En los dos días del regreso del icónico festival de la Ciudad de México nos encontramos de todo, conocimos nuevas áreas y recorrimos cada metro del Vive Latino para dar cuenta de lo ocurrido este fin de semana de puente. Aparte de las presentaciones, como siempre, hubieron cosas chidas y no tan chidas que notamos en esta edición del Vive, por lo que hacemos un recuento de lo acontecido en esta gran celebración para prepararnos para su siguiente edición.
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Lo que rifó del Vive Latino
El audio de cada escenario
No sabemos si fue lo mucho que extrañábamos al Vive Latino o la emoción de que la música en vivo esté regresando con fuerza, pero el audio de cada escenario nos sonó mejor aún que en otras ediciones, sin importar si el show era de rock, rap, electrónica o hasta banda. En ningún momento falló el audio en las presentaciones, y ese trabajo de la gente del staff del festival y el personal de las bandas se escuchó impecable en las decenas de actos que se presentaron este fin de semana en la CDMX.
Las voces sonaron nítidas, las distorsiones nos volaron la cabeza y sentíamos los bajos y beats retumbar en nuestros cuerpos, por lo que tampoco se perdió tiempo con algún ajuste técnico que se necesitara. Es raro que no tenga alguna falla el equipo de audio en dos días repletos de música, pero podemos decir que el trabajo del equipo técnico del festival fue de lo mejor que nos pasó, ya que honraron a los artistas con una excelente entrega sonora.
La seguridad reforzada en cada entrada del festival
Los eventos masivos en nuestro país se encuentran en un momento de tensión y es que lo ocurrido en Querétaro nos dejó frustrados con la actitud de la gente y la omisión de las autoridades. Para esta edición del Vive Latino, se notó mucha más presencia de policías y nos tocó ver cómo separaban a gente peleando, por lo que la seguridad actuó a tiempo en todo momento.
El festival, como de costumbre, finalizó sin mayor problema y todos pasamos un buen rato, desde niños hasta gente de la tercera edad, se disfrutó cada acto del festival y en gran medida fue por la presencia extraordinaria de seguridad que nunca está de más. Hasta las revisiones en la entrada fueron mucho más rigurosas y aunque nos costó unos minutos más, entramos al festival con la tranquilidad de que todos hicieron su chamba.
La app del VL 2022
Neta es destacable lo bien que el festival llevó la app, que era bastante amigable para su uso y, además, traía todo lo necesario para disfrutar a tope el VL. Al agregar a un artista como favorito, la aplicación te avisaba cuando se acercaba su presentación para que no se te fuera por nada su show, lo que nos ayudó para varios shows.
Con recordatorios sobre accesos, horarios, zonas de alimentos y recarga de agua, la app Vive Latino fue nuestra mejor aliada durante el festival, porque además, notificaba sobre actividades sorpresa, cuando se acercaba un acto inesperado en el Momentos Indio y hasta le ayudaba a los papás y mamás con notificaciones sobre áreas y actividades para niñas y niños, que en esta edición fueron bastantes. Hasta nos recordó tomar agüita, lo que nos sacó una sonrisa y nos hizo dirigirnos a la estación de agua más cercana.
La inclusión de más y más actividades alrededor de la música
Además de un line-up increíble, el Vive Latino se rifa y no se detiene con la inclusión de más actividades y talleres que nos encantan. Desde hace varias ediciones, la lucha libre, la carpa de autógrafos y el escenario de comedia nos han bienvenido, pero en esta ocasión, la Aldea Musical se volvió un santuario para los que adoramos la música. Conferencias de expertos, periodistas, managers y productores, llamaron a todos los interesados en incursionar en la escena musical, y nos parece una increíble idea de inclusión.
A un lado se encontraban master classes con profesionales del medio quienes compartieron todo lo que sabían y se debía hacer para incursionar en la industria. También nos dimos una vuelta por las tiendas de vinilos invitadas y aprovechamos para comprar algún vinil de las bandas que se presentaron en el Vive, lo que hizo del festival una experiencia redonda en la que hasta con música en formato físico conseguimos.
Lo que no rifó tanto
El regreso de los conatos de bronca
Como ya dijimos, los eventos masivos en nuestro país están un momento tenso tras lo ocurrido en el Corregidora y teníamos la ilusión de que la totalidad de la gente fuera en son de paz. Como dijo Residente en su presentación, alentando a que los desconocidos se abrazaran: “Ya hay mucha guerra en el mundo”, pero notamos unos pedillos por ahí en el público.
La neta, la seguridad en el Vive Latino se rifó y no pasó a más, pero sí hubieron algunos intercambios de palabras y momentos tensos en los que la gente de plano se lanzaba contra otros por diversas razones, entre ellas, lo natural del roce en un evento que alberga miles de asistentes.
Algunos accesos complicados en el primer día del festival
Como no todo puede ser perfecto, el primer día del festival faltó organización respecto de los sentidos de algunos accesos, por lo que nos tardábamos más en ingresar al Foro Sol. De esto se dieron cuenta en la organización, por lo que rápidamente colocaron elementos para que nos guiaran sobre los sentidos de los accesos. Incluso, el segundo día del festival la entrada fue bastante controlada por la organización, lo que nos ayudó a ubicarnos mejor y hacer mucho más fluido el traslado entre escenarios.
La cantidad de basura en algunos escenarios
A pesar de que se implementa el vaso reutilizable para la cerveza, notamos ya hacia la noche que algunos escenarios estaban tapizados de vasos plásticos, por lo que nos tropezamos más de una vez. Más allá del famosísimo vaso volador durante la euforia de alguna presentación, al parecer el público simplemente dejaba su vaso cuando se retiraba de algún escenario, lo que vuelve imposible para los encargados de la limpieza mantener libre de basura la parte de la audiencia.
Para muestra, una foto que tomamos cuando estaba por empezar Groove Armada, en el escenario principal la noche del domingo:
