La noche de ayer se prestó para el baile, para las chelas y para recordar que en este país todavía hay bandas mexicanas que rompen madres como lo hacían hace 20 años, nos referimos a Plastilina Mosh.

Quizá esta “escena musical” (entre comillas porque es vanidoso dar tal término, creo yo) está siendo opacada y olvidada tras la cada vez más afluente llegada de bandas internacionales a los festivales mexicanos, no vayamos tan lejos, un cartel como el del Vive Latino puede decirlo por sí solo; y las quejas son las mismas “Otra vez Café Tacvba/ Panteón Rococó/ La Maldita Vecindad” y así podría seguir.

Pero ¿Por qué sucede esto? ¿Nos habremos acabado a las grandes bandas mexicanas? ¿O solo las estaremos olvidando?

Ayer tal vez no resolví esta duda, pero sí me quedó clara una cosa: Esas bandas a las que muchos ahora “hacen el feo”, se ganaron nuestro cariño por una cosa: porque más que hacer música (porque obvio hay que reconocer su trabajo), las bandas querían divertirse y hablar de su México, no solo de las cosas malas, sino de todas esas que nos identifican como mexicanos, desde nuestras fiestas hasta nuestra manera de enamorarnos.

Anoche, El Plaza se vio casi lleno a tope. Miles de rostros que fácilmente pasaban los 28 años llegaron al recinto justo para esto, para recordarnos a nuestros músicos y el valor que tienen en un escenario.

Plastilina Mosh está pronto a estrenar disco y, para darnos una probadita, nos deleitaron con un choncho repertorio de nuevos tracks como su reciente estrenado “JA JA JA” (abajo te dejamos el video)  y, obviamente, con los clásicos que hicieron de esta banda regiomontana, una de las más reconocidas en el país.

Ya nos preguntaba Jonás “¿Se acuerdan?”, como sabiendo que la gente que se encontraba coreando sus canciones, les tenía un cariño infinito… y así es. “Millionarie”, la primera de su baúl de recuerdos, inmediatamente se robó los gritos de la gente que enseguida se prestaron para el baile al ritmo de “I got power like Tony Blair”. 

Esa fue sólo una probadita, mientras, todos en El Plaza estábamos sedientos de más… y parece que Plastilina Mosh se guardó lo mejor para el final. Como en un bombardeo de fiesta siguió uno tras otro sus mejores rolas de su disco debut Aquamosh… hubiera estado más que increíble ver a Lyn May bailando con ellos “Mr. P. Mosh” mientras todos nos deshacíamos cantando “No soy malo, soy veneno…”.

“Nalguita”, pervertida y con todo la buena vibra de los músicos en el escenario fue otro de los hits más cantados y, como una cereza de este pastel, “Castígame, sé que me he portado mal”, fue el mejor cierre que pudo ofrecer la banda.

“Somos de Monterrey pero nos sentimos de la Ciudad de México”… y ¿cómo no? Pero tal vez valdría más decir que Plastilina Mosh no es de Monterrey ni de la CDMX, sino que son, simplemente, de lo mejor en este país.

Acá puedes escuchar “JA JA JA”:

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