Iniciamos semana y no podía hacer falta nuestra recomendación antitendencial, el espacio en donde recomendamos aquellos proyectos musicales que muestran una estética diferente a la música popular o meramente comercial, y que por ende, difícilmente escuchamos a través de los principales medios de comunicación como la radio o televisión; sin embargo, es música que está a nuestro alcance a tan sólo unos clicks en la inmensidad del internet.

Porque hay que entender que la música es un lenguaje infinito que se puede exponer de muchísimas formas. Tan sólo hay que quitarnos los prejuicios y escuchar atentamente lo que la música genera en nosotros, porque la música es un reflejo de la sensibilidad; a veces no sólo es necesario los oídos para interpretarla, sino los mismos sentimientos de nuestras vivencias y recuerdos.

Esta ocasión nuestra recomendación cae perfecta para estas épocas de lluvia, en donde no queda de otra más que guarecernos y observar a través de la ventana como las gotas chocan entre sí y forman un estado e imagen perfectoa para dejar en libertad cualquier tipo de reflexión.

Se trata de Peter Gregson, violonchelista y compositor que además de haber colaborado y trabajado con increíbles músicos contemporáneos como Tod Machover, Daníel Bjarnason, Gabriel Prokofiev, Max Richter, Jóhann Jóhannsson, Steve Reich, entre otros más; también ha comenzado a sobresalir por sus propias composiciones en donde logra una interesante mezcla entre su instrumento, como con algunos elementos electrónicos que transforman sus obras en exposiciones vanguardistas en su lenguaje.

 

 

Gran parte de su trabajo como solista ha sido para proyectos de bandas sonoras para cine y televisión. Aunque de hecho uno de mis discos favoritos en su carrera es Flow, el cual fue compuesto exclusivamente para un proyecto de danza con la coreografía de Hubert Essakow y Tom Dixon. Este se trató de un encargo en donde la música debía ser compuesta para piano, callo y electrónica. Peter Gregson fue en encargado de componer e interpretar toda esta maravilla.

 

 

Cerca de 6 años dentro de la composición lo han llevado a ser reconocido poco a poco dentro de la escena de la nueva escena de compositores contemporáneos. Su delicadeza, experimentación y singular lenguaje le han dado un importante peso en su personalidad, en la que seguramente continuará renovándose y madurando conforme a los nuevos obstáculos que se les presenten.

Peter Gregson es un compositor verdaderamente joven, con apenas unos veintitantos años de edad ya ha lanzado un gran número de lanzamientos que funcionan excelente como tarjetas de presentación y que nos obligan a ser parte del camino que le falta aún por recorrer,  en el que seguro seguirá ofreciéndonos lanzamientos casi inadvertidos que bien nos hace falta para apaciguar la ajetreada vida moderna.

 

 

 

T: DiegoC.

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