En la secundaria, cuando a la mayor parte de la gente le da su época metalera en el que no hay mejores bandas que el thrash metal y todos esos subgéneros que asustaban a tu mamá y la hacían pensar, de verdad, que estabas metido en serios problemas de drogas con algunas tendencias nazis y, sobre todo, que preferías al diablo que a otra cosa. Siempre ha sido así y parece que nunca va a cambiar.
Ahora, para demostrar que el metal, industrial y todo ese tipo de música siguen siendo considerados satánicos, un grupo de metaleros en Escocia, confundidos con un culto suicida, fueron “rescatados con la policía”. ¿De dónde llegó la confusión? Simple, de que eran metaleros y, si te gusta el metal, lo más probable es que seas un suicida…
De acuerdo con The Guardian, el domingo 8 de abril, un grupo de tres adultos, tres niños y un perro, estaban acampando en la isla Loch Leven, en Perthshire. Cuando los mayores estaban tomando cerveza mientras sus hijos dormían, llegó todo un grupo de rescate al lugar para evitar que se suicidaran.
Una persona dio aviso a las autoridades sobre una especie de secta que había hecho un pacto suicida. Así que, sin pensarlo, enviaron un helicóptero, bomberos, ambulancias, botes salvavidas y todos los elementos que una película como Arma Mortal necesita. Los policías rompieron la ventana de uno de los autos del grupo metalero para encontrar la nota que evidenciaba el pacto de muerte.
“Por alguna razón, la policía recibió un aviso de que podríamos estar en grave peligro y vino a rescatarnos. En verdad hicieron un gran trabajo. El único problema es que no necesitábamos ser rescatados”, comentó Panagiotis Filis, un profesor que también es creador de la cerveza Black Metal Brewery.
David Henderson, uno de los metaleros que también es maestro y músico, dijo en entrevista que el equipo de rescate los “hizo sentir como si hubiéramos hecho algo malo, pero nos gusta acampar en la naturaleza, beber cerveza y escuchar metal” y como “estábamos vestidos todos de negro y nos vemos como fanáticos del metal, la gente asume que somos peligrosos”.
La idea de que los músicos y fanáticos del heavy metal, y sus derivados, adoran a entidades diabólicas, pertenecen a sectas satánicas y sufren depresión, creció cuando en abril de 1999, dos adolescentes de la Escuela Secundaria de Columbine, asesinaron a 15 personas y luego se suicidaron. Las autoridades y algunos políticos, tanto demócratas como republicanas, le echaron la culpa a la música satánica y los videojuegos.
Además, hay algunas bandas que pertenecen al género que tienen dentro de su catálogo, canciones que evocan esta clase de situaciones; sin embargo, debemos considerar que se trata de música, una expresión artística que retoma elementos ficticios o de la realidad, no siempre la propia, como fuente inspiración.