Hace 29 años se celebró el concierto de rock más grande de todos los tiempos. Un concierto tan masivo, que sería imposible repetir con las normas de seguridad que existen hoy en día. Para recordarlo, tenemos que volver en el tiempo a un 28 de septiembre de 1991, día en el que Moscú se armó el legendario festival Monsters of Rock con Metallica a la cabeza. 

Hoy es fácil pensar en Metallica como una banda familiar en todos los rincones del planeta, pero alguna vez los metaleros estuvieron a la vanguardia de lo que se consideraba como “música peligrosa”. De hecho, no fue hasta 1988 que con el éxito de Master of Puppets del 86, que lograron colarse en casi todos los rincones del planeta con su aclamado …And Justice for All.

Brincando tres años en el tiempo, Metallica no simplemente superó sus proyectos pasados en términos musicales, ni logró tener uno de los discos más vendidos de todos los tiempos, sino que cambió la historia del metal con The Black Album. Metallica se convirtió en un éxito tan grande a nivel mundial, que incluso los enemigos de Estados Unidos querían verlos tocar.

Foto por Kevin Winter/Getty Images

El contexto político de Rusia en 1991

En 1991 y especialmente septiembre, hubo un momento realmente complicado para Rusia. El país soviético vivía los últimos días de la Guerra Fría, y se encontraba a 30 días de un golpe de estado fallido conocido como el Golpe de agosto que pretendió arrebatarle el poder a Mijaíl Gorbachov, jefe de Estado de la Unión Soviética en ese entonces.

Con las tensiones políticas a tope, y entendiendo que la gente necesitaba distraer la mente, el gobierno ruso se vio obligado a enviar miles de militares para asegurar que el festival se llevara a cabo de una manera pacífica. Lo que no contaban es que Metallica, junto a AC/DC, Pantera y The Black Crows, atascarían el Aeródromo Túshino de Moscú con 1.6 millones de personas. Sí, 1.6 millones de personas. 16 Estadios Azteca a reventar…

Algunos medios y algunos recuentos de la época estiman que la audiencia total fue de aproximadamente 500 mil personas; sin embargo, nuevos conteos y el video del concierto afirman que fueron más, muchas más.

Foto por Larry Hulst/Getty Images

Empieza Monsters of Rock

Empezando con una explanada a medio llenar para la presentación de The Black Crows, poco a poco todos los rusos se empezaban a dar cita para ver a Metallica. El grupo estadounidense de hard rock prendió tanto, que los primeros disturbios entre los militares y los asistentes comenzaron a surgir. Por un lado volaban macanazos de los uniformados y del otro lado los asistentes querían sacudirse las tensiones de los últimos años al ritmo de “Stare It Cold”.

Dejando el escenario con el ambiente de locura, Pantera subiría para empezar a juntar una cantidad de personas imposibles de controlar. Presentando su quinto disco de estudio, Cowboys From Hell, los americanos llevarían los ánimos a otro nivel. Esta presentación de Pantera siempre será recordada como una de las mejores de toda su historia.

Con el festival llegando a su punto de ebullición, los cuatro jinetes del trash metal saldrían para presentarle a Rusia su disco más aclamado hasta el día de hoy. James Hetfield describe el momento de subir al escenario como “ver un mar de gente rusa”. Un mar que se alejaba hasta donde sus ojos le permitían. Abriendo con la mítica “Enter Sandman”, ya se pueden imaginar cómo se puso a partir de ese momento.

Era imposible distinguir en ese momento quiénes en la multitud eran militares y quiénes asistentes. ¿Se imaginan? Helicópteros volaban por encima del festival. Toda una ciudad con los ojos puestos en un escenario y Metallica tocando canciones sobre la muerte, el mal y desafiar la autoridad como sólo ellos lo saben hacer.

James Hetfield de Metallica platica su experiencia 

En una entrevista para The Joe Rogan Experience, Hetfield sería interrogado sobre su experiencia en este concierto en el 2016. “Nos volaron hasta allá, aterrizamos en este campo y hasta donde alcanzaba la vista, quiero decir fue un concierto gratuito, sólo había gente”, dijo Heatfield.

“Subimos al escenario, e hicimos lo que hacemos, pero era militar, ¿sabes? Militares en el frente”, explicó. La experiencia fue realmente surreal hasta para una banda que ya lo había visto casi todo.

Por ahí también contó cómo al ser un país comunista que nunca había tenido algo así, las cosas se salieron un poco de control para los militares. “El helicóptero se acercó y le gritaban a la gente como ‘¡Alto!’. Estaban haciendo moshpit o volviéndose locos, pero no sabían qué era eso. Pensaron que estaban peleando. Es un país comunista: ‘La gente se está desorientando. ¡Esto es un caos!'”.

Metallica

“Le estaban pegando a la gente desde el helicóptero”, dijo James cuando hablaron del control militar. Sin embargo, no todos se dedicaron a soltar golpes. “Hasta en frente, había militares uniformados y después de tres o cuatro canciones dijeron como: ‘¡Al diablo esto!’. Se quitaron sus cosas y empezaron a hacer headbang y pasar un buen rato”.

“Nosotros vimos la transformación de una sociedad cerrada a la libertad justo delante de nosotros, individualmente en las personas. Fue asombroso”, finalizó. Para cerrar el festival como los grandes, AC/DC subiría al escenario para volver locos a todos son sus éxitos de “Back in Black”, “Highway to Hell” y “For Those About to Rock”.

Esa tarde del 28 de septiembre de 1991, pasará a la historia del rock como el festival más grande de todos los tiempos. Pasará a la historia de Rusia como el día en el que en medio de todas las tensiones políticas, la capital se unió para disfrutar un poco del mejor metal sin importar de dónde viniera.

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