A finales de la década de los 70, la música sufrió una gran transformación con la llegada en masa de un nuevo formato, que revolucionaría no sólo la forma en que la música era grabada y vendida, sino también la manera en la que la gente la escuchaba. Nos referimos al cassette.
Si bien el formato ya había entrado al mercado desde mediados de los años 60, no fue hasta la década de los 80 en la que el cassette se convirtió en el rey del consumo musical, y esto gracias al Walkman, un aparato portátil que permitía a la gente llevar su música consigo y reproducirla mientras andaba por las calles, lo que convirtió a los Walkman en un icono de los años ochenta.
De hecho, Walkman es una marca de la empresa japonesa Sony, quienes los lanzaron al mercado un 1 de julio de 1979, pero no fue sino hasta el año siguiente con su introducción a los Estados Unidos y el Reino Unido, que los Walkman se convirtieron en el objeto de deseo de todos los jóvenes, quienes tenían la posibilidad de llevar su música a todas partes. Además, gracias a la facilidad de grabar sus canciones en los cassettes, este aparato era el ideal para compartir música también.
Desafortunadamente su reinado duró sólo diez años, debido a que al inicio de la década de los 90 y con la llegada de los discos compactos, el Walkman pasó de reproducir cassettes a hacerlo con cd’s, aunque básicamente funcionaban bajo el mismo concepto y fueron igual de famosos y exitosos. Sin embargo la tecnología continuó haciendo de las suyas y después llegaron los formatos digitales, como el iPod y los smartphones, que te permiten grabar todas tus canciones en un sólo dispositivo, sin tener que cargar cassettes o cd’s y con una capacidad de almacenamiento infinitamente superior.
Probablemente a muchos de ustedes no les tocó tener que cambiar el lado de su cassette mientras lo escuchaban en sus Walkman, o que se acabara rapidísimo las pilas justo a la mitad de su canción favorita y tuvieran que salir corriendo a comprar unas nuevas. Sin embargo, la relevancia recae en el hecho de que fue el primer aparato que podías llevarte contigo exclusivamente para escuchar música o el radio, lo que revolucionó la manera de escucharla, porque ya no había necesidad de hacerlo en pesados aparatos que no se podían sacar de casa.
