Después de 4 largos meses, el Reino Unido vio el primer concierto físicamente distanciado de la mano del músico Frank Turner. Al igual que el concierto de los Chainsmokers en Nueva York en el que se perdió toda regla de distanciamiento, este show fracasó igualmente pero por otras razones.
Ante una multitud respetuosa, quienes respetaron todas las reglas de distanciamiento, el concierto se llevó a cabo de principio a fin sin problemas de ningún tipo. Pero lamentablemente, los organizadores del evento declararon que el espectáculo “no fue un éxito”, no para ellos y no para la industria de la música en vivo, informa la BBC.
Desde el día que empezó la cuarentena, organizadores de eventos alrededor del mundo han buscado por todos lados formas y estrategias de regresar a tener eventos que reactiven la industria. Hemos escuchado de trajes especiales para conciertos y hemos visto shows en formato de autocinema. También se han realizado experimentos diversos para regresar los conciertos y hemos visto a Wayne Coyne de los Flamig Lips encerrar a todo su público en burbujas gigantes como siempre lo ha hecho para distanciarlos.
La música en vivo fracasa al intentar regresar
La verdad es que lo hemos visto de todo, y lo único que se ha a cercado a lo que era antes la música en vivo, es el distanciamiento físico por medio de vender muchos menos boletos y separar a la audiencia. El problema aquí es que no es negocio. Simplemente no es sostenible este modelo de negocio. Prácticamente es mejor para la industria no regresar, a regresar así. Esto aprendimos del show de Frank Turner en el Clapham Grand de Londres.
Como parte de un programa piloto respaldado por el gobierno, sólo 200 personas asistieron al lugar con capacidad para 1,250 personas y todos siguieron las pautas de seguridad: controles de temperatura, uso obligatorio de cubrebocas, desinfectar el foro, rutas de flujo unidireccionales, uso restringido del baño y algunas más. Si bien por ese lado tenemos un evento exitoso, el evento no ganó el suficiente dinero para cubrir los costos operativos del lugar, y eso fue incluso antes de que se dedujera la tarifa del artista.
Si bien el concierto fue un piloto apoyado financieramente por el gobierno británico, simplemente no es posible pretender que habrá ganancias con menos del 10% del boletaje vendido y con asistentes que aún no sienten la comodidad de consumir como lo hacen en un ambiente de fiesta.
Declaraciones del concierto
El gerente del foro Clapham Grand, Ally Wolf, dijo que si bien Turner se armó un gran set, el piloto en sí mismo “no era un modelo financiero en el que la industria pueda confiar remotamente para llegar a ser sostenible”. Lo que podría dañar legítimamente lugares más pequeños debido a la pérdida de ingresos. “No puede ser el futuro de la música en vivo”, agregó Wolf. “No puede ser el futuro de los lugares”.
Por otro lado, Turner dijo que toda la experiencia se sintió como una “noche extraña y emocional”. Dijo que este concierto fue un buen ejemplo de cómo los artistas y la audiencia pueden “cumplir con éxito las restricciones planteadas por el gobierno”. Sin embargo, lo hizo sabiendo que había una posibilidad de “esta configuración específica (no) funcionaría”.
“Este no es el comienzo de una serie de espectáculos como este, que lleve a la bancarrota a todos los involucrados”, escribió Turner en un comunicado. “Pero fue, como digo, un gesto de cooperación, un intento de sentir la situación con el objetivo de dar pasos en una mejor dirección”.
Una fanática respondió las palabras de Turner diciendo: “Si. La música en vivo realmente importa. También es importante para la audiencia. Todos los que piensan que es solo entretenimiento no tienen ni idea. Te hace sentir vivo, puede sanar, te hace amigo de extraños, te da alegría y tienes muchos recuerdos durante mucho tiempo. Que haya una vacuna pronto”.
Hay que aprender
El concierto de Turner y el programa piloto fueron en su conjunto en éxito para el artista y los pocos fans pero un fracaso para la industria. Ahora será interesante ver qué cambios de restricción de distanciamiento social realizará el gobierno británico después de estas pruebas iniciales. Tal vez aumentar la capacidad de asistencia, tal vez otra solución.
Técnicamente todavía es bastante temprano en la pandemia de coronavirus en este momento, lo que explica por qué todavía no existe un estándar universal para lanzar conciertos. Sólo el tiempo dirá cuál será la definitiva “nueva normalidad” en la música. Por lo pronto, prueba y error. Así ha sido siempre.