Lo que necesitas saber:
Madonna ofreció la primera de cinco presentaciones en el Palacio de los Deportes de la CDMX
Se sabe que Madonna es una de las últimas más grandes artistas pop que existen. Que sus shows son espectaculares y que podía llenar otras cinco fechas en el Palacio de los Deportes con su tour Celebration. Se sabe. Pero también es sabido que, desde hace un par de años, ya no pegan sus canciones como antes (al parecer, ya no es relevante), y que, a últimas fechas, le han llovido críticas injustas por su evidente uso del bisturí. Entonces, ¿celebrar qué?
Lo evidente. Cuarenta años de carrera. Muy pocos artistas pueden decir eso y como ella, nadie. Pero, más que eso, Madonna llegó a México –como a otros países– para celebrar que, contra todos los obstáculos, alcanzó la cima. Quizás muchos a la primera se hubieran quedado en el suelo: llegar en los 70 a una entonces no tan abierta ciudad de Nueva York, hacer de todo con la firme idea de ser cantante y, una vez siéndolo, echarse el tiro de ser ícono de revoluciones sociales, culturales y hasta ideológicas. Todo desde la música pop… Pero, quizás más que eso, llegó para celebrar que sigue con vida.
Madonna dio un show con mucho de y para la comunidad LGBT
La noche fue larga en el Palacio de los Deportes. Aunque desde horas antes había gente esperando a las afueras del inmueble, las puertas se abrieron hasta las 19:00 y, luego de un DJ y mucha música ochentera, Bob The Drag Queen fue quien se encargó de presentar a Madonna cuando eran poquito más de las 22:30 horas… y cuando el público, ya se estaba impacientando, tanto así que ya había empezado a hacer “la ola” para entretenerse en lo que se le ocurría salir a la Reina del Pop.
Seee, “la ola”: señal inequívoca de que en las gradas del Palacio había personas que crecieron a la par de la cantante, aunque también había muchos que nacieron cuando Madonna ya era toda una estrella (su primera gira internacional fue en 1985) o cuando ya era el referente cultural que es ahora (digamos que cuando “amadrinó” con sendos besos en la boca a Britney Spears y Cristina Aguilera… y de eso ya hace más de 20 años).
¿Lo más notorio al ver a Madonna en el escenario? Lo bella que se ve. Poco resaltan ya las acentuadas marcas de procedimientos para tratar de detener el paso del tiempo en el rostro, que la llegaron a hacer irreconocible y blanco de burlas.
¿Podría decirse que ha decidido aceptar el momento en que está? Quizás. Bueno, hasta sale a escena con rodillera ortopédica, reconociendo (o tal vez por obligación médica) que ya no está para ciertos trotes. Ya no baila como en otras ocasiones (y probablemente ya no lo volverá a hacer) y todo el despliegue físico se lo echa a sus varios bailarines que la acompañan.
“Frida Kahlo fue mi musa, mi animal espiritual. Me inspiró”
Y no hago mención del paso del tiempo por otra cosa, sino porque de eso trata el show que trae la cantante. Incluso, luego de abrir con la reflexiva ante el valemadrismo juvenil, “Nothing Really Matters”, y de prender a sus fans con “Into the Groove”, ella se enfrentó con el tiempo al dirigirse a su “yo” de hace 40 años (lo cual aprovechó para mencionar la influencia de Frida Kahlo)… así como también se dirigió a los que no lograron sobrevivir de la ola de muertes que provocó el VIH en los ochentas (esto mientras cantaba “Live to Tell”, con especial mención de Freddy Mercury… ¡y Klaus Nomi!).
El tiempo es muerte y ella así lo ve con los que fueron sus contemporáneos: gritos cuando en las enormes pantallas apareció Sinead O’Connor y cuando baila junto a Michael Jackson al ritmo de “Billie Jean” mezclada con “Like a Virgin”. Una de las partes más emotivas del show, pero también en la que más evidente es la soledad en la que está quedando Madonna como una de las últimas figuras del pop: ella bailando con una sombra.
Madonna recorrió 40 años de trayectoria con espectaculares performances
Musicalmente, pues es Madonna sacando lo mejor de un catálogo construido en cuatro décadas (y dejando fuera también a mucho de lo mejor). Según el setlist, fueron más de 25 canciones (mezcladas con muchas otras), en cerca de dos horas y media… una vertiginosa presentación en la que, para enfado de algunos (si se puede estar enfadado en un show de Madonna), se entregaron versiones breves de temas que muchos se hubieran querido de forma extendida: “Holiday”, “Hung Up”, “La Isla Bonita”, “Don’t Tell Me”, etcétera.
Sobraría decir que fue un concierto con una producción espectacular. Es Madonna y nada debería sorprender que el escenario y el pasillo que se alarga entre el público quedaron cortos para todo lo que sucede durante el show. Fuego, bailes, peleas de box, cadeneros de discotecas… una pasarela de modas (calificada por ella y Guillermo Rodríguez, el comparsa de Jimmy Kimmel), ella elevándose por las alturas entre juegos de láser y cantando “Ray of Light”… No debería, pero lo hace: sorprende y deja sin saber a donde dirigir la mirada, al grado que, al menos a “ras de cancha”, la protagonista se pierde.
Madonna celebró más que una trayectoria, una vida
Quizás es intencional. Madonna se mezcló con toda una obra, se mimetizó e hizo más que un concierto, un largo performance en el que ella se hace a un lado (si es que eso se puede ante los ojos de miles de fans que la idolatran), dejando al público disfrutar y paralizarse (poco espacio para el baile cuando se está tan impresionado con lo que se ve) con lo que ella ha construido durante los últimos 40 años, su arte.
El final remarcó que la obra queda y ella seguirá con su vida (seguramente haciendo música): Madonna bailó con todas sus “yo” que personificó a lo largo de su carrera. Como dicen que sucede cuando uno está a un paso de la muerte, viendo pasar la vida en fracción de segundos.
No es que ella esté diciendo que ya se va a morir (bueno, lo estuvo hace unos meses, cuando llegó hasta terapia intensiva), pero simbólicamente (quizás hasta de manera fellinesca), entre música y baile, repasó su trabajo profesional y, hecho eso, simplemente se cubrió el rostro y desapareció. Como diciendo: “ahí les dejó lo que hice, disfruten”… La de Madonna fue una celebración de la vida.
Setlist Madonna (20/04/24)
Nothing Really Matters
Everybody
Into the Groove
Burning Up
Open Your Heart
Holiday
The Storm
Live to Tell
The Ritual
Like a Prayer
Living for Love
Erotica
Justify My Love
Hung Up
Bad Girl
Ballroom
Vogue
Human Nature
Crazy for You
The Beast Within
Die Another Day
Don’t Tell Me
Mother and Father
Express Yourself
La Isla Bonita
Don’t Cry for Me Argentina
Madonna
Bedtime Story
Ray of Light
Take a Bow
Billie Jean / Like a Virgin
Bitch I’m Madonna
Celebration