Y continuamos recordando a los artistas mexicanos que gracias a su legado han dejado una huella inigualable en nuestra identidad cultural, misma que a lo largo de los años nos ha ido formando y que nos caracteriza a nivel internacional. Hoy en día la monstruosa industria musical parece tener como objetivo dominarnos culturalmente, haciendo que poco a poco vayamos olvidando cómo nos hemos expresado a lo largo de los años. Esto se puede mediar tan sólo siendo consciente de quiénes fueron los artistas encargados en formarnos, y recordando el sonido de México.
Porque hay que entender que la música es un lenguaje mucho más complejo de lo que podemos imaginar a primer escucha, a través de las notas podemos conocer aspectos mucho más profundo de una época en concreto como económicos, políticos, sociales y culturales.
La historia nos ayuda a entender nuestro presente y nuestras ambiciones a futuro, conocer nuestra identidad cultural nos recuerda cómo era México hace unos años, qué aspiraban nuestros padres y/o abuelos, qué los conmovía y de qué hablaban.
Esta ocasión recordaremos al inigualable Jesús Camacho Villaseñor, mejor conocido como Pedro de Urdimalas, a quien se le debe reconocer como el autor de la letra de esta legendaria canción:
Sí, Pedro de Urdimalas trabajó de la mano con Manuel Esperón (quien compuso la música) para dar vida a esta icónica canción que salió en la película Nosotros los pobres, una de las películas más reconocidas dentro de la riquísima producción fílmica mexicana en donde Pedro Infante y Blanca Estela se lucieron con sus papeles como Pepe “el Toro” y Celia “la Chorreada”.
Y es que hablar de Pedro de Urdimalas nos obliga a tocar el cine, ya que además de ser compositor, también trabajó como guionista, siempre con la característica que a través de sus palabras lograba plasmar el pensar de la sociedad mexicana, en especial de las clases marginadas de los años 40 y 50.
Él nació en Guadalajara, Jalisco, el 22 de julio de 1911. En 1934, ya en la Ciudad de México, inició su carrera en la radio después de haber ganado un concurso para aficionados, en donde Emilio Azcárraga Vidaurreta le dio la oportunidad de escoger entre dos premios: un viaje todo pagado a Nueva York o colaborar en la empresa; Pedro eligió quedarse en la XEW.
Una vez en la estación de radio Pedro llamó la atención de inmediato por su carisma e ingenio, así que no tardaron en ofrecerle el trabajo como escritor, logrando así colaborar en programas como “Las Aventuras de Fifirafas” o “ La Banda de Huipanguillo”.
Posteriormente su talento lo llevó a trasladarse de la radio a la televisión, en donde se le atribuyen producciones exitosas como “Así es mi tierra” y “Noches tapatías”. Fue en aquella época que cambió su nombre oficial por “Pedro de Urdimalas” haciendo referencia a un personaje de al literatura española que se caracterizaba por su ingenio y por se travieso.
Pedro es el creador de diversos diálogos, incluso el escribió la cinta “Los olvidados”, aunque no apareció en los créditos por solicitud propia. Tiempo después el propio Luis Buñuel dejó constancia de este hecho en su libro “El último suspiro”.
Y es que el talento de poder plasmar la esencia y personalidad de México a través de las palabras, era un talento nato en él, y le ayudaron también a componer una gran cantidad de canciones que se incluyeron en muchas de las películas en donde se encontraba trabajando o colaborando.
Entre sus temas más conocidos están: “Amorcito corazón”, “Mi cariñito”, “Dicen que soy mujeriego”, “Perdón no pido”, “Mi suerte es chaparra” y “Mi consentida”.
Hoy en día es un personaje que va quedando en el olvidó poco a poco; sin embargo es importante señalar la importancia de su existencia tanto en el cine como en la música, ya que cabe aclarar le tocó trabajar dentro de la denominada “época de oro del cine mexicano”.