Un 18 de junio pero 1942 nació Paul McCartney, uno de los artistas más legendarios de la historia. Desde que comenzó su carrera con The Beatles, logró conquistar el mundo, gracias a un montón de canciones que desde aquellos años consideramos clásicos e intocables, innovando con cada álbum que sacaban hasta convertirse en íconos sin los cuales no podríamos comprender la música que escuchamos hoy en día.
Lamentablemente y como dicen por ahí, lo bueno no dura para siempre y después de representar por completo la década de los 60, la Beatlemanía terminó. Sin embargo, Sir Paul tenía por ahí guardadas una buena lista de rolas que por alguna u otra razón fueron descartadas para salir en algún disco de la banda de Liverpool, e iniciando con todas ellas una gran carrera en solitario.
La vida de Paul McCartney después de The Beatles
Junto a su esposa y compañera, Linda, armó a principios de los 70 una banda, a la cual nombraron Wings, que empujados por el ingenio musical que Paul McCartney tiene, rápidamente ganaron fama –y uno que otro problema con la ley–. Para finalizar aquella década, McCa decidió terminar el grupo y ahora sí, agarrar su propio camino que continua hasta nuestros días.
Ya sea estrenando discos y dando shows impresionantes de casi tres horas de duración (como aquel épico concierto que se aventó en el Zócalo de la Ciudad de México ante casi más de 200 mil personas), algo que muy pocos artistas hacen y sobre todo a su edad, McCartney sigue sorprendiéndonos y lo valoramos como una verdadera leyenda en toda la extensión de la palabra.
Sabemos que es complicado, pero hemos decidido armar una lista con las 10 mejores rolas que Sir Paul ha compuesto a lo largo de los años. Antes de que peguen el grito en el cielo, tomaremos únicamente en cuenta las canciones que este legendario músico ha estrenado como solista o junto a Wings, dejando de lado las canciones que compuso junto a John, George y Ringo (aunque más tarde podríamos animarnos a sacar un top con esas rolas)
“Maybe I’m Amazed”
En 1970 y después de cerrar por completo el capítulo de su vida llamado The Beatles, Paul decidió continuar como solista, lanzando el disco simplemente titulado McCartney –donde tocó cada uno de los instrumentos–. En aquel álbum venían grandes rolas como “Every Night” o “That Would Be Something”, sin embargo, “Maybe I’m Amazed” fue la canción que más sobresalió.
Como en muchas otras canciones de su discografía (y unas otras que veremos en esta lista), Sir Paul siempre le dedicaba muchas de ellas a su esposa, Linda. A través de una balada muy a su estilo, McCartney le da las gracias por acompañarlo en todo ese tortuoso camino, demostrándole siempre el amor que siente por él.
“Uncle Albert/Admiral Halsey”
Así como hizo con The Beatles en rolas como “A Day In The Life” o el medley de Abbey Road, Paul McCartney recurrió a lo largo de los años a juntar fragmentos de canciones para crear una sola, y el ejemplo perfecto de esto es “Uncle Albert/Admiarl Halsey”. Para 1971, el músico estrenó su segundo disco, RAM, y experimentando como en los viejos tiempo es que nació esta rola, una de las más experimentales en su carrera como solista.
McCartney se inspiró en su propio tío, Albert Kendall para componer esta canción como un recuerdo nostálgico, algo que siempre lo ha caracterizado. A lo largo de la rola –la cual está llena de cambios–, se pueden escuchar diferentes efectos de sonido como el de una tormenta, la lluvia, algunas gaviotas y hasta un teléfono, además tanto su voz como la de Linda suenan como si fueran una caricatura. Incluso hasta John Lennon alguna vez admitió que le gustaba y mucho.
“My Love”
Otra de esas baladas románticas y espectaculares que solamente Paul McCartney puede componer. “My Love” apareció en Red Rose Speedway, el segundo álbum de estudio que el músico grabó junto a Wings en 1973. Como otra de las grandiosas ideas que a Sir Paul se le ocurrían en el estudio, tomó la decisión de grabar esta canción en tiempo real y con una orquesta de 50 músicos en vivo.
Al guitarrista de Wings, Henry McCullough no le quedó de otra mas que improvisar el solo que aparece en esta rola. A pesar de que salió en el momento, a McCartney le encantó el resultado final, dejándolo por completo en la versión de estudio.
“Live and Let Die”
Las canciones que aparecen en las películas de James Bond siempre fueron grandiosas, pero Paul McCartney puso la vara demasiado alta cuando estrenó “Live And Let Die” para la cinta del mismo nombre. El músico junto a su esposa Linda compuso esta rola, aunque en la grabación participó un viejo conocido, el gran George Martin –el productor de casi toda la discografía de los Fab Four y a quien muchos consideran el quinto Beatle–.
Martin escribió el arreglo orquestal y dirigió a los músicos en las sesiones de grabación. Al final, “Live and Let Die” fue todo un éxito y muchos recuerdan a la película por la canción, la cual es una de las más épicas en la discografía de Sir Paul y que en vivo vuelve locos a todos los fans, ¿a poco no?
