El 30 de abril–además de ser el día del niño– será recordado por muchos como un día triste, un día lluvioso y gris, pues el gran cantautor mexicano Óscar Chávez murió a los 85 años después de ser hospitalizado la noche del 29 de abril en el Hospital 20 de noviembre por algunos síntomas relacionados con el coronavirus, llevándose con él toda una etapa de la música en nuestro país.
Conocido como el ‘Caifán mayor’, Chávez fue todo un ícono en la música y el cine en México, inspirando sin quererlo a un montón de generaciones con sus canciones y apariciones dentro del séptimo arte. De inmediato muchos músicos y figuras públicas se pronunciaron ante esto, sin embargo muy pocos dimensionan el tamaño de una pérdida tan grande como la de este verdadero artista.
Óscar nació el 20 de marzo de 1935 en la colonia Portales de la Ciudad de México, pero pasó gran parte de su vida viviendo entre las calles de la colonia Santa María La Ribera al norte de la ciudad. Desde muy chico supo que su vocación estaba en el arte, así que decidió estudiar en la Escuela Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y hasta entró en la Universidad Nacional Autónoma de México, lugares donde se formó y forjó sus ideales.
La música siempre lo acompañó y muchas ocasiones coqueteó con él, pero no sería hasta los 60 cuando comenzaría a tomarla en serio. En 1963 sale su primer disco, Herencia Lírica Mexicana Vol. 1, con el que empezó a hacerse de un nombre y de un estilo, adoptando la canción romántica con carga política y con toques de sátira, llevándolo a las nuevas generaciones como una nueva forma de contar lo que pasaba en la sociedad, una especie de Chava Flores moderno.
Pero la vida le cambiaría por completo tres años más tarde. En 1966 fue invitado a participar en la película Los Caifanes de Juan Ibáñez, donde interpretó a El Estilos – y bautizado más tarde como El Caifán Mayor–. Gracias a esta cinta, recibió los premios más grandes que cualquier en nuestro país sueña con ganar algún día, el Ariel y la Diosa de Plata.
Sin saberlo, rápidamente esta cinta se convirtió en un clásico de culto y más tarde adoptaría el apodo de su icónico personaje. Además del cine también participó en algunas obras de teatro como Un hogar sólido o Ventura Allende de Elena Garro y Coloquio Nocturno de Durremat y grabó programas de radio-teatro para Radio UNAM, recitando poemas de Sor Juan Inés de la Cruz y Amado Nervo.
Hablando en particular de la música, sus composiciones como decíamos antes, se inspiraban un tanto en el romanticismo, en lo cotidiano de la vida y los sentimientos que tenemos al caminar por este planeta. Sin embargo es mejor conocido por sus canciones de protesta, con las que por años se quejó del gobierno en turno y de las ideas de derecha, lo cual quedó muy claro en temas como “La Casita”, donde mostraba la gran desigualdad que existe en México.
Gracias a este peculiar estilo que tenía, así como a los casi 50 discos que grabó en toda su carrera, logró ganarse un espacio en el corazón del público mexicano. Óscar Chávez siempre estuvo acompañado del trío Los Morales, pero con el pasar de los años logró trabajar con grandes músicos contemporáneos como Chamín Correa, los hermanos Rincón, Guillermo Velázquez, los hermanos Rincón, Tehua y muchos más.
A lo largo de su extensa carrera logró pisar los escenarios más grandes que se le pudieron abrir, como el Festival de la OTI, el Palacio de Bellas Artes, el Polyforum Siqueiros y algunos más de todo el mundo como el Festival de Varadero y en el Palacio de Bellas Artes de Cuba, en la Plaza Colón de Madrid, España y muchos más, donde logró conquistar al público.
Apenas el año pasado tocó en el festival Vive Latino, donde además de acompañar a Caifanes (quienes se inspiraron en su película para nombrar así a la banda) dio una de las presentaciones más memorables de toda la jornada musical, con miles de personas de todas las generaciones rindiéndose ante él.
La importancia de Óscar Chávez en la cultura mexicana es tan importante, que en julio de 2019 fue reconocido por la Secretaria de Cultura de la Ciudad de México como Patrimonio Cultural Vivo de la ciudad. Por el enorme trabajo que hizo al componer tantas canciones que se volvieron clásicos de nuestro país.
Quizá se haya ido de manera física, pero seguirá vivo a través de sus canciones, de aquellas películas donde nos engalanó con sus actuaciones y sobre todo con su actitud ante la vida, haciéndonos ver que en este mundo existe el amor pero también las injusticias y debemos aprender a vivir con ambas mientras no se haga un cambio verdadero. Por él aprendimos esto y mucha cosas más…