Por: Alejandra Torales

A tan solo un mes de que se presentaran en Guadalajara y Monterrey, la agrupación francesa mejor conocida como Phoenix, llegaron a la Ciudad de México para deleitar a todos sus fans en el escenario Doritos del Corona Capital  2017 y, una vez más, demostraron por qué son una banda que le urge, NECESITA tener un concierto en solitario.

Antes que nada es necesario aclarar que la última vez que Thomas y compañía tuvieron un concierto solos, fue en el 2010 en el Palacio de los Deportes. Desde entonces regresaron pero como headliners del Corona Capital 2013, y ahora para la octava edición.

Con un escenario sencillo pero que a la vez mostraba la evolución tecnológica de la banda al tener un tapete con focos de colores y un espejo que generaba efectos simétricos a la hora de iluminar el “piso”, fue lo que estos franceses tenían preparado para nosotros. Desde temprano, la gente comenzó a juntarse en el escenario para estar en primera fila y disfrutar del show, así que para las 9.30 pm -hora en la que se suponía tocaría Phoenix-, ya todo estaba a reventar. Después todo se puso oscuro, no había más luz excepto aquella que emanaba del piso. Poco a poco los acordes de “J-Boy” comenzaron a escucharse para darle la bienvenida a los tan queridos chicos. Colores del arcoíris, la gente gritando a todo lo que daba, los pasos de baile para quitar el frío (que a esas horas ya era mucho, y con eso decimos muuucho), hizo que rápidamente pasaran a “Lasso”, que fue coreada de principio a fin.

Sin pausa alguna, los juegos de las luces continuaron y, aunque se escuchaba mal el audio, a la gente simplemente no le importó. “Entertainment” y una serie de canciones mezcladas como “Trying to be Cool” con “Drakkar Noir”, dieron paso a “Long Distance Call”, rola que hizo que emanara otro arcoíris y luego una mezcla entre “Too Young” (que a pesar de ser muy popular a casi nadie le importó) con “Girlfriend”, siendo el solo de guitarra de Christian lo que más llamara la atención.

Si hasta aquí no te hemos convencido lo suficiente para que entiendas la necesidad de que Phoenix toquen solos, entonces es importante que sepas que tras el combo anterior, Thomas se tiró al piso (literal) mientras  en el tapete reflejado en un espejo colocado sobre el escenario de manera asimétrica, daba una serie de efectos con imágenes mientras sonaba “Love Like a Sunset”, tema de su antepenúltimo disco, Wolfgang Amadeus Phoenix (2009) -que como bien lo dijo Corona Capital como dato curioso antes de que empezara el show, está inspirado en el libro “Mozart in the Jungle”-.

Una vez que acabó la primera y segunda parte de “Love Like a Sunset”, Thomas finalmente tomó el micrófono no para cantar, sino para mostrar su agradecimiento a todos los presentes: Gracias por saberse la letra, por cantarla, este es el mejor público del mundo. No veo el final de esto (de la gente en el escenario). Cada vez que salimos de tour queremos ir a la Ciudad de México. De verdad muchas gracias”. Y bueno, aquí fue cuando comenzó a proyectarse esa serie de imágenes vintage de la bellisima Italia para estar al tono de “Ti Amo”, la rola que hasta el momento tiene cuatro videos “oficiales”.

“Armistice” y un “esta fue una de las primeras canciones que escribimos, espero que se la sepan” de Thomas para “If I Ever Feel Better”, se encargaron de poner a bailar a todos y de una vez más, corear de pies a cabeza cada una de las estrofas.

Es importante destacar, que desde el sábado el escenario Doritos tuvo problemas de audio. Por esto después de que sonara “Funky Squaredance” Thomas hizo una pausa pues según él, escuchaba una señal de radio. En un principio hizo caso omiso y quiso empezar con “Rome”, pero una vez que intentó cantar, tuvo que parar todo para que arreglaran ese pequeño problema. En un inicio se escucharon vitoreos y luego la gente comenzó con el famoso “Olé, olé, olé, olé, Phoenix, Phoenix”. “¿Escuchan bien mi voz? ¿Pueden escucharme bien?”, preguntó Thomas al público del cual obtuvo una respuesta inmediata y añadió: “Está bien, está bien”, y así comenzó (otra vez).

Aquí ya casi acabamos la presentación de hora y media de Phoenix, quienes regresaron de un breve encore al término de “Rome” para que Thomas saliera a escena envuelto con una bandera de México y un teléfono rojo para cantar “Goodbye Soleil” entre una serie de “colores derretidos” en la pantalla que cambiaban de colores.

Puede que hasta este momento no te hayas percatado que Thomas siempre lleva un micrófono con un cable larguísimo rojo, pues bueno, es momento que te digamos que lo usa porque le gusta interactuar con el público mientras está cantando. Anteriormente ya lo habíamos visto así y ahora, para su presentación en el Corona, lo volvió a hacer al ritmo de “1901”. Aquí ya él había pasado de alguien serio, montado en una columna romana (que en realidad era efecto), a ser abrazado por sus fans, a dejarse llevar, saludarlos, mirarlos.

Phoenix está lleno de matices, tiene tres discos buenos, muy buenos (los tres primeros). Vino a México a promocionar su más reciente álbum, Ti Amo, pero sin duda es de esas bandas que ya se le notan los años (y no hablamos de lo físico). Es esa experiencia, esa ejecución que incluso con fallas, logra su propósito: satisfacer a los fans y atraer sangre nueva. Es una banda grande con escenario chico, una banda que esperamos tenga la oportunidad de disfrutarse sola, con mejor sonido, con varias fechas, con un recinto digno de ella, de sus efectos, de su sonido y buena vibra.

Au revoir, Phoenix ! Nous t’aimons !

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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