Lo que necesitas saber:
Mitski está de vuelta con un nuevo disco, mucho más íntimo y con un toque minimalista donde nos presenta rolas brutalmente intensas.
Apenas esta semana vimos a Mitski estrenar su nuevo disco The Land Is Inhospitable and So Are We en el Teatro Esperanza Iris de la CDMX e incrementó nuestras ganas de escuchar al sucesor de Laurel Hell (2022). Desde su presentación, con solo una guitarra y un contrabajo apoyándola, notamos que su nuevo álbum tiene un formato mucho más sencillo que trabajos anteriores, sin que esto afecte la fuerza a la que nos tiene acostumbrados.
También la vimos en el Corona Capital 2022 y fue uno de los shows que más nos gustaron, con el emblemático dramatismo de la cantante que actúa todas sus canciones. Su banda de apoyo también lo hizo fenomenal, pero la gira de la artista en ese entonces traía un disco mucho más electrónico, con sintetizadores y arreglos en varios instrumentos, ahora, nos encontramos con un formato mucho más minimalista.
Mitski repite en la producción Patrick Hyland, quien la ha acompañado desde su segundo disco de estudio. El art-pop de la cantante presume la misma producción espectacular a lo largo de todo el disco, con la mezcla muy bien lograda, y en el protagónico, su voz.
Mitski nos muestra la fuerza de la calma en la introspección
El séptimo disco de estudio de Mitski es un episodio de tranquilidad continua en su discografía, que tiene temazos bastante intensos como “Francis Forever”, “Remember My Name” o “My Body’s Made of Crushed Little Stars”. La cantautora también tiene rolas elegantes y más downtempo, pero este álbum mantiene un ritmo bastante calmado, con unas cuantas excepciones, que contrasta con letras crudas y desoladoras con un matiz de esperanza fatalista.
Los primeros acordes de guitarra acústica en “Bug Like an Angel” establecen el ánimo del resto del álbum. La voz de Mitski, junto a un coro multitudinario, habla de las dificultades humanas, de los sentimientos que la cantante jamás ha ocultado, la ira, la decepción, e incluso equipara un trago con tener una familia.
La idea de Mitski de dejar descansar a los sintetizadores o las progresiones pegajosas encuentra justificación cuando algunas rolas llegan a un clímax distinto, con cuerdas y su voz en un encuentro intenso. Quizás el final de “The Deal” o “I Love Me After You” sean las muestras más claras de esto, algo que nos encanta en este nuevo álbum de la cantante.
El auge de una artista única
Estamos presenciando la etapa con más producción musical de la artista, que se aparta de la figura de una cantautora convencional, al mostrar atrevimiento en sus composiciones, quitarse el miedo de reconocer su ansiedad e incomodidad en situaciones humanas.
Bajo esta misma premisa, decidió anunciar el show sorpresa del pasado 11 de septiembre, y así nos llegó su nuevo álbum, lanzado apenas un año después de Laurel Hell. Y es que Mitski siente demasiado y por eso, tiene mucho que expresar. Quien la haya visto en vivo puede confirmar que la cantante vive a tope sus presentaciones, aventándose al piso, haciendo algunas acrobacias y mostrando en su rostro los sentimientos que provocan sus canciones.
El disco fundamentalmente tiene percusiones bastante tímidas (salvo al final de “The Deal” o “I Love Me After You”), luce la voz de la cantautora, y la acompañan pocos elementos, quizás el más destacable sea la sección de cuerdas que se unen para hacer más intensos algunos coros.
No nos queda más que disfrutar todo lo que nos comparta Mitski, sentarnos a escuchar lo que nos tiene que contar e identificarnos con algunos fracasos amorosos, ahora puestos completamente en canciones folk, country, tintes de pop y un acompañamiento de cuerdas que nos encantaría escuchar en vivo.
En el álbum tenemos algunas de las letras más fuertes de Mitski
Parte de la identidad de Mitski ha sido cantar letras potentes a través de sus discos, muchas veces adornada con arreglos que le tiran al synth-pop o de plano a una electrónica suave, por lo que nos ha hecho más llevaderos versos que aún así pegan duro.
En The Land Is Inhospitable and So Are We, un disco cargado al folk y hasta al country, la artista continúa con su tradición de tocar temas como el abandono, el arrepentimiento y la soledad, aderezados con una calma que transmite como narradora de sus propias historias.
“The Deal” es una composición que pasará como una de las más brillantes no solo de su carrera, sino de canciones modernas que le tiran al folk, y cuenta una historia fascinante. Mitski se coloca en el centro de la decisión de hacer un trato, pero ¿Con quién? ¿Para qué? Las respuestas que plantea son intrigantes y, una vez más, se plantea enfrentarse a sí misma.
Solo hay un pequeño detalles con este disco
Notamos que rolas como “I Don’t Like My Mind” o “I’m Your Man”, mantienen la tradición de la cantante de compartirnos letras que nos dan mensajes con mucha fuerza, bajo la fórmula de sensibilidad intensa que caracteriza a la artista. Sin analogías complicadas, ella nos logra transmitir sensaciones nada gratas como traición y malestar, pero nos reconforta al compartir que no somos los únicos sintiendo esto.
Quizás lo único extraño en este álbum es que no hay mucha dinámica entre canciones, notamos que no hay algún cambio marcado y esa es la idea clara con la que llega Mitski, desde su presentación y ahora con el lanzamiento.
Mitski eligió la CDMX para mostrar su nuevo álbum por completo por primera vez, por lo que creemos que volverá en algún punto de su gira, pero no será pronto. Mientras tanto, se lució con la merch promocional de The Land Is Inhospitable and So Are We, ediciones físicas del disco, ropa, y hasta un pasaporte con stickers que pueden conseguir en su página oficial.