Como cada lunes aquí está Antitendencias Sonoras, el espacio que busca saciar a los oídos más curiosos. Para quienes llegan por primera vez a este ruidoso -y un tanto extraño- post, les comentamos que se trata de un espacio en el que compartimos aquella música que muestra una estética un tantito diferente a lo más popular o comercial, y que por ende, difícilmente escuchamos a través de los medios más comunes o listados en los festivales más reconocidos de nuestro país. Porque siempre hay que tener en cuenta que la música es un lenguaje infinito y sin límites; abramos los oídos y seamos más curiosos, dejemos a un lado los prejuicios y tan sólo dejémonos llevar por lo que la música nos hace sentir de forma natural, ahí el verdadero chiste del arte: sensibilizar.
Esta ocasión hablaré de Moondog, proyecto que estuvo a cargo del compositor Louis Thomas Hardin, personaje tan increíble que pareciera haber salido de los sueños con la comitiva de alterar la realidad tan abrumadora en la que a veces estamos incómodamente inmersos.
Moondog es considerado como uno de los compositores minimalistas y contemporáneos más extrovertidos, singulares e inigualables. Realmente dejó en claro que el mundo que concebía no se encontraba anclado a nada, mostró una libertad tan sublime que su música quedó impregnada de ella, convirtiéndose en un complejo y enriquecedor lenguaje del que deberíamos ser conscientes.
Desde los 16 años Moondog quedó ciego tras un accidente con dinamita, por lo que sus estudios se vieron un tanto limitados pero no totalmente obstruidos ya que a pesar de la barrera logró estudiar música en colegios especiales y afinó cada vez más sus oídos. Como base empezó a tocar el tambor, lo que seguramente dejó una fuerte influencia en los ritmos, un elemento muy particular en sus obras. Gran parte de lo que aprendió de música lo logró de forma autodidacta y se apoyó de los pocos libros en braile que se le cruzaron en el camino.
A mediados de los años 40 se traslado a Nueva York, una decisión que cambió radicalmente su vida y profesión. Por un lado logró conocer y entabló amistad con compositores como Leonard Bernstein, Arturo Toscanini y leyendas del jazz como Charlie Parker y Benny Goodman, personas que influyeron en su concepción musical y que más tarde demostraría en sus publicaciones.
Fue allí que decidió convertirse en músico y poeta callejero, tomando el centro de Manhattan -específicamente la esquina de la calle 54º o 53º y la avenida 6-, como su escenario. Él logró sustentar su vida gracias a la venta de sus poemas y música; sin embargo, su personalidad fue lo que llamó más la atención a los transeúntes.
Una vez le dijeron que por su barba tenía un parecido con jesucristo, lo cual le hizo pegar el grito y desde entonces decidió siempre portar una vestimenta de vikingo, logrando así ser reconocido como “el vikingo de la sexta avenida”. Se vio a Moondog tocando en la calle junto con su espada, casco y escudo, interpretando varias de sus obras con instrumentos que él mismo creaba.
Como era de esperarse mucha gente no tomaba muy en serio su música, sin embargo músicos como Philip Glass y Steve Reich fueron sumamente inspirados por él, considerándolo como el padre de la música minimalista y tomando muy enserio su concepción.
Su música era una mezcla bastante interesante, por una parte mostraba raíces de música clásica y orquesta, por otra mostró su acercamiento al jazz contemporáneo y su pasión por la música nativa americana, logrando desde obras orquestales hasta obras percursivas más experimentales. Pero un elemento muy particular en el mundo de Moondog fue la inclusión de sonidos urbanos, por lo que podemos escuchar desde gente caminando, bebés llorando, automóviles, caos, etc; llevando así su entorno sonoro a sus composiciones.
Un dato curioso es que le debemos a Moondog la etiqueta “Rock N’ Roll”, ya que en 1954 ganó un caso en el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York contra el DJ Alan Freed, quien tenía un programa de radio donde usó el nombre de “Moondog”, fue gracias a sus amigos compositores Benny Goodman y Arturo Toscanini quienes testificaron que él era un compositor serio ganando así el caso y obligando a Fredd a cambiar el nombre a “Rock N’ Roll Show”.
En 1974 su amor por la cultura nórdica lo llevó a Alemania, en donde vivió junto con la familia Münster. Allí dedicó gran parte de su vida componiendo y transcribiendo sus obras en braile. En ocasiones salió del país bajo la invitación de otros compositores como Philip Glass. Moondog se quedó allí hasta su muerte en 1999.
T: @hreveh