Eric Clapton es uno de esos músicos que quizá no necesiten presentación, pues desde que saltó a la fama en los 60 nos ha entregado verdaderos clásicos del rock, ya sea formando parte de grupos como Cream y Blind Faith o en la enorme carrera solista que forjó con el paso de los años. Por si esto fuera poco también es uno de los mejores guitarristas de la historia –para muchos el primer héroe de la seis cuerdas–, básicamente es una leyenda.
Pero detrás de él hay una canción que es inevitable sacar a tema para recordar un momento en específico de su vida (y no, no hablamos de “Tears In Heaven” aunque también sea una gran rola y hable del que probablemente sea el momento más triste de su existir). Hablamos de “Layla”, aquella canción que llegó para darle un nuevo aire a su carrera y además el amor de una mujer que para él era imposible por distintas razones.
Para mediados de los 60, Clapton se había convertido en el mejor amigo de George Harrison, quien estaba conquistando el mundo junto a The Beatles. La amistad entre ambos era tan grande que era muy común ver al Slowhand pasando rato junto al Beatle y su esposa, la actriz Pattie Boyd –a quien conoció en 1964 en la grabación de la película A Hard Day’s Night y con quien se casaría dos años más tarde–.
Además de ser cuates, en 1968 comenzaron a colaborar cuando George lo llamó para tocar el solo en su rola “While My Guitar Gently Weeps” del White Album, convirtiendo a Eric en el primer músico invitado dentro de la discografía de los Fab Four, aunque no apareció en los créditos del disco. Después de que se separara la banda de rock más famosa de todos los tiempos, Clapton invitó a su amigo a tocar bajo el apodo de L’Angelo Misterioso en la canción de Cream, “Badge”.
Aunque todo era camaradería y participaciones musicales muy fructíferas, Eric Clapton tenía un enorme debate mental, pues sin quererlo (al menos es lo que sabemos) se empezó a enamorar en secreto de Pattie Boyd. En medio de todo esto, el guitarrista y vocalista se dio cuenta de que estaba harto de tocar con bandas, así que decidió abandonar Cream y el súper grupo Blind Faith para emprender su carrera en solitario junto a su leal guitarra, la Fender Stratocaster y un grupo de músicos a los cuales llamó Derek and the Dominos.
Fue justo en ese momento en el que conoció a otra persona que inspiró indirectamente “Layla”, el dramaturgo y actor, Ian Dallas. Por esos años Dallas estaba transformándose al islamismo, así que le presentó a Clapton un curioso cuento típico de esa cultura llamado La historia de Layla y Majnun, el cual trata sobre una princesa obligada por su padre a casarse con una persona distinta al joven que estaba locamente enamorado de ella, consiguiendo que el enamorado se vuelva loco.
La historia quedaba como anillo al dedo para la situación de Clapton, así que basándose un poco en el cuento y plasmando los sentimientos que tenía hacia la esposa de su mejor amigo, comenzó a componerla. Mientras grababa el disco que incluye esta canción, Eric y Pattie comenzaron a verse a escondidas y el guitarrista esperaba que con esa canción pudiera conquistarla y hacer que abandonara a George Harrison.
En su libro Wonderful Tonight: George Harrison, Eric Clapton, and Me, Pattie Boyd recordó que Clapton le había pedido que fuera hasta su casa porque necesitaba urgentemente que escuchara algo. Prendió su radiocasete, le dió play y de inmediato comenzó a sonar “Layla”. Según Boyd, ha sido la canción más potente y sincera que ha escuchado en toda su vida, aunque también pensó que todo el mundo se daría cuenta de que se trataba de ella, pues para esas alturas era evidente que ambos salían.
A nivel musical esta canción es toda una proeza, pues no cualquiera puede tocarla. La gran mayoría de la rola se centra en el riff principal que suena al inicio y el cual es tocado por Clapton, aunque a la hora de entrar al verso la tonalidad cambia por completo, convirtiéndola en algo sumamente difícil de seguir.
Alguna vez el propio Eric dijo que para tocarla en vivo necesitaba tener a grandes músicos respaldándolo, pues los cambios tan complejos que tiene requieren a verdaderos cracks para que sonara decentemente. Hablando de la letra, desde que escuchamos la voz de Clapton se puede sentir la intención detrás de la canción, un verdadero grito desgarrador de amor desesperado para una persona a la cual quiere y desea pero de plano no le hace caso. Quien no haya estado en esa situación que tire la primera piedra.
Después de todo esto, Eric Clapton y Derek and the Dominos publicaron “Layla” en 1971 y de inmediato se convirtió en un éxito. Pero más allá de ser una rola que le daría popularidad a él y a su nuevo grupo, el guitarrista consiguió lo impensable: enamorar a Pattie Boyd con su rola. A principios de 1977, Boyd se divorció de Harrison y dos años más tarde se casaría con Clapton.
Aún con todo este enorme triángulo amoroso, George y Eric siguieron siendo amigos hasta que el Beatle silencioso murió en 2001. Harrison nunca mostró rencor por ambos, pues fue a la boda de Clapton y Boyd y tocó para ellos junto a Paul McCartney y Ringo Starr. Esos sí deben ser amigos. Mientras estuvieron casados, Clapton le compuso otro rolón de su discografía “Wonderful Tonight”, aunque este matrimonio no duraría para toda la vida.
Tras una década oficialmente juntos, Pattie y Eric se divorciaron en 1989 y las cosas no acabaron bien entre ellos (pero ese es otro chisme que después les contaremos). Tres años más tarde, “Layla” volvió a tener una nueva vida cuando el músico grabó el famosísimo MTV Unplugged. Al ser un formato acústico, Clapton no podía echar mano de su Stratocaster negra y tocar el riff rockero, así que decidió llevarla hacia otro terreno que también le encantaba, el blues.
Echando mano de sus habilidades como guitarrista y acompañado de apenas una batería tocada con escobillas, algunos coros y un piano, Eric Clapton logró llevarla a toda una nueva generación que se enamoró de esta canción que ahora sonaba como a una balada con muchísimo feeling. Si no nos creen, escúchenla a continuación:
Alrededor de “Layla” siempre habrá controversia, habrá quien piense que estuvo muy gandalla lo que le hizo el Slowhand a Harrison a pesar de que nunca hubo problemas entre ambos. Sea como sea no podemos negar una cosa, si Eric Clapton no se hubiera aventado a componerle esta canción a la esposa de su mejor amigo, quizá no hubiéramos tenido una de las mejores canciones de amor prohibido de toda la historia de la música.