Texto: Almendra Hernández
Fotos: Abraham Huitrón
El puente sí le pegó al show de Kurt Vile. Se ve aún muy solitario, es un día frío, “además no es tan conocido” – alguien menciona entre los que llegaron temprano .¿Con The War On Drugs, su antigua banda de Phily pasaría igual? La deuda (Kurt Vile en vivo) que se formó desde el Corona Capital 2013, hoy va a ser saldada en El Plaza Condesa.
“Me da un boleto por favor”, “son $450” – ah caray… con ganas de preguntar que de a cómo sale el boleto en reventa. La mercancía patito está bastante buena, playeras grises de mangas tres cuartos color negro. Lo mismo pero en rojo y blanco ¿Será una buena señal?
8:15 en punto. Cuatro músicos sobre el escenario y un greñudo al frente, alumbrado con look de Jesús grunge. Su cabello chino hasta los hombros. Cuanto toca y agacha la cabeza, toda la melena rizada de Kurt Vile le cubre la cara. “Dust Bunnies” para comenzar.
“I Love You”
Su voz extremadamente nasal con acento del pantano, su banjo. Este es uno de los pocos músicos que sigue encargándose de enaltecer el clásico sonido de la música tradicional sureña estadounidense; de seguir haciendo folk y reinventar la escuela de Bob Dylan. La gente de México lo sigue y está aquí a pesar de ser tan tradicionalmente gringo- sin ser excluyente. Sin ser intolerante.
“I’m an Outlaw” – “Gracias, how are you doing? Is great to be here.” – empieza “That’s life, tho”. Kurt Vile toma su guitarra acústica. Una balada, una melodía nostálgica cuyas palabras se resbalan entre cada nota. Habla mientras toca esas cuerdas, mientras su banda hace cada tempo, “Hate to point out the painfully obvious, that’s life, tho. So sad, so true”.
“To cheer up a little bit, this is called ‘Gold Tone'” – la canción más coreada hasta el momento. Kurt Vile ama lo que hace. Sus músicos disfrutan acompañarlo, cambiar de pedal, agregar y quitar ganancia. “This next song is about my friend Alex”, sin ser un trovador de calles, Vile tiene el talento de hablarnos de lo que vive y ve sin ser repetitivo. “This next song is called ‘Wakin on a Pretty Daze’, is a true story” – sin duda el primer gran hit. Y hace solos con su guitarra acústica con su gran agilidad de tomar la madera.
Se echa un traguito de chela y se desprende de su abrigo caqui. Los músicos se van, una luz roja acompaña a Kurt Vile y a sus arpegios. La gente aplaude su extra habilidad con la guitarra, “But don’t stand by my side, stand inside”. Las luces son rosas, y amarillas: esta sin duda es la parte más cursi linda del show, ideal para verse acompañado. Sería mejor si no estuvieran hablando todos. ¿Cuántos de ellos no se habrán quejado en Facebook de la gente que habla en los conciertos? “But he was sporting all my clothes, I gotta say I’m pretty pimpin”.
“Echale mi Kurt” grita alguien por ahí – “qué haces güey”, le responde su compañía. “This song is about freaks”, Kurt Vile también tiene sintetizadores en su repertorio. De un hombre solo con su guitarra, a toda una orquesta con saxofón. Tiene ese don: pasar de ser Real Estate a Spiritualized en una canción, de folk a space rock y que 5 músicos parezcan 100. Kurt Vile es un joven de skinny jeans muy delgado que toca en el pórtico de una rústica casa de campo, con una varilla de trigo en la boca. Le canta al amor de su vida “turning on the couch, close that cute mouth and kiss me”.
¡Llévelo, llévelo! ¡Es la taza la playera!
Setlist
Dust Bunnies
I’m an Outlaw
Jesus Fever
That’s Life, Tho (Almost Hate To Say)
Gold Tone
Girl Called Alex
Wakin on a Pretty Daze
Stand Inside
He’s alright
Pretty Pimpin
Puppet to the Man
KV Crimes
Freak Train
ENCORE
Wild Imagination
Downbound Train (Bruce Springsteen cover)
Baby’s Arms
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