Por: Emmanuel Gutiérrez

El Plaza Condesa se ha convertido en un mítico lugar donde la música y los espectáculos han tomado forma, es un venue que poco a poco se ha quedado impregnado en el corazón de los capitalinos por su acústica, estructura, comodidad y lo íntimo que resulta estar con los artistas.

El inmueble se ubica en lo que antes había sido el Cine Condesa, construido entre 1952 y 1973, y que tardó más de dos décadas en construirse por su complejidad y diseño. Era una de las casi 500 salas de cines que había en el entonces Distrito Federal y que poco a poco fueron extinguiéndose o transformándose en parte de consorcios como Cinemex, Cinépolis o Cinemark. Era una de tantas linduras que existieron en la legendaria colonia y se suma al también extinto Toreo Condesa, que albergó corridas de toros en los inicios del siglo XX.

Foto: Facebook / Plaza Condesa

Así es, tus papás tenían como prioridad ir al cine porque era toda una experiencia hace más de 40 años. El entonces productor Gustavo Alatriste fue uno sus dueños e hizo del lugar un sitio para ‘pomadosos’ (que tenían dinero). El Cine Condesa, ubicado en Juan Escutia 4, destacó por ser la primera sala cinematográfica en manejar un concepto VIP, donde los asistentes podían tomar una copa mientras veían la película. Algo innovador pero también costoso, así que si el hombre quería quedar bien, pues le salía en una lanita extra.

Pasaron los años y sus puertas cerraron para dar paso a un casino y ‘Sports Book’ (Caliente). Funcionó como centro de entretenimiento donde se apostaban grandes cantidades de dinero en sus mesas, maquinitas y apuestas deportivas. Por alguna razón no fue negocio tener el casino en ese sitio para la familia Hank Rohn y en 2009 comenzó la remodelación del sitio.

La apuesta se basó en acercar al público a los músicos en un espacio pequeño, con una capacidad de apenas mil 900 personas y que hiciera sentir a los fans una experiencia distinta a las demás salas de conciertos.

Fotógrafo: Paul Rivera

Fueron Héctor Esrawe, de Esrawe Diseño, y Antonio Muñohierro los que se encargaron de la creatividad y estética del sitio. Tardaron un par de años para darle los toques y la fachada a lo que hoy se ve en la entrada de El Plaza.

“Se trató y se consiguió darle un ambiente íntimo. Éste es un espacio que dialoga con la Condesa. Lo hemos rescatado, después de las modificaciones que sufrió el inmueble durante los últimos 40 años, que iban quitándole calidad”, expuso Esrawe cuando fue inaugurado el recinto en el 2011.

“La isóptica es maravillosa, pues desde cualquier punto se disfruta del show. La máxima distancia del escenario a un espectador es de 45 metros. Los balcones dan una sensación de abrazar al artista. Cuidamos mucho esos detalles para evitar al máximo las vistas parciales. Esto permitirá que se realicen otras actividades, como pasarelas”, agregó.

En sus primeros meses, Ocesa decidió colocar una cartelera de 39 artistas en 42 fechas, donde el rock, el folk, world music, pop y el blues tenían cabida. Best Coast, Caifanes, Eliades Ochoa, Cristian Castro, Mijares, Yuridia, Bring Me The Horizon, Arquitects & Carrifex, Benny Ibarra, Daniela Mercury, entre otros, fueron los encargados de estrenar en aquel entonces el inmueble que poco a poco se ha ganado un lugar entre los millenials y la vieja guardia.

¿Qué historia recuerdas de algún concierto en El Plaza?

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