Si compararamos este concierto masivo con una comida de cuatro tiempos sería una cosa así: Holy Ghost! la entrada “ligera”; Miami Horror la pasta o el arroz; M-83 el plato fuerte y Justice el postre que uno nunca se quiere terminar. Además de una mención honorífica para Breakbot.
El Hipódromo de las Américas se vistió de gala para recibir a cientos de personas muchos de ellos hipsters y otros con el look electroso que la ocasión ameritaba. La acción comenzó a las nueve de la noche con la presentación de los chicos de Holy Ghost! un duo originario de Brooklyn, que nos trajo su synthpop y más de uno movió los pies, cabeza y demás partes del cuerpo.
El recorrido para llegar a la pista y poder observarlos fue largo y la primera mala noticia llegó antes de los esperado: no se vendería alcohol en el evento (¡Noooooo!). Estos estadounideses contagiaron con su ritmo a sus fanáticos y sorprendió gratamente a los que no los conocían, pero… esto debía seguir y en menos de una hora salieron del escenario para darle paso al siguiente, Breakbot.
Jesus Christ… ¡ah no, es Breakbot!
Él cumplió la parte de ver a un solo DJ. Thibaut Berland, mejor conocido como Breakbot, puso la tornamesa, su laptop Mac y a mezclar se ha dicho. Pasó del house, al electro y finalmente cerró con un ritmo estilo hiphopero. Lo que hizo saltar a todos y volverse a meter en la música fue el “breve” cover de la famosísima rola de Junior Senior “Move your feet”.
La primera parte de su set hizo que en mayor medida las chicas trendy (bueno, las fashion) bailaran much0, ya que el recuerdo de una pasarela de moda flotaba en el ambiente. Y ahora sí, tras una hora con viente minutos (ya daban las 11:20 de la noche) Breakbot se despidió a su más puro estilo y le dio paso a uno de los más esperados de toda la noche: Miami Horror (Uuuooo).
De Australia para México
Encabezados por Benjamin Plant, esta banda de electropop de Melbourne, Australia hizo disfrutar con los sencillos de su material Ilumination, sacado en el 2010, del que destacan Holidays, Sometimes y I look to you.
Para ser el segundo número de la noche, prendieron como se esperaba, en especial a las chicas que andaba por ahí. Benjamin Plant junto con Josh Moriaty (el del blazer rosa), Aaron Shanahan y Daniel Whitechurch causaron furor entre los que iban con muchas ganas de verlos.
El climax de su momento fue cuando el vocal de la banda se trepó a uno de los pilares que conformaban el escenario. Fue una de las imágenes de la noche, si se lo perdieron, en la galería que les dejaremos al final de la nota, lo podrán admirar.
Estos se salieron del molde
Llegó el turno para los franceses… pero de M-83. Para ser un concierto netamente electroson, esta banda aportó el toque de las guitarras y la voz femenina. Anthony Gonzalez, Yann Gonzalez, Morgan Kibby y Loic Maurin fueron la energía que la banda necesitaba, pues ante la máxima concurrencia que se dio en la pista, era difícil ir a comprar bebidas (agua, refrescos) y las piernas ya temblaban de cansancio y algunas espaldas ya dolían.
De todos los que se presentaron, M-83 es quien más recorrido tiene a la hora de hacer materiales de estudio: M83 (2001); Dead Cities, Red Seas and Lost Ghosts (2003); Before the Dawn Heals Us (2005); Digital Shades Vol. 1 (2007); Saturdays = Youth (2008) y Hurry Up, We`re Dreaming (2011).
Sin duda un buen preámbulo para el “pez gordo” del One Arts + Music Festival: Justice…
¡Y se hizo “Justicia”…!
Eran alrededor de las 2:35 de la mañana y ni el frío, la sed o el cansacio pudieron batir a todos los que pedían a gritos que Gaspard Augé y Xavier de Rosnay tomarán el escenario y cerraran con broche de oro una velada llena de buena música, pero eso si NADA de alcohol. Por ahí decían que el día anterior, un grupo de malandrines se agarraron a golpes, lo que significó la nula venta de chelas y otros embriagantes; excepto, claro, en la parte VIP.
¡Por fin! La cruz que ha acompañado a este dueto francés dio la cara, junto con todo su montaje que incluía una serie de luces robóticas (rojas), unas tiras de LEDS en forma de circular a su espalda,muchas bocinas y varios cilindros que se asomaron para dar la apariencia de un órgano estilo iglesia, el cual quedaba ad hoc con D.A.N.C.E.
La canción seleccionada para abrir su set fue Genesis, ideal para encender el ánimo de tooodos los presentes.
Venían con la intención de tocar el nuevo album Audio, Disco, Video, pero no podían dejar a un lado todas las canciones que hicieron a Cross (2007) uno de los mejores discos. En gran parte, la canción Civilization fue el respaldo para hacer el mash up con otras.
Las luces robóticas y el estilo tan peculiar de Justice permitieron que toda la gente despertará de su letargo y ahora sí… a bailar, saltar, perder el control y una vorágine de sensaciones que sólo Gaspard Augé y Xavier de Rosnay pueden provocar en sus seguidores.
Los relojes marcaban las 3:45 (aproximadamente) y Justice se despedía de todos de manera súbita. Esto provoco que la banda coreara su nombre al estilo pambolero, ya saben, con el clásico grito: “Ole, ole, ole, Justice, Justice” y no tardaron mucho para volver al escenario y a las 4:00 ahora sí, decir adiós, pero no sin antes devolverle todo el afecto a la gente que se desveló y aguantó todo el camino.
Fue, en términos generales un buen evento, con bandas que sorprendieron por su buen desempeño en vivo; otras por su añorada visita a nuestro país o simplemente para volver a verlos y disfrutar de nueva cuenta sus canciones.
Para el final, (el verdadero final del One Arts + Music Festival) la pirotecnia iluminó la noche en el Hipódromo de las Américas y “la Cucaracha”, una de las canciones en español más conocidas en todo el mundo, sonara en las bocinas del escenario.
Bueno, la verdad fue mucho rollo. Mejor vean estas imágenes y si se lo perdieron, ya habrá otros…
Fotografías: @VisualBitchDJ