda liderada por Bobby Gillespie, que estrena disco este 8 de noviembre, antes de llegar a tierras mexicanas.

Una banda veterana de inicios del britpop con una paleta sonora asombrosa que sigue vigente

Los inicios de la banda de Glasgow, apegados al rock clásico

Primal Scream se formó en Glasgow, Escocia, en 1982 con Bobby Gillespie como vocalista y Jim Beattie en la guitarra. Sus primeros álbumes, Sonic Flower Groove (1987) y Primal Scream (1989), reflejaban una clara influencia del indie rock y el sonido de bandas como The Jesus and Mary Chain y The Velvet Underground. Bobby dejó la batería en The Jesus and Mary Chain para dedicarse por completo a su nuevo proyecto, Primal Scream.

Con un sonido identificable, a base de arpegios en guitarra y armonías vocales ligeras, con la indiscutible similitud del estilo de Gillespie con el de Mick Jagger, la banda comenzó a colocar algunos himnos indie. “May the Sun Shine Bright for You” y “Sonic Sister Love”, de su primer disco, denotaron la capacidad de composición propia, y fue hasta “Ivy Ivy Ivy” que la banda comenzó a atraer más fans con un sonido rockerísimo.

La Revolución de ‘Screamadelica’, un disco histórico y crucial para el sonido del britpop

Para finales de los ochentas, nuevos géneros dominaban la escena en el Reino Unido, y la fusión entre ellos comenzaría a generar una idea clara en la mente de Gillespie, único miembro permanente de Primal Scream. La salida de Jim Beattie, guitarrista principal, obligó a que la banda se reinventara. Jimmy Miller, productor de The Rolling Stones y The Orb, se sumó en este álbum, lo que matizó el sonido de la banda.

Screamadelica fue un parteaguas en la historia musical británica, ya que Gillespie y compañía mostraron que los beats y sintetizadores podían tener un sonido rockero. El acid house y el sonido de Madchester se colaron en un disco de rock que tomó coros de gospel, sampleos, congas, y muchos efectos vocales.

Primal Scream mostró que el rock noventero podría ser más relajado, sin tener que limitarse a riffs distorsionados y solos de guitarra, lo que parecía demasiado ochentero. Apartándose de la composición clásico del rock y post-punk, Bobby Gillespie abrió las puertas a la experimentación y mezcla de géneros.

Screamadelica fue un éxito, ganando el primer Mercury Music Prize en 1992. Canciones como “Loaded”, “Come Together” y “Movin’ On Up” se convirtieron en himnos generacionales, que reunieron a fans de la cultura del rave, con rockeros y poperos.

La irrupción del britpop: Reino Unido como generador de la nueva ola de artistas

La gran revolución llegó desde Reino Unido a principios de los noventas, cuando se impulsaron a bandas como Blur y Pulp, con lanzamientos como “Popscene” o “Do You Remember The First Time?”, junto con demás bandas que comenzarían a jalar más atención hacia lo que se estaba grabando en la isla Europea.

A pesar de la larga historia del britpop (que te contamos por acá), Primal Scream es una piedra angular que no tuvo los reflectores que otras bandas sí llegaron a tener. Aunque era difícil superar Screamadelica, Primal Scream decidió regresar a sus orígenes en 1994 con Give Out But Don’t Give Up, con un sonido muy a la Stones, más guitarras y solos que en su antecesor.

Screamadelica continuó arriba en las listas de popularidad, y llevó a la banda en 1994 a su tour más grande a la fecha, con 90 fechas alrededor del mundo. Give Out (…) tuvo también sus espacios de exploración con rolas como “Funky Jam” o “Give out but Don’t Give Up”. En este disco participaron George Clinton, Mike E. Clark y M.E.C., con líneas de bajo de locura y hasta scratcheos.

Primal Scream continuó una discografía sólida e intigrante, a pesar de la separación de otros proyectos

Bobby Gillespie ha mantenido una carrera constante, y en la que le ha dado a los fans de su sonido bastante material. Durante los noventas, con los atípicos Echo Dek (1997) y Vanishing Point (1997) incursionó en la electrónica, dub, trip-hop y breakbeat.

Los dosmiles han visto a Primal Scream como un proyecto cambiante y siempre revolucionario, que no sabe mantenerse con el mismo sonido. La inclusión de jazz y electrónica minimalista en el XTRMNTR (2000) y Evil Heat (2002) generaron otro regreso a los orígenes para Riot City Blues (2006).

Como un innovador comprometido, Gillespie entregó en 2021 un discazo colaborativo con Jehnny Beth de Savages. Utopian Ashes muestra mucho enfoque en letras a manera de diálogo entre ambos, con la innovación de agregar cuerdas a un rock inmenso.

Habiendo lanzado demos y sencillos de Screamadelica como conmemoración en su 30 aniversario, la nueva aventura de Primal Scream se llama Come Ahead, álbum que escucharemos en esta edición del Corona Capital 2024, junto a toda la discografía de la banda de Glasgow, que tiene casi cuatro décadas de sorprendernos sin acaparar el protagonismo, pero como piedra angular del britpop.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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