Peter Hook and The Light: Una noche que regresó en el tiempo para hacernos vibrar

Peter Hook no es ningún extraño para México. De hecho, el legendario bajista de Joy Division y New Order ya ha tocado en varias ocasiones en nuestro país. Algunos foros que lo han viso raspar su bajo a los ritmos del rock y synthpop son el Pasagüero, el Lunario, El Plaza Condesa y el Pepsi Center. Sin embargo, desde que anunció su regreso para presentar Technique, Republic y los éxitos de Joy Division en el Frontón México, los ánimos no se dejaron esconder.

Desde las 7 de tarde, los fanáticos de ambas bandas se empezaron a dar cita a las afueras del foro. Los muy tempraneros aprovecharon para darse una vuelta en el Monumento a la Revolución antes de adentrarse en lo que se convertiría en una noche fiestera de 1990. Poco a poco, la audiencia que se encontraba entre los 20 y 60 años de edad, fueron llenando el Frontón con una energía compartida por el mismo gusto musical.

Foto por Jesús Quintero/cortesía Noiselab

En punto de las 9:30 de la noche, las luces se atenuaron y Peter Hook salió para comenzar lo que serían 3 horasde mucho rock, mucha electrónica pionera pero sobre todo, muchos recuerdos. La rola elegida para empezar el set tuvo que ser “New Dawn Fades”. Ya sea para que Hook presumiera sus dotes como bajista desde el primer segundo, o porque la rola es perfecta para empezar a meter a la gente en el ambiente ochentero. Sin importar la razón, definitivamente fue la elección perfecta para que cientos de fanáticos empezaran a cantar, bailar o escuchar atentamente.

La rola que le siguió para empezar un set de siete rolas antes del primer descanso, fue “Digital”. Gracias a su gran riff de bajo, la gente se sacudió la timidez y empezó verdaderamente la fiesta. Para continuar con el momento que se generó por la euforia de ver al fundador de Joy Division, llegó “Transmission” y los gritos de Hook diciendo “dance to the radio!”. En lo que sería uno de los momentos más prendidos del concierto, Hook and the Light continuó con sus éxitos de Closer y Unknown Pleasures como “Shadowplay”, “The Eternal” y “Decades”.

Después de el primer encore, empezaron a sonar las rolas de New Order. El cambio en los sonidos de banda a banda son duda fueron de las cosas más interesantes que tiene el show. Es como si por alguna razón, dos de las bandas más legendarias de los 80 y 90 decidieran juntarse y tocar sets de cinco o seis canciones intercaladas. Rolas de nivel como “Fine Time” y “Vanishing Point” se hicieron presentes para levantar el ambiente y hacer que más de uno empezara a quedarse sin oxígeno.

Extrañamente pero completamente entendible, el primero en perder esta molécula vital fue el mismo Peter Hook. Después de un set de nueve rolas, dio paso a otro descanso que muchos aprovecharon para hidratarse con su bebida de preferencia. Aproximadamente 5 minutos después, Peter Hook and The Light salió una vez más para presentar Republic, álbum de 1993 que llegó al número uno de la UK Album Chart y que fuera nominado para el Mercury Music Prize. Para abrir lo que fue el set de canciones más largo de la noche, “Regret” se hizo llegar para recuperar la energía que por momentos se escapaba en los encores. Hook aprovechó para caminar de un lado al otro del escenario para presumir los solos de bajo que alguna vez se aventó junto a Ian Curtis y Bernard Sumner. Por su puesto que en su set de Republic no podían faltar los rolones como “Ruined in a Day”, “Everyone, Everywhere”, “Young Offender” y “Times Change”.

Después del tercer y último encore, las cosas se pusieron serias. Llegaba la ola de éxitos que todos estaban esperando. 27 rolas después del primer guitarrazo, Peter Hook tomó el micrófono y para darle aún más sabor a los que nos esperaba, dijo “¿Cómo están México? Esta canción nunca la he tocado afuera de Inglaterra“. En ese momento, los fanáticos pero en serio ya se daban una idea de lo que acechaba sus oídos. Así es, “World In Motion” llegó con sus increíbles coros para empezar lo que sería lo mejor de todo el concierto. Después de esa explosiva rola, llegó con sus únicos e irrepetibles beats “Blue Monday”, una de las canciones más importantes de los 80 para la música electrónica, la música alternativa y la electronic dance music. Fue ahí cuando la gente empezó a bailar más que nunca. Las butacas del Frontón estaban de adorno y la pista de baile cobró vida durante los próximos 15 minutos.

Cuando parecía que los ánimos no podían mejorar, los sintetizadores icónicos de la banda inglesa se escaparon de las bocinas del Frontón gracias a “True Faith”. Siendo una de las más populares, los rangos de edad se difuminaron por completo. Todas las gargantas se unieron como si Peter Hook estuviera tocando en su natal Manchester. “Temptation” empezó a sonar para comprobar quienes tienen su voz más afinada gracias a sus icónicos coros. Este rolón fue probablemente la que Peter más disfrutó tocar. Se le vio feliz, enérgico y participativo en lo largo y ancho del escenario. Sin duda las mejores postales salieron de aquí.

Para cerrar una noche llena de nostalgia, excelente riffs de bajo y ritmos electrónicos, llegó la más esperada de todas: “Love Will Tear Us Apart”. A pesar de que la energía se empezaba a acabar, este himno hizo que todos dieran ese último esfuerzo para disfrutar una de las canciones más icónicas de los principios de los 80. Sin ser la noche más enérgica que ha visto la Ciudad de México, sí fue una presentación que nos hizo recordar de dónde vienen los sonidos que tanto amamos hoy en día. Fue una noche especial porque no todos los días puedes escuchar tantas canciones que marcaron una época y un camino a seguir para varios géneros musicales y generaciones de músicos.