El cuarto y nuevo disco de Archy Marshall –mejor conocido como King Krule– profundiza en sentimientos que ya le habíamos escuchado, dejando descansar para esta entrega la intensidad y aceleración que le conocimos en algunos momentos brillantes de sus tres antecesores.
Con Dilip Harris (Puma Blue, Sons of Kemet) en la producción, King Krule trae en Space Heavy un relato íntimo y mucho más tranquilo que lo que le escuchamos en Man Alive! (2020). Con varios cuestionamientos existenciales, Archy conecta de nuevo con su audiencia en un nivel admirable, algo que ha sido una constante en este proyecto.
King Krule deja descansar la aceleración en ‘Space Heavy’
Recordemos que hace diez años, King Krule lanzó el excepcional 6 Feet Beneath The Moon, que nos hizo voltear a verlo, con canciones intensas y conmovedoras como “Easy Easy” y “A Lizard State”, aunque también dejó ver un lado más relajado y no menos sensible.
El equilibrio que King Krule lograba era de lo más emocionante en su discografía, con matices tétricos e historias sobre la vida diaria. Ahora, casi a sus treinta y al ser papá, Archy deja descansar los gritos iracundos de denuncia, las distorsiones y las disonancias de su guitarra o el saxofón para hacer su disco más tranquilo a la fecha.
Esto deja ver a King Krule como un humano que cuenta no solo con sus letras, sino con su música, cómo es que percibe su realidad. Las rolas no dejan de expresar dudas y ansiedad por el presente y futuro, nada más que ahora lo hace entre secciones de cuerdas, incluso escuchamos en una de las canciones más tranquilas del disco, una balada a su hija “Seaforth”: “Refleja el mundo que se desmorona”. Un contraste fantástico.
Quizá el ejemplo más claro de lo mucho que le bajó Archy a sus revoluciones es “That Is My Life, That Is Yours”, con un relato nocturno sobre buscar a alguien, pero reconocer básicamente, que “cada quién su vida”. En una canción con un ritmo lentísimo, notamos también que King Krule oscila entre estar despierto y soñando, con texturas que parecen sacadas de un sueño.
Aunque King Krule incluyó algunas excepciones distorsionadas
Quizás “Pink Shell” es la excepción en este disco, sin que destaque por ser demasiado intensa, sí sube un poquito el tempo y tiene la estructura de una canción de rock. La voz de King Krule regresa al grito y vocalizaciones extrañas, como risas.
Tenemos también “Hamburgerphobia” como una canción no tan lenta, con más letra que la mayoría del disco, que se concentra en puentes largos y secciones instrumentales. Estas dos rolas son momentos donde King Krule le da poco de dinámica a las trece restantes, que mantienen el mismo tono en los casi cuarenta y cinco minutos de duración.
King Krule hizo una selección de sonidos inusual y consolidada
En este disco tenemos presentes muchos elementos de King Krule que nos encantan. Escuchamos cuerdas, sintetizadores, guitarra, saxofón, y voces que dialogan, pero en un formato muy relajado para lo que le conocíamos a Archy. Hay bastante presencia de secciones de cuerdas, lo que es algo nuevo para este proyecto, y va a la perfección.
“Tortoise of Independency” es un gran ejemplo de la intensa calma de Space Heavy, cuando Archy raspa apenas su garganta y grita, pero en una atmósfera tranquilísima. Al menos, encontramos que las cargas con las que batalla King Krule, encuentran un espacio ideal en las rolas anticlimáticas, que no guardan estructuras convencionales que nos lleven a grandes momentos en coros, sino que transmiten la angustia permanente.
En ‘Space Heavy’, King Krule mete pocos cambios que le den dinámica
En este disco, King Krule abraza elementos que le han dado personalidad propia, pero batalla bastante con lo monótono del ritmo, lo que hace que haya que escuchar este disco con bastante disposición y atención, sin esperar que en algún momento nos llene de energía.
El hecho de no poder encasillar a King Krule en un género, nos hace notar elementos de jazz, rock, post-punk y a veces hasta influencias vocales de rap. “From the Swamp” es un ejemplo de las canciones más eclécticas del proyecto, que no se podría definir dentro de un género, guitarras de rock, un saxofón tímido y libre en forma, una letra casi hablada y sintetizadores de pop.
Todo esto para un relato de las relaciones personales de Archy, una constante del álbum y su discografía. Algo refrescante, es la incorporación de Raveena para “Seagirl”, una balada trabajadísima con un trabajo vocal excepcional de la invitada. Con todo esto, mantiene el ritmo y tono del resto del disco, en una rola que destaca por quitarle el protagonismo de la voz a King Krule.
Por el lanzamiento de Space Heavy, King Krule lanzó ediciones físicas y mercancía que va mucho con el arte del nuevo disco, y que por supuesto, todo esto pueden conseguir a través del sitio oficial del músico británico.