A lo largo de los años, dentro del jazz han aparecido artistas que han cambiado por completo la historia de este género, hombres y mujeres que a través del esfuerzo, dedicación y amor a la música lograron reinventar su sonido, enriqueciéndolo con toda clase de ritmos. Ejemplos hay muchos y podríamos hacer muchísimos textos al respecto hablando de cada uno de ellos, pero en la actualidad tenemos a un artista que está rompiendo las reglas, Moses Boyd.
Puede que tenga 29 años pero no se dejen llevar por su edad, pues aunque es considerado muy joven dentro del nicho de jazz, la realidad es que se encuentra haciendo de todo. Produce, tiene su propio sello discográfico y hasta un programa de radio, pero lo más importante es que le está abriendo los ojos de muchas personas que creen en pleno 2020 que la música solo puede ir por una línea, ya que él está mezclando los géneros que ama para crear una combinación nunca antes escuchada.
¿Quién es Moses Boyd?
Moses Boyd nació el 30 de abril de 1991 y se crió en el distrito de Catford en el sur de Londres. Se describe a sí mismo como un “West Indian de segunda generación” porque tiene ascendencia dominicana de su padre y jamaicana de su madre, quienes le inculcaron el amor por la música de sus distintos países. Pero fue a los 13 años y hasta que entró a la escuela Sedgehill cuando comenzó su carrera musical, pues en ese lugar tomó sus primeras clases de batería.
Con el paso de los años fue aprendiendo a dominar toda clase de estilos y a experimentar con un montón de técnicas. Pero encontró en el jazz el espacio ideal para él, dado el protagonismo que muchas veces tiene su instrumento y en el cual podía explotar por completo todas sus habilidades. Llegó un momento en el que sus clases no eran suficientes, es por eso que decidió tomarse en serio la bataca y penar en estudios profesional.
Binker & Moses
Siendo un joven talentoso, Moses Boyd logró entrar al Conservatorio de Música y Danza de Trinity Laban, en específico a la licenciatura en batería de jazz donde recibió lecciones de los mejores, como Bobby Worth. Fue en este periodo cuando conoció a un compañero con el que comenzaría a hacer sus primeras grabaciones, el saxofonista Binker Golding, con el que formó el dúo Binker & Moses.
Poco a poco se fueron haciendo de un nombre y ganando reputación en los clubes de jazz de Londres, y juntos lanzaron tres álbumes consecutivos. Estos materiales discográficos llamaron la atención de la crítica especializada, tanto así que a pesar de ser ‘nuevos’ y gracias a lo impresionantes que eran sus temas, lograron ganarse reconocimientos importantes –en específico por el disco Dem Ones– como el Premio MOBO, dos Premios Jazz FM y un Premio Parlamentario de Jazz.
Comandando su primera banda
En este mismo periodo y sin abandonar el dúo con su gran amigo saxofonista, este musicazo formó su propia banda a la cual llamó Moses Boyd Exodus (también conocida como The Exodus). A mediados de los 2010 comenzó a lanzar mixtapes con rolas compuestas por él y por ahí hay un EP muy interesante, The Footsteps of Our Fathers, un tributo a sus influencias de jazz y que contó con la participación de jóvenes músicos como Theon Cross (tubista), Artie Zaitz (guitarrista), Nathaniel Cross (trombonista) y el mismo Binker Golding.
Más tarde y después de graduarse con honores del Conservatorio fundó su propio sello discográfico, Exodus Records. Después de un par de lanzamientos con su banda en 2016, el sencillo “Rye Lane Shuffle”, y el EP de cuatro canciones Time and Space, Boyd fue galardonado con el premio John Peel Play More Jazz en los Premios Mundiales Gilles Peterson. Y fue justo en este momento cuando decidió y aprovechó que las condiciones se dieron para dar el siguiente paso.
El momento de ser solista
Mientras tanto, Boyd siguió ampliando sus horizontes musicales, colaborando con una enorme variedad de músicos, desde artistas de música electrónica como Four Tet, Little Simz y Floating Points hasta artistas de jazz y soul como Lonnie Liston Smith y la cantante Zara McFarlane. Durante todos esos años junto a The Exodus, lanzó dos discos más, Absolute Zero (2017) y Displaced Diaspora (2018) con los que fue puliendo su sonido.
Después de prepararse para este momento, presentando álbumes y tocando en el Reino Unido y gran parte de Europa, en 2019 Moses Boyd comenzó a grabar lo que sería su primer disco como solista. El resultado fue Dark Matter, un material discográfico muy ambicioso que él mismo ha dicho que busca unificar y hacer que la gente piense en medio de las situaciones terribles que pasan a diario en el mundo, dejándolos al final con un poco de esperanza.
En este disco hay participaciones de artistas emergentes como Poppy Ajudha, Obongjayar y un colaborador de muchos años en la carrera de Moses, Joe Armon-Jones. La crítica alabó por completo lo que este joven hizo en su álbum debut solista, tanto así que fue considerado como uno de los mejores discos del 2020 y estuvo en la lista de nominados para el Mercury Prize, premio que terminó llevándose el gran Michael Kiwanuka (y con justa razón).
¿Qué es lo que hace especial a este gran artista?
El jazz es un género que está lleno de innovaciones, pero que muy pocas veces se permite fusionar otra clase de ritmos y sonidos. Es aquí cuando entra el buen Moses Boyd, pues aunque él se formó como un músico clásico, tiene influencias de muchos otros artistas. Para que se den una idea ha mencionado a leyendas como Miles Davis y los discos de Dizzee Rascal como sus principales inspiraciones para dedicarse a la música.
Y eso se puede ver muy claro en su estilo y melodías, pues mezcla a la perfección el jazz con el grime, la electrónica, la música africana y hasta el rock, dando como resultado una combinación que te vuela la cabeza a primera escucha. Es precisamente en su multipremiado Dark Matter donde se pueden notar todos estos sonidos vertiginosos, los cuales te llevan a bailar y contemplar las bellas (y a veces sombrías) melodías que compone.
Pero quizá el mayor mérito de Moses Boyd además de dirigir todo desde la batería –y por lo que muchas personas lo consideran un verdadero genio de este género–, es que todo esto logra llevarlo a la perfección a través de canciones que cualquiera puede disfrutar. Sí, es un músico virtuoso pero no se complica la vida, pone lo justo y lo exacto que necesita cada rola y eso muy pocos a su nivel lo pueden conseguir. Sin duda, a este artista no podemos perderle la pista.