¿Qué podemos decir de Paul McCartney que no se sepa? Ya sea con The Beatles o como solista, es una leyenda viviente. Así que en este punto de su carrera, con años de experiencia, discos que importantes para la historia de la música, tocando por todo el mundo y llenando estadios en cada lugar en el que pisa podríamos preguntarnos, ¿qué sigue para un artista como él? ¿Quedarse disfrutando de esos viejos éxitos o seguir innovando y componiendo rolas?
Afortunadamente, él es de esos músicos que no se quedan quietos y a pesar de contar con una trayectoria envidiable, continúa explorando sonidos y sobre todo, concluyendo proyectos que ha construido a lo largo de los años. Como recordarán, en 1970 y después de la separación de los Fab Four, Sir Paul trabajó rápidamente en el que sería su primer álbum de estudio como solista, McCartney, el cual grabó prácticamente por su cuenta en compañía de su esposa Linda.
Paul McCartney cierra la trilogía con un disco muy especial
Tras el lanzamiento de este disco que incluyó rolas que se convirtieron en clásicos como “Maybe I’m Amazed”, Paul y Linda McCartney formaron otra banda exitosa, Wings. Pero tras la separación del grupo, para 1980 decidió retomar su camino en solitario y así llegó la segunda parte de McCartney, que por supuesto mantuvo la calidad musical a tope y nos dejó ver que a este gran músico no se le iba la capacidad para componer melodías espectaculares.
Sin embargo, casi 40 años desde aquel segundo álbum y tras un montón de discos en su carrera, Paul McCartney cierra la trilogía con el tercer material discográfico titulado como su apellido. El McCartney III lo terminó de grabar en cuarentena y para sorpresa de todos reveló algunos detalles hace unas semanas y anunció que estaría disponible el 18 de diciembre, a unas cuantas semanas de terminar este año tan caótico que hemos vivido.
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Sir Paul abre con sus cartas fuertes
McCartney III inicia con “Long Tailed Winter Bird”, una canción donde juega con elementos folk, una batería sobre y un programa de guitarrazos que llegan a rayar en el hard rock. Aunque líricamente es de las cosas más sencillas que ha hecho, con frases como “Do you miss me?” “Do you feel me?” y “Do you touch me?”, describe a la perfección esa sensación que todos experimentamos en cuarentena, el intentar sentir a nuestros seres queridos a la distancia.
Es con la segunda rola del álbum, “Find My Way” donde sale el McCartney que todos conocemos, con melodías alegres dotadas con un toque de melancolía. Y aquí por fin podemos escuchar en todo su esplendor la voz de Sir Paul, que a pesar de la edad se luce por completo, armando armonías vocales poderosas que te contagian de buena vibra desde que hacen su aparición y que combina a la perfección con el outro.
El álbum entra en una etapa experimental
Las guitarras acústicas se hacen presentes en “Pretty Boys”, donde McCartney nos vuelve a sorprender con la capacidad casi nata que tiene para contarnos toda una historia dentro una rola, la cual por supuesto tiene un poco de nostaliga. Para “Women and Wives”, Paul se sienta al piano para entregarnos un tema donde los arpegios que toca acompañan una letra sobre el futuro y enfocándose en una pregunta que la humanidad se ha hecho por años, ¿qué estamos haciendo con nuestras vidas?
Casi a la mitad del disco, Paul McCartney nos entrega un tema rockero llamado “Lavatory Lil” en el que luce por completo ese riff de guitarra bluesero que suena durante poco más de 2 minutos. Justo después de esta canción llega la parte más experimental del disco, “Deep Deep Feelings”, que para ser honestos se siente como una montaña rusa de emociones, hablando sobre la pérdida de algún ser querido. 8 minutos de capas y capas.
McCartney mantiene la intensidad
En el momento en que entra “Slidin'”, las cosas cambian por completo, pues Paul McCartney continúa dándonos guitarrazos sólidos a diestra y siniestra, así como momentos en los que grita la letra; esta rola sin problema podría ser prima hermana de “Helter Skelter”. Pero después el ambiente se relaja cuando “The Kiss of Venus” se hace presente con sus primeros acordes, una dulce balada de amor que no raya en lo meloso.
Entrando en la recta final del disco, McCartney juega con una canción llamada “Seize The Day”, en el que un teclado Rhodes nos da la bienvenida a un tema en el que el músico británico de manera alegre nos invita a pensar y abrir la mente. “Deep Down” llega con unos cuantos sintetizadores sombríos mientras la guitarra acústica va haciendo una serie de figuras de acompañamiento y donde Sir Paul canta un ruego para hablar con una persona especial.
Sir Paul se supera con el tiempo
Justo para terminar, Paul deja la instrumentación pesada para regresar a ese estado mental de tranquilidad con “Winter Bird/When Winter Comes”, un tema donde solamente necesitó un par de acordes y su voz para darnos el cierre perfecto, una rola ideal para contemplar por la ventana una mañana soleada y que sin duda, no nos viene nada mal para cerrar el año tan extraño y lleno de momentos complicados que tuvimos que enfrentar.
Con McCartney III, Sir Paul nos deja muy claro una vez más que a pesar de su extensa carrera y siendo considerado como una leyenda de la música, a sus 78 años no pierde esa chispa a la hora de componer. Al contrario, parece que conforme pasa el tiempo, busca superarse y hacer cosas totalmente distintas a las que está acostumbrado. Sin duda, este álbum –además de dejarnos un gran sabor de boca–, podría ser el soundtrack del 2020, pues pasa por todo tipo de emociones, desde la incertidumbre hasta la felicidad, y eso es justo lo que experimentamos en todos estos meses.
Tracklist
1.- “Long Tailed Winter Bird”
2.- “Find My Way”
3.- “Pretty Boys”
4.- “Women and Wives”
5.- “Lavatory Lil”
6.- “Deep Deep Feeling”
7.- “Slidin'”
8.- “The Kiss of Venus”
9.- “Seize the Day”
10.- “Deep Down”
11.- “Winter Bird/When Winter Comes”
