Lo que necesitas saber:
Sir Paul conquistó una vez más a sus fans de la CDMX, en un concierto en el que nos quedamos incrédulos por la energía de esta leyenda.
Nunca tendremos suficiente Paul McCartney en vivo. Ya sea por la frecuencia con la que nos privilegió al visitarnos a finales del año pasado y ahora volver para maravillarnos con 3 fechas en la CDMX, o por la duración de sus shows, de alrededor de 3 horas de duración, Sir Paul ha sido muy generoso con México.
La noche del 12 de noviembre comenzó una breve estancia de McCartney en la CDMX, con un show en el que la leyenda viviente nos volvió a dejar asombrados por su capacidad para poner a más de 60,000 a cantar rola tras rola de una carrera fascinante. Y no descansó a lo largo de un show de casi 3 horas.
Pasaditas las 9 de la noche, Paul McCartney salió al escenario en medio de alaridos del público, que enloqueció con la simple sonrisa de uno de los últimos dos Beatles sobre la tierra. -“¡Hola México!, ¿Qué onda chilangos?”- dijo Sir Paul a un Estadio GNP Seguros repleto en la noche de este martes.
Sir Paul cubrió décadas de su travesía musical en un show de casi 3 horas con una banda impecable
La beatlemanía es el factor común en todos los asistentes
Desde la caminata al concierto, se ven decenas de personas con disfraces de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, o de alguno de los Beatles, y esto creó una atmósfera especial que no se ve en cualquier concierto. Los visuales del set previo aluden al cuarteto, y la gente comenzaba a prepararse para cantar los clásicos.
Paul abrió con “Can’t Buy Me Love”, ante los gritos del Estadio GNP Seguros, sin importar la generación, todos sus fans corearon un rolón de The Beatles al unísono. Leyendo, Paul dijo -“Está noche voy a intentar hablar un poquito de español”-, antes de tocar “Drive My Car”, rola que alterna en sus presentaciones y que nos tocó escuchar esta noche.
Hay que taparse los oídos por momentos por lo mucho que se escuchan los alaridos del público en un show de Paul McCartney, y no solo por el volumen con el que cantamos las rolas más icónicas del cuarteto de Liverpool. La simple presencia de Paul, los enfoques de la cámara y hasta las palabras que dedica a México hacen a sus fans reaccionar de una manera desaforada. Como si fuera 1965, Paul sigue arrancando gritos y brincos de sus más fieles fans.
Sir Paul tiene rolotas como solista, y lucieron muchísimo “Let ‘Em In” y “Live And Let Die”, pero hay una magia única en escucharle cantar rolas de los Beatles con unos visuales impresionantes y que nos pusieron nostálgicos. Aunque en sus shows del año pasado sonó “Now And Then”, por primera vez la tocó en vivo, junto a los sentimentales visuales, que sacaron sonrisas de felicidad entre sus fans.
Aunque Paul tuvo el protagonismo en el show, lucen también Rusty Anderson y Brian Ray con el juego de guitarras que toda la noche se responden entre ellas.
Ver a Sir Paul es imprescindible para entender la música de los últimos 60 años
Parece que 3 horas son poco para un titán de la música como McCartney, que a pesar de esforzarse por cubrir más de 60 años de música en una velada, no puede cubrir todo lo que ha lanzado. Y aún así, la sensación de satisfacción de ver a una leyenda viviente es inmensa, ya que balancea un setlist asombroso.
Anoche, el equipo de producción se rifó con un espectacular show de drones en “Let Me Roll It”, con corazones y hasta el logo de Wings. Paul tocó la salida de la rola con una combinación de “Foxy Lady”, en homenaje a Jimi Hendrix.
Es imperdible ver a Paul McCartney para comprender la historia de la música moderna: el rock sencillo y efectivo de los Beatles que marcó la forma de crear música, la exploración noventera con Wings, y su carrera solista ante el nuevo milenio se consagra con la más reciente incorporación a sus setlists: “Now and Then”.
Lo que ocurre cuando Paul toca la última canción de los Beatles, que salió en 2023, es una lloradera alegra de todas las personas presentes. Dice el refrán: “no estés triste porque terminó, alégrate porque sucedió”, y eso es precisamente lo que se siente durante esa rolota, en la que felicitó a John por escribirla.
Los visuales jugaron un papel crucial en el show. Durante “I Need You”, nos mostraron visuales del Rock Band de los Beatles, un detallazo en una de las canciones más cortadas de la noche.
No se ve que Paul McCartney se vaya a retirar pronto de los shows en vivo
Paul McCartney tiene 82 años, y muestra la emoción de un joven con su bajo Höfner 500/1 Violin colgado al hombro. Intercambió de instrumentos y los presentaba, en particular la mandolina y el ukelele.
El líder de la banda en vivo sigue siendo una fuerza de la naturaleza, y es todo un suceso admirable que inexplicablemente se mantiene de pie más tiempo que sus fans a sus 82 años. No le vimos tomar ni un vasito de agua en el escenario, y no para. En tono juguetón, al quitarse el saco, el señor de 82 años sigue provocando gritos del público, y bailó un poco al retirárselo.
Casualmente fue en noviembre de 1993 que Paul visitó por primera vez el entonces Distrito Federal, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, y parece que es la primera vez que viene a la ciudad, ya que su energía está intacta. En ningún momento dijo que está cansado o que tomaría un descanso.
Si hubiera que explica la música de los sesentas para acá con un solo show, sería el de Paul McCartney. Con un repaso magistral desde lo primerito de los Beatles, hasta sus aventuras psicodélicas, Paul lo cubre todo. Aunque no le entró a algo tan new age o electrónico, es la presentación esencial para revisar los últimos sesenta años de historia musical. Paul repitió una y otra vez -“¡Qué chingón!”-, algo que daba risa y se sentía como una acto de buena onda del inglés.
Uno de los momentos más sentimentales es cuando se muestran imágenes de John Lennon y Paul McCartney conviviendo, con risas de complicidad y la seriedad de dos de los compositores más prolíficos que ha visto la humanidad. En “Blackbird” y “Here Today” vimos lágrimas, y ésta última se la dedicó a John.
Con una producción completa, hubo fuego y pirotecnia en toda “Live and Let Die” (qué igual y le suma unos días al Hoy No Circula pero lo valió). Para el encore, Sir Paul salió ondeando la bandera de México, otra la de Inglaterra y la de la comunidad LGBTQ+, Paul inició el encore con “I’ve Got A Feeling”, ante un público que le siguió el ritmo y no se sentó en todo el show.
El cierre con “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”, es la manera perfecta de cerrar un show de lo más sentimental que hay en el mundo. Y ojo, que McCartney cerró diciendo -“Los veo a la próxima”-.
Ya veremos qué sorpresas vienen el jueves y domingo en las siguientes presentaciones del incansable y genial Paul McCartney en la CDMX.