Hace 20 años Mercury Rev dio a conocer Deserter’s Songs, una obra maestra capaz de alegrar el corazón más sombrío, pero también de llenar de melancolía a los espíritus más alborozados. Ese disco hizo de Jonathan Donahue y compañía músicos de culto, de esos que muy pocas veces se tiene la suerte de ver. Y la suerte estuvo de nuestro lado.
Por 60 minutos el festival Corona Capital se cubrió de un aura en el que hadas, duendes y personajes fantásticos tienen cabida, pero no de una forma pueril, sino sofisticada, psicodélica y llena de una furiosa ternura. Mercury Rev tocó casi en su totalidad el Deserter’s Songs ante un público que mayoritariamente sólo buscaba lugar para la banda siguiente… pero no importó. Donahue, con su encantadora voz hechizó a los presentes y convirtió una simple presentación en un evento memorable.
Contrario a lo que ocurre con algunas bandas que celebran el aniversario de algún disco, tocando éste tal y como fue dado a conocer, Mercury Rev se esmeró en crear la atmósfera que merece un disco como el Deserter’s Songs. Todo muy cuidado. Desde la revisión de los instrumentos y el audio del lugar por cuenta de cada miembro del grupo, hasta la forma en que fueron colocadas las canciones en el setlist.
No comenzaron con “Holes”. Esa joya necesitaba pulir el ambiente. En lugar de eso, la potente “The Funny Bird” fue la primera en sonar. Festiva y misteriosa, como el puntilleante bajeo que sonó mientras Grasshopper hacía chillar su guitarra y Donahue aleteaba las manos no para animar al público, sino para impulsar las ondas acústicas. Una muestra de cómo los músicos son capaces de conducir el sonido no sólo mediante un instrumento, sino con toda la fuerza de su ser.
De ahí siguieron con “Tonite it Shows” y “Endessly”, canciones que en grabación tienen un tono arrullador, pero en vivo fueron interpretadas de forma vigorosa, festiva (¡vamos, es un festival y la gente también quiere divertirse!) y con lugar para colocar “Central Park East”, del The Light in You (2015) y el cover “A Man Needs A Maid” de Neil Young.
“Goddes on a Hiway” retumbó para preparar los oídos para lo que tanto esperaban fans y tan de sorpresa tomó a los que por primera vez escucharon de qué se trata Mercury Rev. Después del alucinante cierre de “Goddes…” se apagaron momentáneamente las luces y de entre la artificial niebla emergió Donahue para poco a poco acercarse al micrófono, lo mismo que las orquestaciones de los teclados a los oídos del público. “Holes” sonó para desatar sensaciones tan indescifrables como las imágenes que se enuncian en la dulce letra de esta canción.
El tiempo se acababa y del Deserter’s Songs sólo dio tiempo de escuchar la majestuosa “Opus 40”. Fuera quedaron “I Collect Coins”, “Hudson Line”, The Happy End (The Drunk Room)” y “Pick Up If You’re There”… aunque de lo perdido, lo ganado: “The Dark is Rising” (del All is Dream) sonó como síntesis de la presentación de Mercury Rev y, en especial, de lo que representa el Deserter’s Songs: una obra maestra llena de luminosa melancolía.