Las demandas por plagio dentro de la industria de la música son el pan de cada día. Muchos de nuestro héroes musicales o personas que admiramos –otros no tanto– como George Harrison, fueron demandados por “robarse” algunos detalles de otras canciones, o de plano otros, como Vanilla Ice, que se robaron toda la canción sin dar créditos.
Ahora bien. En 2015, Robin Thicke y Pharrell Williams fueron demandados por la familia de Marvin Gaye. Los acusaron de plagiar “Got To Give It Up” de Gaye para su enorme éxito “Blurred Lines”. Las canciones, en realidad, no son tan similares; sin embargo, para los familiares de Gaye fue suficiente que se inspiraran en la canción para hacerla.
Cuando la familia ganó hace tres años, comenzó una ola de demandas basados en la inspiración para acusarlos de plagio. Y esto –algo así–, es precisamente lo que le ha sucedido a Miley Cyrus… e incluso más vago de lo que parece.
Michael May, un artista legendario del reggae mejor conocido como Flourgon, demandó a Cyrus por la frase “we run things” que está presente en la canción “We Don’t Stop” de 2013… tal cual. May dice que Cyrus plagió la canción “We Run Things” de 1988 en el momento en el que “we run things, thing don’t run we” aparece en el éxito de la cantante.
Antes de seguir, debe quedar claro que no hay ninguna similitud musical, ni siquiera sutil, entre estas dos canciones. Lo único que coincide son esas tres palabras: “we run things”.
“We Run Things” fue un éxito de dancehall a finales de la década de los 80 y como la frase, de acuerdo con él, es lo que reconoce a la canción en su totalidad, quiere que Miley le pague la módica cantidad de 300 millones de dólares porque, según, él es el autor del 50 por ciento de “We Can’t Stop”.
El abogado de May dice que la canción de Miley le debe su enorme éxito a la frase en cuestión y es obligación de Flourgon proteger el contenido original que ha creado. Así que la única regla es: prohibido utilizar las mismas palabras de entre los millones títulos de canciones. ¡Flourgon ha dicho!
