Este próximo 1 de febrero, regresará al país el dúo Rhye, integrado por el canadiense Michael Milosh y el danés Robin Hannibal. Como parte de su gira, la dupla se presentará en el Frontón México y, si aún no sabes cómo estará todo, te dejamos lo información por ACÁ.
Aunque nos emociona mucho el regreso de este par, en su concierto habrá alguien que tal vez debas considerar escuchar pues trae una historia bastante buena y no suena para nada mal. Hablamos de Matthew Hemerlein a.k.a Lo-Fang, el muchachito de aquí abajo.
Pero ¿quién este (sensual) cantante?, ¿De dónde salió?, ¿Con qué se come? Aunque algunos seguramente ya lo conocen (“Ay, por favor, redacción de Sopitas.com, yo lo conocí antes de que fuera famoso”… sí, mira, igual queremos presentarlo. Gracias.), no está de más que repasemos las razones por las que no deberías perderte este pre-show de Rhye.
Para empezar, esta no es su primera vez en México. Para los seguidores de su música o para quienes tuvieron la fortuna de ver a Rhye en su primera visita al país, recordarán que Matthew también abrió al dueto de Los Ángeles en aquella ocasión. En ese momento, Lo-Fang era la nueva propuesta del sello británico 4AD (el mismo de Bon Iver, Twin Shadow, The National, entre otros).
Este músico nacido en Baltimore pero establecido en L.A, saltó a la fama con “#88” y “Boris”, este último un cover a la banda sueca “Boy”. En ambos singles, podemos escuchar una bien trabajada armonía entre chelos, violines y sus obvias bases electrónicas.
Poco tiempo transcurrido después de esta primera entrega, Lo-Fang nos enamoró con un delicado y elegante cover a una famosísima canción: “You’re The One That I want”. Sí, la canción interpretada por “Danny Zuko” y “Sandy Olson” en “Grease” y con la que participó en uno de los films de CHANEL.
Aunque esperamos escuchar esa seductora voz interpretando un hit de finales de los setentas, también es bueno que te tomes unos momentos para escuchar sus canciones originales como “When We’re Fire”. Si somos honestos, escucharlo nos provoca querer abrir una botella de vino y bailar a solas.
Si nada de esto fue suficiente para convencerte… ¡¿Qué estás pensando?!