Cuando el tema del post-rock surge en una conversación, es común que lo primero que venga a la mente son canciones exageradamente largas de rock instrumental, con cinco o seis guitarristas cada quien en su propio mundo y perfectas para provocar el sueño en las noches de insomnio.
No estaríamos muy alejados de la marca si decimos que el promedio de duración de una canción dentro de este subgénero es de 10 minutos. Pero ahí es donde termina el estereotipo. Las bandas de post-rock no son sólo integradas por varios guitarristas (y un baterista), también podemos encontrar teclados, percusiones, instrumentos de cuerda y viento y cualquier otra cosa que sea de utilidad para el grupo.
¿Entonces qué es el post-rock exactamente?
Es difícil decir porque los artistas que suelen ser encasillados en esta categoría tampoco son grandes fans del término (mismo caso que se repite en otros subgéneros). Los medios, sin embargo, tienden a utilizar estos nombres algo pretenciosos para identificar y diferenciar el sonido de una banda con más facilidad. Los críticos son alérgicos a carecer de palabras con las que rápidamente puedan describir un estilo de música. Por eso no es sorpresa de que el término “post-rock” haya sido inventado por un crítico de música, Simon Reynolds, de la misma manera que el término “Heavy Metal” fue inventado por otro periodista en su momento.
El ‘post’ en post-rock nace a mediados de los 90 con la idea de devolverle el espíritu de experimentación al rock ‘n’ roll. Por tal motivo, este tipo de música prescinde de la estructura verso-coro-verso, los ganchos popperos y las armonías vocales de la fórmula pop/rock para enfocarse más en llenar el espacio de texturas y sonido puro.
Cuando el rock alternativo encontró el gusto de las masas hace 20 años tras el éxito de Nirvana, Soundgarden y Pearl Jam, el post-rock surgió como una respuesta entre las distintas propuestas de la nueva escena indie. Reconociendo la enorme influencia de discos como Spiderland de Slint y Laughing Stock de Talk Talk, muchos periodistas ponen el dedo sobre Millions Now Living Will Never Die de Tortoise como el primer álbum propiamente dicho de post-rock. En su momento (piensa en 1996), el segundo disco de la banda indie de Chicago fue aclamado por su eficiente mezcla de estilos para crear algo sublime y épico, lo cual es más que evidente en el tema de 20 minutos que abre el disco: “Djed”.
Es común que la típica banda de post-rock carezca de un vocalista, pero eso no significa que todas las bandas de rock instrumental sean post-rock. Por ejemplo, Joe Satriani o Steve Vai no se ajustan al molde experimental. ya que con los riffs de sus guitarras, ellos son las estrellas que presumen su virtuosismo mientras dirigen el show. Por otro lado, en un grupo de post-rock no hay exactamente un líder o un músico que resalte sobre los demás. Los grupos de post-rock no buscan una melodía pegajosa o un gancho poppero para sacar un sencillo que venda. Para ellos lo que importa es la experiencia que puede generar el todo.
El post-rock comparte algunas cualidades con el rock progresivo, aunque tampoco son términos intercambiables. El rock progresivo busca contar historias complejas (a veces, demasiado complejas) en un contexto cuyo desarrollo es acentuado por los cambios de tempo, incluso dentro de una misma canción. En el post-rock también hay una lógica en el desarrollo de la estructura, pero ésta no es narrativa sino estrictamente armónica. Para ilustrar este punto, las bandas post-rockeras a menudo dicen que los títulos de sus canciones no tienen una razón de ser en particular. Si un tema se llama “Mexican Grand Prix” es porque a alguien le pareció chistoso. El título es sólo es una manera de identificarlas con más facilidad. El enfoque siempre va a ser la música, pero a diferencia del rock progresivo que te lleva de la mano por un camino que va cambiando de intensidad, el post-rock tiene un efecto hipnotizador muy similar al que genera el noise, pero con una producción más pulida y sofisticada, y con más libertad para experimentar, a veces creando pequeñas filarmónicas
Con casi 20 años desde que se acuñó el término, el post-rock siempre está a un paso de la auto-parodia. Al igual que los otros géneros que llevan este prefijo (post-punk, post-disco, post-hardcore) el término se vuelve una broma porque hace referencia a un futuro que nunca llega… aunque aparentemente algunas de su bandas ya están aquí. Son viajeros en el tiempo que nos traen la música del mañana o algo por el estilo. El problema es que toda “música del futuro” corre el riesgo del “efecto Epcot”. Lo que antes era percibido como una forma de subversión contra las viejas fórmulas nos lleva al conformismo que pronto se vuelve predecible: las guitarras distorsionadas, los paulatinos crescendos, los bonitos arreglos orquestales, la omisión de vocales, la extensión de sus temas… Por algo estas bandas odian que les peguen la calcomanía de post-rock.
Pero ni modo. Lo único que puede mantener el post-rock relevante son las bandas que logran encontrar el camino a la innovación sin caer en los lugares comunes del género. Son bandas que rechazan ser el paradigma para salvar al post-rock de si mismo.
Antes que nada, te presentamos a…
MONO
Quizás Mono no sea la mejor banda del subgénero -aunque muchos dirán que sí- pero sin muchos argumentos en contra, la vamos a encontrar entre sus grupos más importantes. Resaltamos a esta banda porque Mono se presenta en Guadalajara el viernes, 26 de abril en el Auditorio Charles Chaplin. Un día después, el grupo japonés se presenta en la Ciudad de México donde tomará el escenario de El Plaza Condesa. Todavía hay boletos para el concierto del sábado en Ticketmaster. ¡No lo vayas a dejar pasar! Conste que ya te advertimos.
Mono es una banda de cuatro integrantes originaria de Japón que se formó en el 2000. Su estilo es todavía más experimental que el de tu banda promedio de post-rock (por algo está en esta lista), enfocándose más en arreglos inspirados en música clásica para crear una atmósfera tipo videojuego RPG de Squaresoft… pero con más guitarras rompe-tímpanos. Su más reciente álbum es For My Parents, lanzado el año pasado.
EXPLOSIONS IN THE SKY
Cuatro chavos de Austin, Texas formaron Explosions in the Sky a finales del milenio pasado. Cinco años después, el grupo gozaba de una reputación internacional que ya lo coronaba como el nuevo Mogwai. Su fama aumentó cuando compusieron la banda sonora de la serie de televisión “Friday Night Lights”, un melodrama sobre un equipo de fútbol americano con base en un pueblo rural de Texas. Su último álbum fue Take Care, Take Care, Take Care del 2011.
GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR
Mientras las dos bandas que siguen en la lista hayan hecho más por popularizar el género, GY!BE fue el que terminó por darle significado. Si nos vemos obligados a nombrar un disco que defina por sí sólo al post-rock, ese honor se lo tenemos a que otorgar a Lift Your Skinny Fists Like Antennas to Heaven. Con este álbum, la banda originaria de Montreal, Canadá pasó a ser leyenda, y su aversión a los medios sólo ayudo a fortalecer esa reputación. Diez años pasaron para que GY!BE sacara un nuevo álbum en el 2012: Allelujah! Don’t Bend! Ascend!.
MOGWAI
Mogwai es la banda post-rock por excelencia porque ésta fue la que -desde un principio- dictó el estándar que los otros grupos de guitarra deben sostener. Mogwai se formó en Glasgow, Escocia a mediados de los 90 y desde entonces, la banda ha lanzado un disco cada dos o tres años. Su más reciente esfuerzo es Hardcore Will Never Die, But You Will, álbum que trajeron a México el año pasado.
SIGUR RÓS
Sigur Rós es la oveja negra del grupo porque no le teme a tener un vocalista en su alineación, aunque en realidad, los vocales no son más que otro instrumento en la mini-orquesta que presenta esta banda de Islandia. Por mucho la banda mejor conocida en esta lista, Sigur Rós ha mantenido su éxito gracias a la facilidad que tiene para conectar con su público a través de la emotividad de sus composiciones. Kveikur es su próximo álbum y sale a la venta el 17 de junio. Por supuesto, en México ya estamos anticipando su regreso…
Texto: @ShyTurista