“Band On The Run”
A finales de 1973 y después de lanzar Red Rose Speedway ese mismo año, para sorpresa de muchos Paul McCartney estrenó uno de los mejores discos de su carrera, Band On The Run. Todo el disco está repleto de grandes hitazos, pero el principal fue el tema que le da nombre al álbum, que incluso le valió un Grammy.
Grabada tres secciones distintas, como si se tratara otra vez de un medley armado a partir de fragmentos de canciones, en esta rola Sir Paul nos cuenta la historia de una banda ficticia que huye de la policía, aunque bajita la mano se inspiró en los hechos reales de Wings, pues durante todo ese tiempo tanto él, como Linda y los demás miembros del grupo fueron arrestados en múltiples ocasiones por fumar marihuana. Andar de loquillo dio como resultado un tema espectacular y un clásico instantáneo.
“Nineteen Hundred and Eighty Five”
Otro tema del Band On The Run y el que cierra este grandioso disco. Paul siempre nos ha demostrado que es un maestro cuando se sienta en el piano, pero el riff que compuso para “Nineteen Hundred and Eighty Five” no tiene comparación, incluso antes de ponerle un nombre formal la llamada “Piano Thing”.
Durante meses, McCartney estuvo bloqueado, pues solamente tenía una línea escrita. Pero después de todo y conociendo la capacidad que tiene, logró crear una canción que nos lleva por diferentes ritmos y emociones, como si se tratara de una montaña rusa musical. El final es simplemente magnífico e imponente, con una orquesta completa y el resto de la banda tocando junto a él.
“Mull Of Kintyre”
Si algo nos ha quedado claro es que Paul McCartney tiene la capacidad de llevarnos a un montón de lugares con sus canciones, y “Mull Of Kintyre” es sinónimo de esto. Escrita en honor a la península de Kintyre en Escocia, la cual según el músico le transmitía una sensación de paz única, Sir Paul nos trae una canción completamente folk que sin duda a cualquiera lo relaja al escucharla.
Si ya era especial escucharlo cantar solamente con una guitarra acústica, la voz de Linda y acompañado de su compañero de Wings, Denny Laine, lo que hace única a esta canción es sin duda el enorme grupo de gaitas escocesas que entra justo a la mitad de la rola, que gracias a este sonido, McCartney logra transportarnos hasta esa parte del mundo aunque nunca hayamos tenido el placer de visitarla.
“Listen to What the Man Said”
Para 1975, McCartney junto a Wings estrenaron el álbum Venus and Mars, un disco que grabaron con una alineación renovada. Y como parte de esa frescura que querían reflejar con la música, le presentaron al mundo “Listen to What the Man Said”, una canción a la cual Paul le tenía mucha fe, pues era uno de sus primeros intentos de demostrar que podía adaptarse a géneros musicales que en aquel momento se consideraban más modernos.
Tanto el músico como la banda no estaban tan satisfechos con el resultado final, y fue hasta que el saxofonista Tom Scott le metió un solo espectacular que McCartney se convenció de que sería un hitazo. En “Listen to What the Man Said”, Paul nos trae una canción de amor un tanto optimista, aunque también deja muy claro que este nos puede cegar y causar sufrimiento, pero que al final del día lo más importante es creer en el amor.
“Silly Love Songs”
La historia de esta canción es sumamente interesante. Resulta que por 1975, John Lennon –con ese sentido del humor tan negro y directo que tenía–, dijo que Paul McCartney solo componía tontas canciones de amor, pero en lugar de arderse y contestar como muchos usualmente harían, el músico decidió tomar esto como inspiración y contraatacar a su manera con la rola más pegajosa de su carrera como solista.
Acá McCartney no se complicó la vida en intentar escribir una letra que le valiera un Nobel de Literatura, simplemente se dejó llevar y puso las palabras correctas. Quizá lo más importante de este tema es que fue el primero con el que Sir Paul incursionó en la música disco, metiéndole una línea de bajo que se te queda en la cabeza y sobre todo, motivar a que otros músicos que crecieron junto a ellos como los Rolling Stones o Rod Stewart hicieran lo mismo en el futuro.
“No More Lonely Nights”
A principios de los 80, Paul McCartney pasaba por una época extraña, pues Wings había desaparecido. En ese tiempo se le metió una idea en la cabeza, regresar a la pantalla grande con una película muy similar a las que había hecho con The Beatles, y el resultado fue Give My Regards to Broad Street, de la cual por supuesto que compuso la banda sonora.
La cinta no fue tan exitosa como esperaba, pues fue un fracaso en taquilla y le valió unos cuantos milloncitos de pérdida al músico, sin embargo, la canción original que compuso fue de lo poco que pudo rescatar. “No More Lonely Nights” es una power ballad ochentera que sin duda te hace querer subirle a todo el volumen, pero lo más espectacular de esta rola es que en medio de todo aparece un grandioso solo de guitarra del mismísimo David Gilmour.