Reseña y Fotos: SAVAGES

Miércoles, 9 de abril
José Cuervo Salón
México, DF

EL CONCIERTO:

Seis meses después de su presentación en la edición pasada del Corona Capital, las Savages regresaron a México para ser el acto estelar en la fiesta de aniversario de Ibero 90.9. Hace un año, esta banda de Londres nos dejó boquiabiertos con su debut, Silence Yourself, el cual fue muestra de que el post-punk todavía tiene cosas fascinantes que contar. Esta noche, Jehnny anunció que su concierto en México sería el último show de toda la gira, así que seguro le echaron extra ganas. De izquierda a derecha en el escenario: Gemma Thompson en la guitarra, Jehnny Beth en los vocales, Fay Milton en la batería y Ayse Hassan en el bajo.

SETLIST:

1. I Am Here
2. Flying to Berlin
3. Shut Up
4. I Need Something New
5. Strife
6. Waiting for a Sign
7. She Will
8. City’s Full
9. No Face
10. Husbands
11. Hit Me
12. Fuckers

OPINIÓN:

Cada vez que una banda con un sólo disco en su trayectoria tiene un concierto en solitario, es común que el asistente salga con un hueco de satisfacción porque a duras penas tiene suficiente material digno para ocupar una hora. El caso de Savages es una excepción porque la banda muestra suficiente experiencia en el escenario para entretener a su público hasta con las rolas menos conocidas. Lo mismo podría decir de Lorde, otro acto que lanzó su debut hace un año y que por mera coincidencia ofrecía un concierto en otro punto del DF, pero ya en retrospectiva, ese detalle no viene mucho al caso. Las Savages dieron un concierto tan magnífico que todo lo demás parece trivial. El hecho de que se les notara *un poquito* de cansancio (casi imperceptible) después de una gira mundial aparentemente interminable es prueba del profesionalismo de este grupo que se entrega por completo. Claro, tuvieron el apoyo de un público que siempre mostró su aprecio durante cada tema (aunque me dicen que la reacción de la audiencia no estuvo a la par de la del CC13).

El setlist prácticamente siguió el orden del tracklist de Silence Yourself aunque también incorporaba algunas canciones del primer EP mas un nuevo tema, “Fuckers”, con el que alargaron su despedida antes de cerrar. Pero repasemos el concierto desde el principio. La banda de negro arrancó el concierto con “I Am Here”. Aunque no se trata de la primera pista en el disco, en un concierto tiene sentido que abran con esa canción en particular como indicación a todos los distraídos que sólo vienen a platicar que el artista ya tiene sus pies sobre el escenario y exige la atención de todos los presentes. Y vamos, nadie en su sano juicio podría mirar hacia otro lado con tanta belleza delante de nuestros ojos. Hasta la fotógrafa estaba guapa, hazme el favor. Por cierto, desde el lugar donde yo estaba parado, no se podía ver si la cantante estaba usando LOS TACONES ROSAS DE SUBURBIA, así que voy a tener que esperar a las fotos.

Con la primera rola pude apreciar el rol de la baterista como el motor de las Savages. En “I Am Here”, Fay Milton le pegaba a los tambores como si estuviera convocando a un ejército a la guerra. En “Flying to Berlin”, Gemma Thompson mostró su precisión al trazar figuras geométricas con sus dedos sobre las cuerdas. También es de notar su talento Gilmouresco para generar feedback en el momento adecuado. Es evidente que ésta es una banda que ha ensayado y tocado en vivo HASTA LA MUERTE. No me parece que tanta destreza sea algo bueno para una banda que en su esencia es punk, pero ya ven, los ingleses están tan obsesionados con pulir su sonido hasta que rechinan de blanco. No me había fijado tanto en Ayse Hassan hasta que se convirtió en un torbellino con “She Will” y luego en “Husbands”. El bajo siempre es el ingrediente clave en el sonido que distingue al post-punk de sus géneros hermanos, y Hassan cumple bien su chamba.

Entre lo mejor de la noche fue la sorpresa de “Waiting For a Sign”, un tema que por su larga duración la banda no estaba tocando en sus recientes escalas en Sudamérica (¡Jaja!) pero que aquí nos dieron la gracia de escuchar en vivo. Al poner esta lenta rola a mitad del set, le da un respiro a su público en lo que Gemma expone su cátedra en RUIDO y para que unos minutos después la gente pueda salir de su trance con la intensidad de “She Will”. Eso sí, el público nunca llegó al grado del slam porque, vamos, estas canciones no se prestan para el mosh pit. Son rolas darketas que, a lo mucho, te dan ganas de ponerte a bailar así. Pero nada más loco que eso. Aunque pensándolo bien esos pasos ya están bastante locos.

Cabe hacer una nota más. El manifiesto de silencio con el que la banda le ruega a todos sus fans que apaguen sus celulares antes del show no es mera advertencia. Como suele pasar con las rolas más conocidas, la mayoría de la gente en el Cuervo Salón sacaron sus smartphones casi por impulso al escuchar la línea del bajo que tanto distingue a “Husbands”. Al acercarse al público, la vocalista les dijo que no saldría del primer verso hasta que todas las personas guardaran sus teléfonos. Jehnny tuvo que repetirse como cinco veces para que todos obedecieran, aunque hubo resistencia de aquellos que quizás no hablaban inglés o quizás sus celulares ya estaban entretejidos a las yemas de los dedos como un tipo de cyborg. El caso es que después de un rato LO LOGRÓ, por primera vez en una eternidad pude ver en alto los brazos desnudos de la gente disfrutando el show, aunque la hermosa vista no duró más que un par de minutos cuando volvió a verse el reflejo de los celulares que querían grabar la presentación, sólo Dios sabrá para qué.

Muchos pensarán que las políticas anti-celulares de esta y otras bandas en sus conciertos es debido a alguna causa ideológica en contra de las corporaciones globales o en contra de la tecnología que tanto consume nuestras vidas… pero nada de eso. Es simplemente para que el asistente pueda sumergirse en la experiencia del concierto. Cuando un artista sube al escenario, su principal objetivo es el de transmitir una emoción a través de la música, pero es algo difícil cumplir esa meta cuando en el camino se entromete -literalmente- un aparato que está grabando la presentación. El público no va a un concierto a trabajar. Deja que los profesionales se encarguen de eso. Este concierto fue gratuito, pero si vas a pagar 500 varos por un evento, más vale que le saques el mayor provecho y lo disfrutes al máximo.

DURACIÓN: 1 hora y 15 minutos
FOTOS: Daniela Ruiz
RESEÑA: Mr. Jehnny Beth @ShyTurista
LA FIESTA: Al parecer había más cosas después de Savages pero ya no estoy para desveladas entre semana. Los que pueden, seguro siguen ahí al momento de publicar esta nota. Bien por ellos.

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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